La Constituyente Feminista
“Una nueva y mejor Constitución debe ser antineoliberal y antipatriarcal”
por Mariela Acevedo*
El pasado 15 diciembre, casi al cierre del 2018, se realizó en la Manzana de las Luces el lanzamiento a nivel nacional de la Constituyente Feminista, una organización de mujeres, lesbianas, travestis y trans con espíritu de cuestionar todo: incluyendo a los constitucionalistas que en mayo de 2018 firmaron el documento inicial e inauguraron el Foro para una Nueva Constitución que la Constituyente también integra.
El Foro para una Nueva Constitución pretende impulsar no una reforma sino un nuevo proyecto de país que oriente las directrices del Estado. Un compromiso que contemple desde la Carta Magna aspectos centrales en clave de derechos para la ciudadanía del siglo XXI. Recordemos que la actual Constitución -que data de 1853- fue reformada en el siglo XX durante la primera presidencia de Juan Domingo Perón, derogada por un gobierno de facto, restituida a gusto y piaccere de los conservadores y reformada en el menemato.
La Constitución de 1949, contemplaba derechos de los trabajadores y las trabajadoras, garantizaba la igualdad jurídica entre varones y mujeres, protegía la infancia y ancianidad y señalaba la función social de la propiedad, el capital y la actividad económica, entre las principales reformas. Esa Constitución que al preámbulo histórico le había agregado: “…la irrevocable decisión de constituir una Nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana” fue tachada de la vida cívica y jamás restituida. La Carta Magna -derogada por decreto de la Revolución Fusiladora de Aramburu- fue reemplazada por su versión anterior: la Constitución del 53 con las reformas de 1860, 1866 y 1898, con un agregado, el artículo 14bis que reconocía algunos derechos para los trabajadores. Las conquistas no se volverían a plasmar y recién en 1994 una nueva reforma incorporaría la legislación internacional en materia de Derechos Humanos, mientras que habilitaba la posibilidad de reelección para el Carlo I de Anillaco. Irónicamente, en los años 90 se avanzó en la incorporación de derechos escritos mientras se los perdía en su ejercicio efectivo.
En la actualidad, y tras la ola regresiva en términos de derechos que estamos padeciendo, parece acuciante impulsar un nuevo acuerdo social: uno en el que la comunidad pueda reconocerse. Eso plantea el Foro para una Nueva Constitución que inicialmente reunió un selecto grupo de firmas entre las que se encuentran las de Eduardo Barcesat y Eugenio Zaffaroni entre otros popes…De 19 firmas, sólo dos eran de mujeres…y cuando parecía que nos quedábamos afuera otra vez, una feminista metió la cuchara. Así, para octubre de 2018 cuando se realizó el lanzamiento oficial del Foro para una Nueva Constitución en el Hotel BAUEN, ya la Constituyente Feminista había hecho pie dentro de las discusiones coordinando la comisión de Constitución y Género.
Charlamos con Luxxx Marina, comunicadora feminista y secretaria de relaciones institucionales de la Constituyente Feminista,1 quien nos cuenta cómo se comenzó a gestar (a tejer dirían ellas, que tienen unas hermosas escarapelas de lana blancas y violetas como insignia) una organización en expansión con alcance federal y lazos plurinacionales. La apuesta es grande: están mirando experiencias cercanas en Abya Yala, y se juntan en rondas, con mate en mano, entre abogadas, periodistas, docentes, politólogas, militantes; son mujeres, lesbianas, travestis y trans, y por supuesto, feministas y sin ánimo de ponerse de acuerdo en todo tienen la firme convicción de que esta vez no podemos quedar afuera… ahora que sí nos ven.
– Me gustaría saber cómo se les ocurre lo de la Constituyente feminista.
La idea original fue de Graciela Lamas. Ella es la primera doctora en química de Argentina, que hoy tiene cerca de 80 años. Le trasmitió esta idea a Graciela Álvarez Agudo, abogada de género y especializada en derecho cambiario y financiero.
A partir de ahí, Graciela Agudo comenzó a darle forma, y nos fuimos sumando compañeras que la y nos conocimos a través de las asambleas de mujeres, lesbianas, travestis y trans para las marchas Ni Una Menos, para el Paro Nacional del 19/10/2016 y el Paro Internacional de Mujeres. De ahí venimos Valeria Donato, actualmente secretaria general de la Constituyente, y yo.
Fuimos avanzando todo ese tiempo con el planeamiento, la organización, los estudios requeridos para crear una nueva Constitución. La Constituyente nace formalmente a mitad del 2018.
– No encontré muchas referencias en ese documento inicial del Foro a cuestiones de género (sí menciona a «las organizaciones de mujeres» en un listado de participantes) pero no me queda claro cómo entran y forjan la Constituyente.
El vínculo comienza cuando a Graciela Agudo la invitan al Foro Para Una Nueva Constitución, y a partir de la inquietud presentada por ella se forma el área Constitución y Género, de la cual ella queda como Coordinadora General. Justamente porque comprendió que se necesitaba un trabajo específico para que las cuestiones de género no queden fuera del Foro ni de la Constitución.
Paralelamente, nosotras veníamos trabajando, planeando, organizando. Graciela fue quien convocó a la Constituyente Feminista a participar del área de Constitución y Género del Foro. La Constituyente actúa dentro y también más allá del Foro, somos una organización independiente, con sus propios fines y objetivos. Articulamos también con diferentes espacios, para generar una red de trabajo constituyente que se encuentra en pleno desarrollo.
– ¿Por qué sería importante -desde tu punto de vista- que la nueva Constitución se forje desde una mirada feminista y de diversidad? ¿Cuáles serían las tensiones que perciben como conflictivas?
