La calle no es un lugar para vivir. Ni para morir
La postal se repite año a año. Se repite, se agrava, recrudece con un resplandor que lastima. Como si el frío de mayo sacara a la luz aquello que invisibilizamos para poder soportarlo. El desamparo. Miles de personas viven en situación de calle en la ciudad más rica del país, la que deslumbra, la que opaca. Opacos son los rostros de esas familias sepultadas debajo de frazadas, sentadas en el frío de la vereda, pidiendo, suplicando, desconcertando. Expuestas ante los ojos ciegos del Estado. Esta mañana de fines de mayo, la asociación (Leer más…)