Túnel jesuítico del siglo XVIII en la Manzana de las Luces
Un túnel jesuítico del siglo XVIII, ubicado debajo de la iglesia de San Ignacio en la histórica “Manzana de las Luces” del barrio porteño de Monserrat, será abierto al público mañana con la ceremonia de inauguración y bendición de las obras de restauración de esa infraestructura.
La inauguración de las obras coincide con la celebración de los 360 años de la instalación de la Compañía de Jesús en la emblemática Manzana, conocida hoy como de Las Luces.
La Agencia AICA consignó que el presbítero Francisco Baigorria, párroco de la iglesia de San Ignacio ubicada en Bolívar y Alsina, presidirá este jueves una misa de acción de gracias por la “puesta en valor, refuncionamiento y reapertura” del antiguo claustro del Colegio Grande de San Ignacio, luego Real Colegio de San Carlos y la traza de túneles jesuíticos que atraviesan subterráneamente el templo más antiguo de la Ciudad de Buenos Aires.
Tras la celebración se procederá al acto inaugural y bendición de las obras, con la participación de autoridades porteñas y nacionales e invitados especiales del ámbito de la conservación del patrimonio arquitectónico, cultural y religioso.
Según explicó el párroco de San Ignacio “desde 1913, que comenzó la demolición de gran parte del primitivo edificio del Colegio hasta este momento, se había perdido este elemento físico y sobre todo cultural y patrimonial intangible de lo que fue y significó el Colegio Mayor de San Ignacio y luego Real Colegio San Carlos, tras la expulsión de los jesuitas en 1767”.
Ana María Di Consoli, coordinadora y gestora del acto inaugural y visitas guiadas del Proyecto San Ignacio, junto con Soledad Saubidet, precisó que “el colegio de los padres jesuitas comenzó a funcionar en 1617, en la antigua sede que ellos tenían cuando llegaron a Buenos Aires en 1608, en la zona de la Plaza”.
“La primera iglesia es de 1675; de la cual se conserva la fachada, junto con la torre sur de 1680. Se calcula que para 1712 la iglesia definitiva estaba terminada, por lo menos en su aspecto estructural más importante y se cree que la obra finalizó para la consagración del templo en 1734. La torre norte, la que tiene el reloj, data de 1850 y no es jesuítica″, explica la guía de turismo.
La puesta en valor del claustro del colegio jesuítico, que tras la expulsión de la Compañía pasa a ser regenteado por la corona española, tiene un bagaje histórico y sociocultural importantísimo y estuvo a cargo del arquitecto Alberto Boselli.
“En estos claustros se educaron y formaron los padres de nuestra Patria, nuestros próceres y grandes personalidades que inauguraron e iniciaron nuestra Nación”, subrayó el padre Baigorria y advierte que “haber recuperado este pequeño patrimonio es muy significativo”, ya que al construirse el Colegio Nacional de Buenos Aires, entre 1911 y 1938, se demuele el antiguo Colegio Real de San Carlos.
La puesta en valor de la iglesia de San Ignacio de Loyola comenzó con un plan maestro que, en 2007, el entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, actual papa Francisco, encargó al padre Francisco Baigorria la misión «de poner en valor el templo y encarar un proyecto de resignificación histórica y cultural».
Además del claustro del viejo colegio, el párroco contó que otro espacio que “se recuperó y refuncionalizó es el tramo más importante y significativo que queda de aquella traza original que unía maravillosamente los edificios más sólidos y seguros de Buenos Aires en tiempos coloniales. Se trata de los pasajes subterráneos, construidos por estrategia y táctica militar ante posibles invasiones que existieron o pudieron haber existido en tiempos del Virreinato de una corona debilitada en Europa y un constante miedo y amenaza de ser invadidos y tomados por otra corona reinante”, explicó.
“Actualmente este túnel debe tener unos 40 metros caminables y dos chicotes laterales, uno de cuatro o cinco metros y otro pequeño. Son los únicos que la gente podrá recorrer en Buenos Aires. Se usaban para defensa de la ciudad”, añadió Di Consoli.
«Se trata de túneles excavados sobre la tosca viva en la época de los jesuitas que se redescubrieron cuando la construcción del Colegio Nacional nuevo y gran parte de los ramales se perdieron cuando la Universidad fue agregando obra», explicó la encargada del proyecto
El sábado 13, a las 15, se habilitarán las visitas guiadas y se mantendrán los martes y sábados en ese mismo horario.
En el recorrido, de una hora a una hora y media aproximadamente, se accederá a la torre norte de la iglesia, luego se pasará a la torre sur, de ahí se bajará al claustro y finalmente a los túneles.
El costo de la entrada se destinará a la restauración y mantenimiento del templo. Se puede reservar lugar o escribir previamente a [email protected]