En el marco de una Nueva Constitución, la tensión termina siendo entre el feminismo y el conservadurismo. Algunos compañeros están tan acostumbrados al patriarcado y a sus mecanismos que se sienten amenazados tan sólo con que se cuestionen ciertas prácticas. Es una reacción muy común en los varones, y también en las mujeres «acostumbradas» al patriarcado. Entonces la tensión, el conflicto si se quiere, comienza con nuestra presencia asertiva y empoderada, porque eso ya pone en cuestión al patriarcado. Es un poco paradójico, porque todxs queremos la mejor Constitución posible, pero muchxs prefieren obviar la mirada feminista, u optan por un feminismo «light» y complaciente. Y para lograr una convivencia más pacífica y armonizada aun dentro del trabajo para una nueva Constitución, a veces hay que entrar en conflicto con quienes no quieren desprenderse de todas las prácticas patriarcales.
Hay que entender que una forma de neutralizar al feminismo en las organizaciones es la «mesita de género», dejar a las mujeres aisladas, trabajando entre ellas en su propia área, fuera de la mesa de conducción. Nosotras conocemos esta trampa y vamos por la paridad real, por la verdadera representación y por ser la norma y no la excepción en la Constitución, que es lo que sucede ahora.
– En el Foro para una Nueva Constitución hacen hincapié en cuestiones de economía y acceso universal a derechos, ¿qué quedaría soslayado desde esa mirada?
En la teoría, el acceso universal a los derechos debería incluir una mirada feminista, pero en la práctica no siempre se da así. Más allá de eso, consideramos que el trabajo para una Nueva Constitución tiene que incluir la revisión de todas las áreas de la sociedad y recopilar las propuestas de todas las personas, especialmente las más vulneradas y excluidas que es donde estamos nosotras. Repensar y reformular toda la sociedad, no sólo revisar un texto constitucional para corregirlo, emparcharlo o mejorarlo.
La Constituyente lo que propone es una construcción transversal en toda la Constitución, de la cuestión del género. También partimos de la mirada desde el feminismo de una organización social superadora: como sería para nosotras una sociedad igualitaria e inclusiva. Que los valores que se transmitan sean vinculados a la solidaridad, cooperativismo y al contrario, resistir el individualismo y neoliberalismo. Nuestra lucha no es solo contra el neoliberalismo sino contra el patriarcado, una nueva y mejor Constitución debe ser antineoliberal y antipatriarcal.
– ¿Cuáles son los siguientes pasos o propuestas para 2019?
El 15 diciembre realizamos el lanzamiento a nivel nacional de la Constituyente, con alcance federal, y para eso estuvo nuestra compañera Georgina Lira, psicóloga social de Fiske Menuco, Río Negro y Secretaria Federal de la Constituyente. Para el año 2019 estamos organizando foros propositivos para debatir acciones concretas y dar contenidos a una futura Constitución.
A partir de abril vamos a llevar adelante la escuela de formación de la Constituyente Feminista, con contenido vinculado a la Constitución y cualquier posible arquitectura institucional, que sea transversal en el alcance las cuestiones de género. También vamos a convocar a la realización de asambleas con temáticas vinculadas al trabajo por una Constitución de género, y para empezar a coordinar el trabajo de la militancia feminista en torno a esta temática.
Por último, ya estamos trabajando en la conformación de un documento base con acciones propositivas para una nueva Constitución de Género. Partimos de que la marea feminista ya está ejerciendo el poder real, y queremos transformar las instituciones desde nuestro poder constituyente originario.
El lanzamiento en diciembre en la Manzana de las Luces recorrió un programa extenso: desde las 14 se pudo participar de distintos debates hasta cerca de las 20 con el cierre de tamboras de la TumMBanda –tambores urbanos en manos de mujeres feministas- que le puso ritmo a un caluroso encuentro en el casco histórico de la Ciudad de Buenos Aires. Quienes se acercaron a conocer la propuesta de refundar “una Matria para todes, por una constitución de género y para hacer historia” pudieron participar de otras conceptualizaciones en torno a lo que desde una óptica tradicional se entiende por justicia, soberanía o libertad. La mirada feminista desdobla estos conceptos, los pliega, muestra sus usos históricos y sus potencialidades: se demanda una justicia antipatriarcal, soberanía sobre los cuerpos y libertad para decidir. Se exige la inclusión real de las voces de las comunidades afroargentinas, de pueblos originarios, de mujeres y diversidades sexuales.
Allí “donde se reunían los iluminados”, señaló Graciela Agudo al cierre del encuentro, que no dejó pasar la referencia: “acá se reunían los hombres, por eso se llama Manzana de las Luces, porque supuestamente ellos eran los que sabían”, ahora estamos nosotras y tenemos nuestro saber tejido en conjunto. La Constituyente está en marcha, su nombre tiene algo de eso: algo que está pasando justo en este instante con el sabor de estar participando en algo más grande, de estar haciendo historia.
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1 También administra el sitio de periodismo popular feminista “Apostasía de Género” en www.generoenamericalatina.org
*Mariela Acevedo es feminista, licenciada en comunicación y docente. Administra el portal feminismo gráfico y es editora de Revista Clítoris. Escribe, da clases y realiza tareas de investigación en el campo de la comunicación, la salud, los géneros y las sexualidades.
En este artículo se hace uso de “mujeres, lesbianas, travestis y trans” en tanto identidades políticas. Además de feminidades y masculinidades hay personas que no se autoperciben ni como femeninas ni como masculinas, sino como no binaries u otras denominaciones menos rígidas o excluyentes. El uso de la x hace referencia a todas las identidades que incluyen y desbordan el binario femenino / masculino.
Ilustración de portada: Ro Ferrer