Las Empresas Recuperadas y el veto de Macri
Rodrigo Salgado es sociólogo y e investigador en Ciencias Sociales de la UBA. Como integrante del Observatorio Social sobre Empresas Recuperadas Autogestionadas, del Instituto de Investigaciones Gino Germani, profundiza la mirada sobre las consecuencias del veto de Mauricio Macri a la ley que protegía esas experiencias, una verdadera novedad en el mundo del trabajo de los últimos años. Y asegura que «esta medida deja a los trabajadores de las empresas recuperadas en una situación muy vulnerable».
¿Cuáles pueden ser las consecuencias del veto de Macri para las empresas recuperadas?
Desde el 2004 en adelante, cuando se sanciona la primera ley de expropiaciones denominadas “definitivas”, la 1529, el ejecutivo porteño ha avanzado realmente poco en solucionar el tema de la propiedad de estas empresas. El principal problema es que esta última ley vetada por Macri constituía una prórroga para que esos procesos administrativos inconclusos puedan avanzar favorablemente. La Ley N° 238, que es la que regula las expropiaciones en la ciudad, establece en su artículo 18 que luego de determinado plazo se tendrá por abandonada la expropiación si el expropiante, es decir, el ejecutivo de la Ciudad, no promueve el juicio, indicando en su segundo párrafo que “cualquier prórroga a este plazo debe ser aprobada por la Legislatura”. El veto de Macri es justamente a la posibilidad de prórroga de los plazos. La tenencia y propiedad de las unidades productivas es un tema central y que urge en las empresas recuperadas. La vía institucional que se ha encontrado para avanzar en la resolución de la propiedad de estas empresas ha sido mediante leyes que expropian a favor del Estado los bienes inmuebles y muebles, que son cedidos luego a las cooperativas. Sin embargo, el “acto expropiatorio” es el inicio de un proceso, más que su culminación. Dar cumplimiento con las expropiaciones, según lo establecido en la ley, implica toda una serie de procesos complejos. El incumplimiento de los plazos por el ejecutivo da posibilidad a que se vuelva a la situación anterior a la expropiación del inmueble y a que los antiguos dueños puedan efectuar reclamos judiciales por los bienes no expropiados, o los síndicos de las quiebras, en el caso de que la haya, avanzar con la liquidación de la empresa y el remate de los bienes en cuestión, lo cual deja a estos colectivos de trabajadores en una muy vulnerable situación jurídica.
¿Por qué Macri vetó la ley, incluso a costa de pagar cierto costo político, a pesar de que su propio bloque votó por unanimidad la prórroga hace un mes?
Creo que el costo político de un veto, que adquiere forma casi impersonal, es menor que el costo político de esgrimir públicamente las argumentaciones en contra de un fenómeno que ha suscitado, y aún lo hace, una amplia legitimidad social. Una forma de mirar las inclinaciones político-ideológicas de un gobierno es el destino de las partidas presupuestarias. El poco avance del ejecutivo porteño en esta cuestión de las expropiaciones es un ejemplo de eso. Habría que hacer un buen análisis, año a año, de cuál fue el destino de las partidas presupuestarias que iban originariamente al pago de las expropiaciones. Hay que preguntarse si en el presupuesto del año 2012 estaba incluido el pago de las expropiaciones contempladas en las leyes 1529 y 2970 y demás leyes de expropiaciones temporarias. Por otro lado, es posible que el tema de las recuperadas sea un tema que Macri considere como “heredado”, y que como tal no tenga voluntad de resolver. Sea por falta de voluntad, desidia o desinterés, el poco avance en el tema de las expropiaciones refleja una ineficiencia del ejecutivo en la gestión que corresponde al cumplimiento de una ley. Quizás el veto de la ley y los argumentos esgrimidos, sean una forma de evitar tener que dar una argumentación de “cuerpo presente”, de por qué no se han destinados los fondos correspondientes durante todos estos años.
La ley que vetó Macri es la que prorroga otra ley, que es la que le permitiría al estado expropiar. ¿Por qué esa ley nunca se cumplió?
En realidad el veto de Macri es a la ley Ley N° 4.008 que el 17 de noviembre pasado sancionó la Legislatura de CABA. Dicha ley prorrogaba por 6 años la ampliación de plazo establecida por otra ley, la N° 2.970, sancionada a fines de 2008. Esta última había sido sancionada para prorrogar el plazo de las expropiaciones contenidas en la ley 1529, sancionada en 2004. Es decir: desde la ley 1529, de 2004 en adelante, hubo escaso avance real en los procesos expropiatorios, las sucesivas leyes, la 2970 y la 4008, vetada por Macri, estipulaban ampliaciones de los plazos, ante el escaso avance administrativo.
¿Cuál es la situación general de las empresas recuperadas en la ciudad?
Tenemos registros de 43 empresas recuperadas o en proceso de recuperación, que involucran alrededor de 1800 trabajadores. Es difícil tener datos precisos por la propia dinámica de los procesos. Si bien la emergencia del fenómeno está estrechamente vinculada al contexto de crisis del inicio de la década pasada, es destacable que aún ante la reversión de dicho contexto de crisis y con mayor estabilidad económica, el fenómeno siguió extendiéndose a nuevas empresas, aunque por supuesto con una menor intensidad. Esto se relaciona con la difusión de las experiencias y su valoración social, en tanto alternativa al desempleo ante el cierre empresarial. Si bien los procesos son heterogéneos, en términos generales, tanto la cantidad de trabajadores como la utilización de la capacidad instalada crecieron durante estos años. Sin embargo, en general la mayoría de estas empresas están todavía por debajo de su máxima capacidad instalada. Encontramos, también, empresas con niveles de ingresos altos, o por arriba de la media de la rama, que aportan a la seguridad social, con mayores grados de inserción en el mercado, etc., pero también otras que atraviesan mayores dificultades. Hay que tener en cuenta que algunas problemáticas son comunes a todas estas empresas o cooperativas en general como, por ejemplo, el acceso al crédito.
¿Cuál ha sido el principal aporte de las empresas recuperadas en términos de una nueva concepción del trabajo y las relaciones laborales?
Creo que un elemento a destacar en ese sentido es que estas experiencias han demostrado ser exitosas en la preservación de fuentes de trabajo y viables productivamente. Aún teniendo en cuenta las dificultades que estos trabajadores enfrentan actualmente, como el tema de las expropiaciones, la imposibilidad de acceso al crédito, la casi ausencia de capital inicial, etc., estas experiencias muestran un nivel de mortandad muy bajo. Además, no sólo han preservado fuentes de trabajo, sino que también han generado nuevos. Estos son datos que revelan que no es necesaria la mediación del capital en la producción, o dicho de otra manera, de que la función de dirección de una unidad productiva no es un atributo inherente al capital, es posible producir sin “patrón”. Esto es importante, porque colabora con la desnaturalización de la relación capital-trabajo como única relación socio-productiva posible. Estas experiencias se instalan socialmente, enriqueciendo la cultura de los trabajadores en su conjunto. Es decir, la “recuperación de empresas” constituye un nuevo esquema de acciones que nuevas fracciones de trabajadores disponen para enfrentar el abandono y el cierre productivo de empresas.
entrevista publicada en Nueva Ciudad