El Subte porteño y el discreto encanto de la burguesía
Tan caro cómo el dólar
Por Antonio Lizzano
Viajar en subte se ha convertido en un lujo. Muchos usuarios no pueden afrontar el costo de un transporte que en menos de dos años incrementó un 300 por ciento. El pasaje ya cotiza a valor dólar.
La política de aumentos del boleto del subte esconde una maniobra para convertirlo en un servicio caro y expulsar a la mayoría de los usuarios. El informe de la Auditoría de la Ciudad que cuestiona los sucesivos aumentos y las críticas de los trabajadores. La maniobra para inflar los costos.
El poeta estadounidense de la Generación perdida, Ezra Pound, dijo alguna vez que “gobernar es el arte de crear problemas con cuya solución se mantiene a la población en vilo”. Algo muy parecido ocurre en el gobierno de Mauricio Macri. Se crean problemas cuyas soluciones nunca terminan de resolver la cuestión. Esto ocurre concretamente en la administración del subterráneo.
En primer lugar, Macri se enfrentó al gobierno nacional de Cristina Fernández de Kirchner por el tema del traspaso del Subte de la Nación a la Ciudad y el subsidio que le correspondía. Macri aprovechó la atención mediática para decir que el servicio subterráneo que brindaba la Nación era malo. Ahora bien, una vez que él se hizo cargo del servicio no sólo no mejoró sino que la única política concreta del Pro sobre el subte se basó en un indiscriminado aumento del boleto. El resultado fue que la cantidad de pasajeros bajara considerablemente o sea que el servicio no mejoró, encareció y expulsó usuarios. Y lo peor del caso es que la política está lejos de detenerse. Los datos son más que elocuentes, desde que el gobierno de la Ciudad se hizo cargo del subterráneo en enero de 2012, la tarifa creció un 309 por ciento.
La pregunta que surge ante estos números se cae de madura: ¿cuál es la intención del macrismo al aumentar indiscriminadamente el boleto sin hacer mejoras sustanciales en el servicio? La respuesta parece tener una dirección claramente política: la idea es hacer un servicio caro que termine expulsando a una gran cantidad de usuarios a otros medios de transporte. A esta conclusión llegaron el auditor general de la Ciudad, Eduardo Epszteyn, y el secretario de prensa de los metrodelegados, Enrique Rositto, cuando fueron consultados por Periódico Vas. «Al macrismo le conviene que viaje menos gente en el subte, y subiendo la tarifa lo logra. La gente que deja de viajar en el subte se vuelca a otros medios de transporte, como el tren y los colectivos, que no están dentro de su órbita y por lo tanto no tiene que invertir presupuesto. Por otra parte, los pasajeros que sí pueden pagar la tarifa que propone el gobierno porteño, viajan más cómodos porque hay menos personas», explicó Epszteyn. Por su parte, Rositto señaló: “Macri está muy lejos de hacer los 10 kilómetros de subte por año que prometió durante su campaña electoral y con los aumentos en la tarifa expulsó a más de 300 mil pasajeros, que dejaron el subte para viajar en otros medios de transporte. Además se dedica al metrobús en vez de mejorar el servicio del subte, así deja en claro cuáles son sus prioridades”.
La deserción de usuarios tiene una causa exclusiva y predominante: el aumento del boleto. Desde que Macri se hizo cargo del servicio en enero de 2012 aumento un 309 por ciento. La tarifa pasó en 2012 de 1.10 pesos a 2,50; en marzo de 2013 subió a 3,50 pesos; y en marzo de 2014 alcanzó los 4,50 pesos, abonando con la tarjeta SUBE.
No me verás en el subte
El gobierno macrista tomó control del subte a través de Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (SBASE), organismo encabezado por Juan Pablo Piccardo, un amigo de años de Macri. SBASE es el encargado de planificar y proyectar el plan general destinado a los subterráneos. Y la encargada de llevar a la práctica los lineamientos dictados por SBASE es la concesionaria Metrovías, cuyo accionista mayoritario es el grupo Roggio. A pesar de la interna histórica -por disputa de negocios- entre el grupo Macri encabezado por Franco Macri y el grupo Roggio que lidera Benito Roggio, Mauricio (que es Macri), debió aceptar que la concesión siguiera a cargo de Metrovías. La anulación del contrato hubiera obligado a indemnizar a Metrovías por una cifra millonaria.
Entonces la política del PRO sobre el subte consiste en aumentar el boleto. Si disminuyen los usuarios, disminuyen las ganancias del grupo Roggio. Por eso, el viernes 1 de agosto, SBASE a través del Boletín Oficial, publicó la resolución 2.109/14, donde se establece que la nueva tarifa técnica del subte pasa de costar 7,47 pesos a 10,26 pesos, lo que equivale a un aumento del 37 por ciento. ¿Qué es la tarifa técnica?
La tarifa técnica la fija anualmente el SBASE y surge de la suma de todos los costos referidos a la explotación del subte -infraestructura y mantenimiento- dividida por la cantidad total de pasajeros. La tarifa técnica es lo que costaría el boleto si no estuviera subsidiado.
Para justificar este nuevo aumento de la tarifa técnica, SBASE señaló que el costo de explotación anual del subte pasó de 1.868 millones de pesos a 2.564 millones de pesos, una suba del 42 por ciento. Si el subsidio permanece constante, un aumento en la tarifa técnica implica un aumento en el boleto que pagan los usuarios.
