Pino Solanas: La Argentina Latente
por Rafael Gómez
Intelectual y artista. Músico, director de cine, guionista y productor cinematográfico. Su filmografía es una herramienta importantísima a la hora de comprender el devenir de Argentina y de América Latina. En 1968 filmó la emblemática Hora de los Hornos, película documental que obtuvo reconocimiento internacional y mucha difusión, incluso en nuestro país pese a estar prohibida.Tras este rodaje formó el Grupo Cine Liberación junto a Octavio Getino, Gerardo Vallejo y Edgardo Pallero. En 1976 debió exiliarse primero en Madrid y luego en París, hasta 1984. Filmó El Exilio de Gardel (1985), película de ficción donde expres a el desarraigo del exilio. Y Sur (1988), un homenaje a los que permanecieron en el país resistiendo la dictadura militar. En 1991 sufre un grave atentado por denunciar el estrago de las políticas privatizadoras menemistas. En 1992 filma El Viaje , reflejo de su frustración con el gobierno de Carlos Menem. Y seis años después La Nube, un homenaje a los artistas argentinos que en condiciones muy adversas defendieron la libertad de expresión. Luego de cumplir un período como diputado nacional, en 2002, retoma el género documental con Memoria del Saqueo , donde ahonda en las causas que desembocaron en la crisis de 2001. Dos años más tarde, en La Dignidad de los Nadies hace un homenaje a la resistencia y solidaridad social de diciembre de 2001. Este año, en mayo, acaba de estrenar Argentina Latente, un sorprendente recorrido del país donde trabajadores, científicos y educadores dan cuenta de lo que se puede hacer, de las potencialidades y recursos – humanos, naturales, económicos, y culturales– que subyacen al saqueo y nos permitirían re-definir un rumbo de prosperidad en Argentina .
Polémico (por momentos irascible) en esta entrevista de Periódico VAS asegura que Argentina está en condiciones de llevar adelante un proyecto independentista. Para lo cual es necesario establecer un debate en la sociedad acerca del modelo de país que queremos; porque: “En esencia, el modelo de Kirchner sigue siendo el mismo que el menemista: no ha habido distribución de la riqueza, no se rectificaron las privatizaciones y tampoco se ha modificado el régimen impositivo, que es regresivo”.
Periódico Vas: Surge de su última película, Argentina Latente , una consigna esperanzada: “se puede”. ¿Hay un supuesto en esta consigna, de que los recursos humanos de entonces son actualmente los mismos?
Pino Solanas: Las mías son películas de autor. Igual que un periodista al hacer una crónica o un escritor al hacer un libro, en mis películas doy mi opinión de lo que observo en la realidad. Lo que rescato en Argentina Latente es la capacidad de trabajo: de ingenieros, médicos, y miles de trabajadores, que hizo que nuestro país desarrolle una tecnología de punta en áreas estratégicas como la aeronáutica, la energía nuclear, y la industria petrolera. Basta citar como ejemplo la industria aeronáutica en Córdoba, dónde en 1947 se fabricó el Pulqui, un avión que competía con el F18-Sabre norteamericano. Y lo más importante es que esas capacidades no se han perdido, siguen estando pese al olvido, a los bajos salarios y al desmantelamiento que venimos sufriendo como país.
Siguen estando, y siguen aportando a la creación de la Argentina moderna. Por ejemplo: pocos que saben que existe una Comisión de Actividades Espaciales que está fabricando satélites para la NASA y para Italia. Esta película habla de lo que hicimos y de lo que todavía podemos hacer como país. Y quiero demostrar que en nuestro país “se puede” porque las potencialidades están: tenemos recursos humanos, tenemos recursos naturales y minerales, tenemos petróleo y tenemos desarrollo científico-tecnológico. Lo que falta son decisiones políticas y estratégicas para poder recuperar y rescatar el país que fuimos.
