Linchamientos o nuevas versiones del retroceso como sociedad*

Por Clarisa Ercolano Una cosa es defenderse. Eso está claro. Si alguien me ataca me defiendo. Y es válido. Otra muy distinta es reventar a patadas en la cabeza a otro que está tirado en el suelo, que es uno solo, y que a mí me “ayuden” 20 personas. Aclaración necesaria al momento de hablar de los linchamientos, por estas horas casi una moda grotesca que muchos intentan encubrir bajo el argumento de legítima defensa o de cansancio de la “gente”