Quien quiera oir que oiga
por Carlos Aznárez*
7 de agosto de 2016. Cien mil personas, marchando un domingo soleado y primaveral 18,2 kilometros (desde la Iglesia de San Cayetano, patrono de los trabajores ocupados y desocupados) hasta la histórica Plaza de Mayo no son pocos. Más aún si a lo largo de toda la movilización se hicieron oir gritando sus reivindicaciones de Pan, Tierra, Techo y Trabajo. Precisamente todo lo que hoy escasea en Argentina en función de las políticas neoliberales que aplica el gobierno derechista de Mauricio Macri. La CTEP (Confederación de Trabajadores de la Economía Popular), acompañada de Barrios de Pie y la Coordinadora Clasista y Combativa es la que produjo esta maravillosa acción de masas, contra viento y marea, sin la cobertura de los mal llamados “grandes medios”, con el coraje y la audacia suficiente de estar a la altura de las circunstancias de un pueblo que comienza a hartarse de los gobernantes que le han tocado en desgracia y también de cierta dirigencia acomodaticia y fácil de cooptar a través de una billetera abultada.
Allí, caminando con sus pies cansados de tantos años de protestas y combates cuerpo a cuerpo con el hambre y la falta de empleo estaban todos: trabajadores y trabajadoras ocupadas y desocupadas, campesinos, estudiantes universitari@s y secundarios, amas de casa y no pocos sacerdotes y misioneros de Francisco (con fotos del Papa compañero y de los curas asesinados en los 70 como Carlos Mugica y Monseñor Angelelli). Además hay que agregar un largo listado de organizaciones sociales y populares que no entraron en falsas disquisiciones si convocaba Juan o Pedro, sino que había que estar porque la grave situación del país así lo exige. Llamó la atención la cantidad de militantes movilizados por el Movimiento Evita y la Confluencia que agrupa al Movimiento Popular La Dignidad y otras organizaciones, las potentes columnas de la CCC y Barrios de Pie y la presencia de numerosos trabajadores y desocupados inmigrantes, sobre todo bolivianos y bolivianas, que marcharon y hasta bailaron un Tinku con sus trajes típicos de fiesta. Como suele pasar en las últimas convocatorias también se hizo evidente la presencia de muchísimos autoconvocados y de varios dirigentes de la CGT y las dos CTA, además de corrientes sindicales combativas.
De pronto sucedió algo impactante: cuando la extensa columna que venía desde San Cayetano arribó a la Plaza esta ya estaba casi repleta y es por eso que varios miles debieron distribuirse por las tres amplias avenidas que convergen en la misma.
En el palco, montado de espaldas a la Casa de Gobierno, como debe ser, fueron homenajeados algunos de los referentes de otra lucha similar a esta que se dio en los años 90 contra el neoliberalismo del ex presidente Carlos Menem, primero, y de Fernando de la Rúa, después. Allí estaban el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, el sindicalista estatal Víctor de Gennaro, y un representante de la lucha de los petroleros salteños, encabezada por “Pepino” Fernández. Pero hubo un momento estelar en estos recordatorios, cuando trepó al palco una mujer que simboliza la lucha de toda una vida por los derechos humanos y cuando se habla de defender a los de abajo: la Madre de Plaza de Mayo -Línea Fundadora- Nora Cortiñas, que se ganó todos los aplausos de la Plaza y a la que saludó con el puño en alto, vivando a los 30 mil desaparecidos y desaparecidas, “que hoy también están aquí, con todos nosotros y nosotras”.
Acentuando la idea de que esta lucha de hoy tiene una larga historia de experiencias, que se enlazan con las grandes marchas y huelgas obreras que enfrentaron a la dictadura militar y con la epopeya de lucha de los años 90, fueron muy aplaudidos los nombres de sindicalistas antiburocráticos y revolucionarios de los 70, como Raimundo Ongaro, Agustín Tosco, René Salamanca y Atilio López. Hubo una especial mención a la fuerza que le imprimió a la CGT de la calle Brasil, Saúl Ubaldini y también el MTA (Movimiento de los Trabajadores Argentinos), destacándose la vigencia de los programas históricos de la CGT de los Argentinos, de La Falda y Huerta Grande entre otros.
Finalmente, hablaron los representantes de las tres organizaciones convocantes. Daniel Meléndez, por Barrios de Pie, describió la grave situación que se vive en los barrios de todo el país, donde el hambre ha vuelto a golpear fuerte en amplios sectores. Amancay Ardura, de la CCC, quien historió la lucha de los 90 y comparó a Macri con quienes en ese momento gobernaban el país, entregando la soberanía a las multinacionales. Y por último Esteban “Gringo” Castro, el secretario general de la CTEP, que alabó “la unidad gestada entre los trabajadores y la religiosidad popular combativa que se puso en la superficie de esta imponente movilización de los más humildes, de los desposeídos y atropellados por el neoliberalimo y sus amos imperialistas”. Anunció también que la CTEP estará nuevamente en la calle apoyando una marcha convocada por el sindicalismo combativo de izquierda el martes, en el paro nacional y movilización de los trabajadores estatales aglutinados en ATE el jueves y en la Marcha Federal que se prepara para fin de mes. “Aquí no se rinde nadie y la lucha continúa”, aseveró ovacionado por la multitud que agitaba con una mezcla de alegría por ser tantos y de bronca por todo el mal que el actual gobierno viene produciendo en solo ocho meses de gobierno que por su intensidad destructiva ya parecen un siglo.
Director de Resúmen Latinoamericano
Fotos: Télam. Los Pibes. Resúmen Latinoamericano.