P. Vas: ¿Considera que esta recuperación debe montarse en un cambio social?
P. Solanas: Sí, por supuesto. Y de hecho, la película hace una crítica muy grande a la política educacional que se viene aplicando en nuestro país, sobre todo a nivel de la escuela pública. ¡No es posible que tengamos escuelas públicas abandonadas a las cuales el gobierno les asigna solamente cien pesos mensuales para gastos generales, cuando tenemos recursos minerales y petroleros extraordinarios!
P. Vas: ¿Cuál es rol que usted imagina para la clase política actual en un proceso de transformación y despegue como el sugerido en la película?
P. Solanas: Y…, es totalmente imprevisible. ¿No le parece lamentable que la clase política actual le otorgue a la investigación científica tan solo un 0,5% del presupuesto? Ni hablar de la dupla Menem-Cavallo, que mandó a los científicos a lavar los platos porque pensaba importar tecnología y ciencia. Tras la privatización de las empresas del Estado, decenas de miles de ingenieros y técnicos quedaron en la calle. Las empresas del Estado producían tecnología nacional. Las empresas extranjeras y las 800 grandes empresas argentinas que pasaron a manos extranjeras no producen tecnología acá. La traen de afuera.
P. Vas: ¿Qué hacer entonces con esta clase política?
P. Solanas: Habrá que cambiarla. Eso es lo lamentable…
P. Vas: ¿Cómo se hace?
P. Solanas: (Ríe) No soy un oráculo, apenas hago películas.
P. Vas: ¿Usted cree que ese cambio podría darse con el crecimiento de organizaciones sociales de tipo horizontal con democracia directa, como la asamblea de Gualeguaychú?¿O podría darse con un movimiento parecido al del 19 y 20 de diciembre de 2001 en Buenos Aires?
P. Solanas: El del 2001 fue un estallido espontáneo. Ninguna cosa extrema funciona sólo con lo espontáneo, porque lo espontáneo no constituye gobierno. Acá lo primero que hay que hacer es una profunda reforma constitucional. Hay que modificar el artículo 23 de la Constitución Argentina, donde dice que “el pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes”. La realidad argentina de las últimas décadas es que los gobernantes que hemos votado no han respetado el mandato programático del voto. Frondizi primero, Alfonsín después, y ni hablar de Memen que confesó: “si yo hubiese dicho lo que iba a hacer no me hubiesen votado”. El mismo senador Antonio Cafiero -que no es el más bruto de los senadores sino un hombre ilustrado, con fama (entre los suyos) de ser “honesto”- terminó teorizando sobre la traición como legítima metodología de la acción política (ver la película Memorias del Saqueo). ¡Un escándalo!
Y después de esto, usted al igual que yo se preguntará: ¿cómo puede creer en la democracia el hombre común que vota cada cuatro años y le cagan el voto? Las democracias se han degradado. Hay que desarrollar un gran debate en el conjunto de la sociedad para que la gente se involucre seriamente. Hay que hacerle ajustes a la Constitución Nacional para que el pueblo tenga la posibilidad de revocar el mandato. Aprendamos de los suizos. En Suiza todos los meses hay un plebiscito o un referéndum sobre los asuntos importantes del país. Ese es un sistema de democracia directa. Los ciudadanos suizos están obligados a dar opinión y emitir su voto. Acá tenemos que desarrollar formas de democracia que conjuguen lo representativo con lo participativo. ¡Y si no respetamos el valor fundante de la democracia que es el contrato del voto, esto es una payasada!
P. Vas: Me conmocionó la pregunta que usted hace a los estudiantes al comienzo de la película sobre los recursos que tenemos en la Argentina …(Si saben con qué recursos, patrimonio, o riquezas, contamos o cuenta el país)
P. Solanas: ¡No sólo los estudiantes no lo saben, hay docentes que tampoco! Le aseguro que ningún periodista sabe qué lugar ocupa la Argentina en riqueza minera. ¡No lo saben ni siquiera los legisladores!