La hora de las críticas
Sin embargo, este intento por volver a subir el pasaje se vio frustrado por las duras críticas de diversos sectores que pusieron en duda las cifras que dio a conocer el SBASE. Tanto los metrodelegados, como la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, como los legisladores de la oposición y el auditor general Epszteyn se oponen al aumento. “Estos aumentos de la tarifa técnica, que preceden al aumento de la tarifa real que pagan los pasajeros, no tienen ninguna justificación ya que es la Auditoría de la Ciudad quien debe fijar la tarifa y no el SBASE a través de una consultora. La Auditoría debe determinar cuál es la estructura real del costo y a partir de eso Metrovías debe presentar ante ese organismo el pedido de aumento, porque según la ley de transferencia del subte que firmaron Nación y Ciudad es la Auditoría la que debe determinar cuál es la tarifa técnica”, manifestó Rositto, el secretario de prensa de los metrodelegados, a Periódico Vas. Desde la Auditoría también se cuestionaron los números de SBASE y el propio Epszteyn dijo a Periódico Vas que “mientras se sigan manejando números controvertidos en la estructura contable tanto de Metrovías como de Subterráneos de Buenos Aires, ningún incremento tarifario va a tener credibilidad”. El auditor general Epszteyn agregó: “Desde nuestro organismo ya habíamos hecho un informe en el que señalábamos que la tarifa técnica debía ser menor a los 5 pesos y ellos decían que debía ser superior a los 7, con lo cual había una diferencia de más de 2 pesos y era una diferencia muy importante, que debía ser justificada tanto por Metrovías como por SBASE. Y no la justificaron”. Para Epszteyn no caben dudas: “los costos que plantea SBASE están inflados para justificar el aumento final del subte”.
Los ocultamientos y el plan de Mauricio
Un legislador kirchnerista que integra la Comisión de Seguimiento de la Ampliación de la Red de Subterráneos, que dialogó off the record con este medio, luego de que el gobierno PRO decidiera no aumentar el costo del pasaje hasta fin de año, criticó tanto el accionar de Subterráneos de Buenos Aires como el de Metrovías. “El informe dado a conocer por la Auditoría demostró que los números de la tarifa técnica del SBASE no eran ciertos y que además eran dudosos, porque se basaban en lo que decía Metrovías. Pero Metrovías no dejaba ver sus libros contables para avalar sus dichos. Si no muestran las cuentas tenemos todo el derecho del mundo a objetar sus números. Si lo que dicen es cierto que muestren los papeles… Así se logró que el aumento de la tarifa, programado para octubre, se parara”, señaló el diputado porteño.
Con estos datos sobre la mesa queda claro que la única política de Macri sobre el subte gira en torno al aumento del boleto y la expulsión de los pasajeros. Parafraseando al poeta Ezra Pound, Macri no sólo no resuelve los problemas sino que se dedica a crear nuevos.
El informe de la Auditoría: Números que no cierran
Según el informe de los técnicos de la Auditoría General de Ciudad, “el cálculo de la tarifa técnica -insumo para justificar el valor del pasaje-, genera dudas” y “esto se intensificó con el alto crecimiento de la tarifa técnica, que pasó de 6,45 pesos en diciembre de 2012 a 10,26 pesos en el informe dado a conocer por SBASE el 1º de agosto de 2014 en el Boletín Oficial, aunque es bueno aclarar que según los datos de SBASE ya en mayo de 2014 la tarifa técnica debía ser 10,26 pesos, lo que significó que en menos de un año y medio subiera el 59 por ciento”. Si se realiza un entrecruzamiento entre la información de la Auditoría y los datos que Metrovías presentó ante la Comisión nacional de Valores, se llega a la conclusión de que el 84 por ciento de los costos y gastos de la concesionaria, sin subsidios, corresponde al servicio del subte y el resto a otras concesiones. “Los estados contables de la empresa arrojan que los costos anuales totales sin subsidios al 31 de diciembre de 2013 fueron de 1.704,7 millones, de los cuales el 84 por ciento, o sea 1.432 millones, son del subte. Pese a ello, SBASE dijo que los costos anuales de Metrovías al 3 de mayo de 2014 fueron de 2.000 millones (llamativamente, un número redondo). Es decir, los costos anuales pasaron, entre enero de 2014 y mayo 2014 de 1,4 a 2 mil millones, o sea 40 por ciento más. Y este aumento de precios es ridículo desde cualquier índice de precios que se tome, incluso el de la ciudad (20.3 por ciento anual hasta mayo)”, se señala en el informe de la Auditoría.
Los aumentos expulsan pasajeros
El informe que dio a conocer la última semana de agosto el Laboratorio de Políticas Públicas (LPP) sobre los sucesivos aumentos tarifarios llegó a la conclusión que el promedio de los usuarios abona 4,35 pesos por viaje y que sólo el 6,48 por ciento accedió al máximo descuento posible, con base en el esquema de rebajas diseñado por SBASE. Esto quiere decir que el valor del boleto promedio es apenas 15 centavos menor a la tarifa técnica. “En 2013 la cantidad de pasajeros pagos transportados exhibió un descenso en torno al 16 por ciento respecto a 2011. Lo dicho en el punto anterior resulta relevante cuando se constata que los pasajeros expulsados del subte son aquellos de menores recursos donde la elasticidad precio de la demanda del subte es más alta que en la población de recursos medios-altos. Ello se ve reflejado en la caída de los pasajeros pagos por línea, mientras que cayeron un 16 por ciento de los viajes pagos si se compara el 2013 con el 2011, en la línea C la caída fue más pronunciada porque llegó al 24 por ciento mientras que en el Premetro se descendió al 73 por ciento. Pese a la implementación de la tarifa social para ciertos sectores beneficiarios de planes sociales, desempleados y otros”, señaló el informe del LPP.