El editor de WikiLeaks afirmó y el apoyo local ante el caso Assange
El editor en jefe de WikiLeaks, Kristinn Hrafnsson, expresó que la detención y extradición a Estados Unidos del periodista australiano Julian Assange no sólo es «una amenaza a la libertad de prensa» sino también un ataque a la «democracia y la civilización».
Lo afirmó en el marco de una gira por Latinoamérica que está realizando y en la que, dijo, recibió «muchísimo apoyo y compromiso» de líderes progresistas de Brasil, Colombia y Argentina.
«Para nosotros es una de las mayores amenazas a la libertad de prensa de los últimos tiempos. Va mucho más allá del interés de un individuo. Luchamos por valores fundamentales del periodismo. Es una amenaza a la democracia. Es una amenaza directa a la civilización», dijo el islandés Hrafnsson durante un encuentro denominado «Assange, WikiLeaks y la criminalización del periodismo» en la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (Fatpren), en la ciudad de Buenos Aires.
El editor de WikiLeaks indicó que «puede suceder» que Assange no tenga «ninguna opción ni plan» y finalmente sea extraditado a Estados Unidos, donde podría ser condenado a 175 años de prisión por la difusión de documentos sobre actividades militares y diplomáticas estadounidenses, especialmente en Irak y Afganistán.
«No podemos aceptar que el Departamento de Estado de Estados Unidos decida quién es o no es periodista. Les da la oportunidad de decir qué es noticia y qué no. Hay una criminalización del periodismo a todo nivel y envía una señal aterradora a todo el mundo», detalló Hfransson sobre la situación del periodista australiano fundador de WikiLeaks que está detenido en la prisión londinense de Belmarsh, tras ser arrestado en 2019 en la embajada de Ecuador en Londres, donde estuvo siete años asilado.
Hfransson sostiene que el caso Assange se trata de una «venganza política» de la Casa Blanca por la filtración de los documentos. «Es una amenaza a todos los periodistas: ‘No se acerquen a nuestros secretos más oscuros porque los vamos a perseguir donde sea que estén en el mundo'», argumentó.
Desde el 18 de noviembre el editor de WikiLeaks realiza junto al embajador de la plataforma, Joseph Farrellle, una gira en favor de la libertad de Assange y ya lograron entrevistarse con mandatarios de países latinoamericanos.
«Me emocionó mucho la solidaridad de Gustavo Petro (Colombia) y Lula Da Silva. Aquí nos reunimos con Alberto Fernández y Cristina Fernández. En todos estos casos recibimos muchísimo apoyo y su compromiso de que van a apoyar la causa», afirmó.
La campaña por la liberación de Assange, que en breve también visitará México, tiene el objetivo de «enviar una señal» al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para «instarlo a hacer lo correcto» con el periodista.
«Buscamos instar al Gobierno de Biden a que defiendan sus principios, a que se comporten en función de lo que dicen: defender la libertad de prensa y de expresión en todo el mundo», explicó.
La directora de la Oficina de Latinoamérica de la Federación Internacional de Periodistas (FIP), Paula Cejas, coincidió con Hfransson y dijo que la detención de Assange es «una grave amenaza para el principio fundamental de las democracias».
«Si finalmente se extradita a Assange será un mensaje para periodistas y fuentes de que no están a salvo, toda vez que se ejerza un periodismo de interés público», sostuvo Cejas. Remarcó que se trata de un «escarmiento» a todos los periodistas del mundo y se afecta «el derecho a saber».
«Pedimos a Estados Unidos que quite la extradición, al Reino Unido que retire el encarcelamiento y a Francia que le otorgue asilo político», enumeró.
El director de la carrera de Comunicación de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Diego de Charras, señaló que, pese a que «se tilde de un anacronismo» existe un «imperialismo» a nivel global en el «manejo de la información».
«El rol que cumplen los medios de comunicación concentrados es cada vez más el de articular a distintos actores del poder hegemónico concentrado y la derecha política», explicó.
De Charras trazó un paralelo entre el caso Assange y la filtración de presuntos chats entre jueces federales, directivos del Grupo Clarín, funcionarios del Gobierno porteño y exmiembros de inteligencia locales tras un viaje a Bariloche.
«No es la labor del periodismo juzgar el modo en que la información fue obtenida, lo que tiene que evaluar es si esa información es de interés público y si debe ser puesta en el debate público», dijo sobre los chats conseguidos mediante «un hackeo o una obtención ilegal» donde los involucrados del presunto viaje organizaban una defensa ante posibles acusaciones públicas.
Subrayó que haber puesto en conocimiento público esos chats «es lo mismo que hizo Assange» con los documentos de WikiLeaks. «Eso tenemos que defender. Casos donde lo importante es el derecho a la información de los pueblos», explicó De Charras.
La secretaria general de Fatpren, Carla Gaudensi, también relacionó el caso de Assange con la filtración de chats revelada por El Cohete a la Luna, Página/12 y Tiempo Argentino.
«La comparación del caso Assange por difundir información fundamental a nivel internacional y la articulación en los medios de comunicación y la justicia se ve claramente también en nuestro país», resaltó Gaudensi.
E indicó que la campaña por la liberación del periodista se da «en un contexto particular», en relación a la condena que recibió la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en la causa relacionada con la obra pública en Santa Cruz.
«Este fallo, junto con la violencia política, el intento de magnicidio y ciertos discursos de odio, también demuestran la complicidad entre el poder judicial, los medios hegemónicos y las derechas», destacó.
Fuente/Foto: Télam