P. Vas: Eso no es precisamente sentido de pertenencia…
P. Solanas: El imaginario colectivo y la opinión publica están marcados por el discurso de los grandes medios de comunicación. Estos son los que fomentan el colonialismo cultural; en lugar de generar sentido de pertenencia.
P. Vas: ¿Esto lleva a pensar que estamos sufriendo una derrota cultural?
P. Solanas: Yo no diría eso, porque la derrota cultural es el sentimiento profundo de que la realidad no puede ser cambiada. Y eso es mentira. La prueba es que este país, hecho añicos, que estalló en el 2001-2002, tiene reservas importantes naturales y humanas. No cayó en el caos. ¿Recuerda usted que en marzo de 2002 los economistas de derecha pronosticaban que en seis meses el dólar iba a trepar a los 10 pesos?, ¿se acuerda de eso?. Pero el país no cayó. El plan económico de Lavagna sacó al país del incendio. Y ya en el 2003 había una recuperación de seis o siete puntos. Y después hubo cuatro años con una recuperación del ocho por ciento anual.
P. Vas: Esa recuperación se produjo por la soja.
P. Solanas: No es solamente por el impacto sojero. La devaluación del peso equilibró el dólar a la relación que tuvo históricamente en nuestro país: entre dos y cuatro pesos. Y con el dólar a tres pesos comenzó la sustitución de importaciones, que hizo competitiva a nuestra economía. ¡Ese es el milagro argentino que le ha dado resultado a este gobierno! Mire, yo no soy kirchnerista pero tendría que ser un idiota como la Carrió para no ver la realidad. Y la realidad es que la gente volvió a creer y a pagar. Hay superávit fiscal, algo que no hubo en los años del menemismo. Pero también está la otra realidad, que es la injusta distribución de la riqueza. ¡Que resulta absolutamente arbitraria habiendo tanta plata en el banco!
P.Vas: ¿Por qué cree usted que ocurre eso?
P. Solanas: Sucede que el actual modelo económico todavía tiene muchos resabios del menemismo. No existe un plan estratégico que defina cuál es perfil de la Argentina en el mundo. Ese es el gran debate pendiente: ¿seguiremos siendo un país productor de carne, soja y minerales, es decir, de materias primas? o ¿somos capaces de producir valor agregado? El modelo menemista era agro-minero exportador y nos llevó a la destrucción de toda la industria y al éxodo de nuestros hijos. En esencia, el modelo de Kirchner sigue siendo el mismo que el de Menem y de De la Rúa.
Periódico VAS estuvo en el estreno de Argentina Latente que fue en el cine Gaumont a sala enorme y llena. Terminada la proyección, una luz tenue flotó sobre nosotros y Pino Solanas –micrófono en mano- presentó a los protagonistas de la película: un ingeniero cordobés de la industria aeronáutica, un técnico y un ingeniero naval del astillero Río Santiago que resisten junto a 6.000 trabajadores la privatización del astillero, médicos, investigadores del instituto Balseiro, miembros de la Comisión de Actividades Espaciales que están fabricando satélites para la NASA y para Italia, obreros de la fábrica recuperada IMPA, maestros de escuelas públicas que pone en el cuerpo al abandono del Estado… La luz fue más intensa. Aplausos, abrazos, emociones. Los protagonistas convocados por Solanas seguían levantándose de las butacas. Estaban entre nosotros, junto, dentro de nosotros… como la Argentina Latente.
1) Argentina es rica o pobre
2) Cual es la producción del astillero Rio Santiago
3) Breve reseña de los desarrollos de la industria aeronáutica Argentina.
4) Aeroespacial
5) En su opinión se aprovecha directamente nuestros recursos minerales
6)cuando invierte la Argentina en educación en corporación con otros países.
7) Donde se puede estudiar la carrera de investigación científico. Y la de físico nuclear?
8)De los últimos años menciona los desarrollos tecnológicos mas relevante de nuestro país.
9) Piensa es importante tenes un plan estratégico nacional –justifica-