Manifiesto Chau Roca

El jueves 21 de junio, día del año nuevo mapuche o We Tripantu, la campaña Chau Roca realizó un multitudinario festival musical y artístico frente al monumento sito en Diagonal Sur y Perú, que contó con  la presencia del historiador Osvaldo Bayer, promotor de la campaña, Felix Díaz, representante de la Comunidad  Qom «La Primavera», delegaciones de pueblos originarios de todo el país  y el diputado Alejandro Bodart, autor del proyecto de ley para retirar el monumento a Julio Roca y reemplazarlo por uno a la Mujer Originaria y para cambiar el nombre de dicha avenida por el de Pueblos Originarios,

La actuación los grupos musicales Arbolito, Goy Karamelo, Chala Rasta pusieron ritmo a el evento en el que participaron también el Frente de Artistas del Borda; los artistas de la Sala Alberdi y se presentó un unipersonal sobre la vida de Juana Azurduy.

Alejandro Bodart se mostró orgulloso de compartir esta iniciativa con Osvaldo Bayer, “que desde hace años pelea por que la ética domine la historia, y llamó a la comunidad a sumarse a esta iniciativa.

Osvaldo Bayer esxplicó que con esta iniciativa intenta junto a un grupo de artistas, profesionales, trabajadores de la cultura, docentes y jóvenes estudiantes, dar  impulso a una gran campaña de alcance nacional que provoque el debate público sobre temáticas fundamentales de nuetra historia y de nuestro presente, cuyos principios estan expresados en el manifiesto titulado Chau Roca, escrito por él y que reproducimos a continuanción.

Manifiesto Chau Roca

Durante un tiempo en mi caso con otra gente amiga nos reunimos junto al monumento al general Julio A. Roca, allí en la diagonal del mismo nombre, que manos anónimas rebautizaron con el nombre de «Pueblos Originarios». Nos llevó a hacer aquello una cuestión de Ètica. Nos preguntamos cómo tener el monumento más grande dedicado a quien no sólo había realizado una campaña para eliminar a los habitantes originarios de nuestras pampas sino, además, para quedarse con esas tierras. Pero fue sólo eso: a quién había sido el que implantó la feroz Ley de Residencia contra obreros extranjeros que luchaban contra la explotación capitalista y autor de las primeras leyes represivas contra los trabajadores. El 1 de mayo de 1904 Roca ordenará reprimir violentamente la tradicional movilización obrera causando el primer mártir de la clase obrera argentina: el marinero Juan Ocampo, de 18 años de edad.
Por eso mantener su figura en monumentos, nombres de calles y el billete de mayor valor de la moneda nacional es un insulto también a los trabajadores y su digna historia de lucha.
Hay sectores sociales y políticos que justifican a Roca porque «fundó la Argentina moderna» con sus edificios, fronteras internas y la casa de gobierno. Con ese mismo criterio, podríamos justificar a Hitler y explicar que «aunque exterminó algunos millones de judios, con errores y abusos… hizo la Alemania del auto popular (el Volkswagen) y de las primeras autopistas». Tal cual.
La Historia tiene que estar dirigida por la Ètica. Si no, no hay futuro para la humanidad.
Desmonumentar al país de Roca, símbolo de genocidio, represión y racismo, hace parte de ese desafío.
Yo invito entonces a jóvenes, docentes, artistas y trabajadores, a adherir a esta iniciativa convocada bajo el nombre de «Chau Roca» para multiplicar en cada lugar del país actividades de debate, de producción artística como así también a recolectar llaves u objetos de bronce en desuso para reunir el material que falta para terminar el proyecto escultórico de la Mujer Originaria con el que nos proponemos reemplazar a Roca en su actual emplazamiento en la Capital del país.
Asimismo, convoco a reunir miles de firmas en apoyo a la iniciativa del diputado Alejandro Bodart y de otros legisladores para trasladar el monumento del genocida».

 

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