8M: ¡Ni un paso atrás!
En el marco del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, colectivos feministas y transfeministas marcharán este viernes para protestar contra las políticas de ajuste, hambre y recesión de la actual gestión de Gobierno.
Bajo el lema ¡Ni un paso atrás!, feministas y transfeministas, organismos de defensores de derechos humanos, organizaciones gremiales y sindicales, asambleas vecinales, trabajadoras de la cultura y partidos de izquierda, se pronunciarán en contra el DNU 70/2023, reafirmarán la defensa de la ley IVE, que garantiza el acceso al aborto libre, seguro y gratuito, y expresarán su solidaridad con las mujeres de Gaza.
La movilización comenzará las 16 en las inmediaciones del Congreso de la Nación donde habrá ollas populares, verdurazos e intervenciones artísticas. También está prevista la instalación de postas sanitarias y de cuidados. La concentración concluirá con la lectura de un documento que resaltará las demandas de las mujeres y disidencias. Esta movilización se replicará también en varias ciudades del país, como Córdoba, Rosario, Mendoza, San Juan, Paraná y Neuquén.
Un informe publicado por la cámara de mutualidades de Argentina señala que 6 de cada 10 personas pobres en nuestro país son mujeres. Mientras que las trabajadoras asalariadas ganan en promedio en 21% menos que los varones. Y en el caso de las trabajadoras no registradas esta brecha alcanza el 25 %. por otra parte, tan sólo el 74.6 % de las mujeres y diversidades cuentan con empleo, de las cuales 3 de cada 4 no están registrados.
Ante este escenario, las medidas de ajuste implementadas por la actual gestión de Gobierno tienen un impacto negativo en la vida de mujeres y disidencias. Los recortes en los presupuestos de Salud y Educación, sectores en su mayoría feminizados, representan un un ataque a las trabajadoras que se desempeñan en estos ámbitos. Igualmente, la reducción de las jubilaciones, la reorganización de los programas sociales y la falta de atención alimentaria en los comedores comunitarios afectan de manera desproporcionada a las mujeres de los sectores populares que están en la primera línea de respuesta ante el hambre de niños y adultos mayores.