La esclavitud en los tiempos del cambio
por Gabriel Luna
El jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta repudió la sentencia del juez Andrés Gallardo donde se prohíbe la actividad de las plataformas-empresas “Glovo”, “Rappi” y “Pedidos Ya” en todo el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires. Y defendió a estas empresas, y al trabajo precario que ofrecen, porque: “están legalmente constituidas, pagan los impuestos y son utilizadas por mucha gente”, dijo vehemente Larreta.
“Glovo”, “Rappi” y “Pedidos Ya” son las responsables de que jóvenes y no tan jóvenes recorran las arduas calles de Buenos Aires como esforzados ciclistas equilibristas, llevando enormes cubos en las espaldas y sorteando autos, motos, peatones y colectivos. Lo que no dice Rodríguez Larreta es que “Glovo”, “Rappi” y “Pedidos Ya” generan trabajo precario: sin relación de dependencia, sin sueldo, sin seguros de salud ni por accidentes, sin aportes sociales ni previsionales, y con desvinculación sin cargo para las empresas. Ni siquiera éstas proveen los equipos, las bicicletas, tampoco el emblemático cubo donde se guardan los pedidos. Todo debe proveerlo el equilibrista. Se trata de un trabajo casi esclavo, sin manutención ni seguros; pagado a destajo, regulado y controlado absolutamente por las empresas y para colmo disfrazado de emprendedurismo.
Algunos números en promedio. Las empresas-plataformas cobran un 25% del precio del producto a restaurantes y comercios. Los pedidos insumen hasta ½ hora. Cada pedido deja al repartidor $ 50; pero no los cobra al momento sino cada quince días. La mayor actividad ocurre los feriados, los días de lluvia y los fines de semana. Por un trabajo mensual a razón de ocho horas diarias, un repartidor cobra $ 9.000; y la empresa, a través de ese repartidor, cobra $ 18.000 de los restaurantes y comercios.1
Así las cosas, tras ocho meses de vigilancia e investigación de este tránsito de ciclistas y mercancías, el juez Andrés Gallardo, titular del Juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario N° 2, requirió el viernes 2 de agosto a las tres empresas que presenten en el plazo de dos días, la nómina del personal afectado al servicio de este reparto de mercaderías, acreditando su correcta registración y cumplimiento de las normas laborales y previsionales, y que provean a cada conductor, bajo su exclusiva cuenta y cargo de: casco e indumentaria con bandas reflectivas reglamentaria, y caja portaobjetos reglamentaria, con sistema de ajuste a la bicicleta o motocicleta. Y tengan además los comprobantes de póliza de seguros personales y de riesgos del trabajo vigentes y las copias de las libretas sanitarias correspondientes. Advirtió el magistrado que: “Queda expresamente vedado a las empresas citadas obligar a sus empleados a costear las provisiones aquí establecidas”.
Y como consecuencia de estas infracciones, el juez Gallardo ordenó a las empresas Visa Argentina, Mastercard Cono Sur, Tarjeta Naranja y American Express Argentina que dispongan la inmediata suspensión y bloqueo de las operaciones que por su conducto efectúen las empresas Rappi Arg. S.A.S., Kadavra S.A.S. (Glovo) y Repartos Ya S.A. (Pedidos Ya), en la Ciudad de Buenos Aires, hasta que sean cumplidos los requerimientos anteriores.
Larreta vs Gallardo
El intendente Larreta defendió a las plataformas-empresas: «dan mucho trabajo» a los locales de comida y «generan nuevos puestos laborales». Y cuestionó la sentencia del juez Gallardo al señalar que es «una más de las tantas» a las que lo «tiene acostumbrado”, dijo molesto, como si intentara mostrar una relación entre un padre autoritario y un hijo rebelde. “Porque no se trata de prohibir y dejar en la calle a un tendal de gente, justo con la necesidad de trabajo que hay», añadió ensayando preocupación frente a un micrófono. «Lo de Gallardo es cualquier cosa”, dijo despectivo. “Sus fallos son políticos. El tema es que después todas (las sentencias) se las apelamos y se las ganamos», remarcó Larreta con soberbia.
Falta el Intendente a la verdad en esto último. Cabe recordar el caso del Parque Las Heras, donde Larreta y Macri pretendían enrejar y construir un negocio de estacionamiento subterráneo, arrasando patrimonio histórico y convirtiendo el lugar en una especie de maceta gigante de cemento, sin drenaje en caso de lluvias, y con horario enrejado de visitas. Pero resultó que los vecinos se opusieron, pidieron amparo, e intervino precisamente el juez Gallardo, quien frenó los negocios subterráneos y levantó las rejas del Intendente. Ver la siguiente nota de Periódico VAS sobre el juicio, titulada Triunfa Parque Las Heras. 2
Por otra parte, volviendo a este caso de trabajo u ocupación precaria, el juez Gallardo le contestó a Larreta. Le dijo que sí, que la Justicia forma parte del Gobierno político de la Ciudad de Buenos Aires, y que por lo tanto sus sentencias son políticas. Y entrando en materia, destacó que las tres empresas habían tenido más de 8 meses para adecuarse a la Ley 5526, que regula precisamente la mensajería, el transporte de mercaderías y de sustancias alimenticias en la Ciudad. Y explicó que las empresas no lo hicieron, no tomaron medidas de seguridad, y la consecuencia fue que en ese lapso hubo un muerto y 141 heridos, varios de gravedad, que, por supuesto, no fueron cubiertos por las empresas.
