Relatos Indómitos
El hámster de Edmundo Rivero por Marta García Todos los días, a la siesta, el taller era inhalado por una caverna y exhalado por un “¡Buen díaaaaa!”. Y nadie oponía resistencia. No teníamos modo. Era enorme. Su cuerpo de atractivo circense de siglo diecinueve y voz con tesitura cenote, convertía nuestras voces en ecos con laringitis. Su compañero de vida era un hámster que siempre venía asomado a un bolsillo de su saco. Un saco que solo usaba para trasladarlo porque tenía bolsillos cómodos y el forro sano. Nunca salía (Leer más…)