85 años del Palacio Legislativo
Si bien el Palacio Legislativo fue gestado con la intención de otorgar al Concejo Deliberante una sede definitiva, funcionó como tal sólo una parte de su vida a raíz de distintos acontecimientos históricos que reemplazaron la actividad parlamentaria por la de otras dependencias, entre ellas, la secretaría de Trabajo y Previsión conducida por Juan Domingo Perón, y la Fundación Eva Perón.
«El edificio fue construido para ser sede propia del Concejo y albergar a un cuerpo colegiado, pero ese uso fue por pocos años a causa de las interrupciones que ha habido», señala el historiador, periodista y trabajador de la Legislatura porteña Daniel Vargas, quien en 2007 publicó el libro «El Palacio Legislativo de la Ciudad de Buenos Aires».
Vargas, no obstante, aseguró que «para quienes quieran conocer la vida institucional de la Ciudad, la visita al Palacio Legislativo es ineludible porque el edificio guarda una historia enorme».
Entre los acontecimientos históricos más relevantes, el investigador recordó que en 1941, tras su inauguración a inicios de la década del 30, el presidente Ramón Castillo clausuró el Concejo y reemplazó a los concejales por una Comisión Interventora de Vecinos, la cual perdió vigencia con los años y fue en 1943 cuando Perón -que presidía por entonces el Departamento Nacional de Trabajo – mudó las instalaciones al edificio parlamentario.
«Perón jura en el salón Dorado el 2 de diciembre de 1943 como secretario de Trabajo y Previsión y está allí hasta el 10 de octubre de 1945, cuando pronuncia un discurso de despedida de los empleados en un mensaje que fue trasmitido por radio a todo el territorio y que terminó con una consigna para que defiendan a la Secretaría».
Otro momento que rememoró Vargas fue en 1952 con el velatorio de Eva Perón, quien presidió desde fines de la década del 40 hasta su muerte la Fundación que llevaba su nombre, dedicada a la asistencia social y situada también en la actual Legislatura porteña.
«No hay antecedente en la historia de un funeral tan prolongando y de tanta asistencia de personas, fue multitudinario», detalló.
En 1958, el edificio volvió a funcionar como Concejo Deliberante con la incorporación de las dos primeras mujeres que integraron el plenario: Josefina Marpons y Alcira de la Peña quienes comenzaron sus mandatos ese año.
Según detalló Vargas, posteriormente le sucedieron «nuevas interrupciones institucionales en las cuales el edificio fue usado para algunas dependencias municipales como el Banco Municipal, la Secretaria de Educación y durante la última dictadura como comité de organización del Mundial de 1978».