Llama también la atención que dicha Ley 5526, que protege la actividad y sobre la que se basa la sentencia, fue promulgada en mayo de 2016 durante el propio Gobierno de Larreta. Es decir, que el Intendente, defendiendo la precariedad laboral, está infringiendo las leyes de su propio Gobierno. Larreta explica: “Porque no se trata de prohibir y dejar en la calle a un tendal de gente, justo con la necesidad de trabajo que hay». Gallardo responde que “si no se cumple con la Ley, indudablemente, la escalada de accidentes irá en aumento, ¿y quién se hará responsable?” La crisis económica no justifica los muertos y las personas heridas por falta de prevención. “Si en una obra en construcción trabajan cien obreros sin casco la Justicia clausurará la obra, aunque se pierdan cien puestos de trabajo, porque en caso de derrumbe morirían. La sociedad prioriza la vida. Si mañana un colectivo arrolla a cinco chicos en bicicleta repartiendo pizzas, que no llevan cascos ni otra protección, y mueren los cinco, la sociedad pedirá cuentas, preguntará por un responsable”, pone como ejemplo el Juez.
La esclavitud en los tiempos del cambio
Lo primero que se advierte respecto de esta disputa es algo paradojal, no sólo porque el Intendente pretende infringir con apelaciones y chicanas una ley de su propio Gobierno, sino porque, además, la falta de trabajo que admite y “conmueve” a Larreta también la produce su propio Gobierno.
Es sabido que la política económica denominada del Cambio e impulsada por Macri y Larreta ha deteriorado al comercio y al sector industrial produciendo una enorme caída de puestos de trabajo genuino. En el primer semestre de 2019 la economía argentina muestra una fuerte crisis socioeconómica, con una tasa de desocupación que supera el 11,1% en GBA y el 7,2% en CABA.3 Y la Ciudad tiene ahora, en el mes de julio, 94.000 pobres más que hace un año atrás. Suman un total de 585.000 los pobres en la Ciudad de Buenos Aires, que resulta el 19,1% de la población porteña. 4 Todo esto se conoce. Lo que no es tan sabido es que la caída del comercio, de la industria, y el consecuente aumento de la desocupación y de la pobreza, son las condiciones adecuadas para el surgimiento de estas empresas-plataformas.
Las entidades, como “Glovo”, “Rappi” y “Pedidos Ya”, no son empresas en un sentido conocido, no son dueñas de los medios de producción. No producen nada ni tampoco aportan vehículos, herramientas, ni la fuerza de trabajo para cumplir las funciones. Sólo median entre dos sectores usando tecnología informática. Una aplicación. Tienen las ventajas de las empresas conocidas pero sin los inconvenientes. La explotación se mantiene -como se ha visto arriba-: la empresa-plataforma cobra el doble de lo que perciben sus empleados sin necesidad de exponer el cuerpo, perder tiempo o arriesgar capital. Y por otro lado, tampoco existe la vinculación laboral conocida. No hay paritaria salarial, sueldo base, horas extras, asistencia médica, seguros, aportes previsionales, ni vacaciones. Y tampoco hay seguridad laboral, la empresa-plataforma puede bloquear la aplicación de sus empleados en cualquier momento, sacarlos del circuito sin dar explicaciones, según su propia conveniencia, y sin indemnizaciones.
Conclusión. Estas plataformas impulsadas y defendidas por Larreta son el puerto soñado de la avidez empresaria. Mínima inversión, máxima ganancia y cero costo laboral. Pero son también la desgracia del trabajador. La situación marca un retroceso profundo en la calidad del empleo (justo lo contrario a lo anunciado por Macri y Larreta en la campaña electoral del Cambio). Hay que retrotraerse muy atrás (a pasados muy lejanos, en lugar de los futuros prometidos en la campaña del Cambio) para encontrar al trabajador en condiciones tan desgraciadas.
En los tiempos de la esclavitud el amo proveía vehículos, herramientas, ropas, alimentos, seguridad, cuidados y viviendas. Mucho más de lo que proveen hoy las plataformas de Larreta.
La conclusión, estimados lectores, es que no vamos hacia el futuro como reza la campaña mencionada, sino a un pasado muy abyecto, que se está construyendo ahora, frente a nosotros. Porque hubo y hay que crear las condiciones de fuerte desempleo y pobreza, para atraer e instalar en la Ciudad a estas plataformas del Cambio, y facilitarles -además de los esclavos- que puedan fugar sus ganancias.
Dibujo de portada: Pato Mena
1. Cuenta sacada considerando compras de $400 a razón de 8 pedidos diarios durante 22 días.
2. https://www.periodicovas.com/triunfa-parque-las-heras/
3. Fuente CEPA, Centro de Economía Política Argentina, publicado el 22 de julio de 2019.
4. Fuente, diario Clarín, Economía, 17/07/2019.