Luciano Arruga, el chico que nadie quiso buscar
A seis años después de haber desaparecido en Lomas del Mirador, donde la Policía lo había detenido varias veces y hostigado por negarse a robar, Luciano Arruga fue hallado en octubre del año pasado en el lugar y de la forma menos pensados: enterrado en el cementerio de la Chacarita como NN porque había sido atropellado por un auto y, salvo su familia, nadie se había ocupado de buscarlo.
La respuesta a tantos años de interrogantes llegó después de que se cotejaran las huellas dactilares de cadáveres no identificados enterrados en febrero de 2009 con las del adolescente de 16 años, un trámite que no parece tan complejo, pero que nadie había hecho.
«Hubo una desidia absoluta del Estado argentino», sintetizó el titular del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Horacio Verbitsky, al anunciar el hallazgo del joven el 17 de octubre.
La historia comenzó el 31 de enero de 2009 por la noche, cuando Luciano, que trabajaba en una fábrica de hebillas, salió de su casa del barrio 12 de Octubre, en La Matanza, y no fue visto nunca más.
Las sospechas de su familia sobre lo ocurrido no tardaron en llegar: el joven había sido detenido y torturado en 2008 en el destacamento policial de Lomas del Mirador y sus efectivos siempre lo hostigaban y hasta le gritaban «negro de mierda».
La causa por la desaparición estuvo a cargo de las fiscales de La Matanza Roxana Castelli y Celia Cejas y el juez de Garantías Gustavo Banco, quienes mandaron a investigar a los policías de los que la familia de Arruga siempre sospechó.
En ese expediente, se intervinieron los teléfonos de la familia durante un año y medio.
Además, la fiscalía pidió a la morgue judicial las autopsias de los NN fallecidos en 2009 y le enviaron 52 necropsias entre las cuales estaba la de Arruga, aunque figuraba con una edad de entre 25 y 30 años por un error de apreciación del forense.
A pesar de que el informe señalaba que el cuerpo tenía tatuajes y un aro, como Luciano, ni esa autopsia ni la de un joven de 18 años se cotejaron con las huellas dactilares de Arruga.
Por esas irregularidades, los tres funcionarios judiciales ahora afrontan un jury de enjuiciamiento.
En 2013, el expediente pasó al juez federal de Morón Juan Pablo Salas y tras un habeas corpus de la familia, la Cámara de Casación Penal ordenó al Estado Nacional y provincial buscar el cuerpo.
Entonces, el Ministerio de Seguridad de la Nación hizo una compulsa de los libros matrices de la Policía Científica donde figuraban cuerpos no identificados y se halló un cadáver enterrado en la Chacarita como NN el 3 de febrero de 2009 cuyas huellas coincidían con las de Arruga.
Luego, se halló una causa por un accidente ocurrido en avenida General Paz y Emilio Castro a las 3.21 del 1 de febrero de 2009, tres horas después de que Luciano fuera visto por última vez.
Entonces, se empezó a conocer qué había pasado con Arruga esa noche. El conductor del auto que lo arrolló declaró ante Salas: «Corría desesperado, desencajado y como si estuviera escapando de alguien».
Un motociclista que llegó primero al lugar hace pocos días aportó un dato clave: en la colectora había un patrullero de la Bonaerense, pero ni ese móvil ni sus ocupantes se acercaron a ver qué ocurría.
Arruga fue llevado por el SAME al hospital Santojanni y las 8 murió tras ser operado. Se hizo la autopsia, pero como el chico no fue reclamado ni tenía documentos, fue enterrado como NN por orden de la jueza Laura Bruniard.
En realidad, la hermana y la madre de Luciano fueron dos veces esa madrugada al Santojanni, pero les dijeron que el chico no estaba por motivos que aún no están claros.
A pesar de que el joven murió tras el siniestro vial, el hecho de que cruzara la General Paz por un sitio poco común y que no haya usado un puente peatonal cercano, para los investigadores refuerza la hipótesis de que policías lo estaban persiguiendo.
En la causa hay ocho efectivos investigados, pero ninguno está detenido pese a que la noche de la desaparición hubo movimientos inusuales de patrulleros en la zona y adulteración de registros.