Santa Catalina a Salvo
El juez porteño Aurelio Ammirato, a pedido de una organización defensora del patrimonio urbano, prohibió obras en el predio aledaño al antiguo monasterio Santa Catalina de Siena, en el barrio de Retiro.
La información fue dada por la asociación vecinal «Basta de demoler», que había presentado una medida cautelar en tal sentido, tras denunciar que la edificación de una torre de 60 metros aledaña a la histórica construcción podría dañarla, e incluso hizo un abrazo simbólico al monasterio para hacer visible la amenaza.
El juez Ammirato resolvió «hacer lugar a la medida cautelar (…), en consecuencia, ordenar la prohibición del inicio de cualquier tipo de obra en el predio ubicado en la avenida Córdoba 402/444, calle Reconquista 719/790 y calle Viamonte 409 a 445 (…) hasta tanto se dicte sentencia definitiva».
El edificio protegido comenzó a construirse en 1738 y fue inaugurado en 1745 por lo que, entre otros aspectos valiosos, posee la pared más antigua de Buenos Aires.
Lo que había alarmado a los proteccionistas era el plan de cavar para la torre un foso para construir seis subsuelos, en el marco de un proyecto aprobado por el Gobierno de la Ciudad antes de que la zona fuera declarada área de protección histórica, en 2011.
Las Catalinas es el único convento porteño que mantiene su estructura intacta desde el siglo 18, según dictaminó en su momento la investigadora en historia Alejandra Jones.
Originalmente ocupaba toda la manzana e incluía una zona para la actividad doméstica, una huerta y un cementerio. Aún conserva su antiguo patio, rodeado de ceibos, jacarandaes y palos borrachos, donde personas que trabajan por la zona o estudiantes suelen almorzar al aire libre.