«Por un mar sin petroleras»
En una entrevista publicada en la revista MU1 en julio de 2020, el entonces flamante ministro de Medio Ambiente Juan Cabandié se pronunciaba contra el glifosato, al que calificó como “veneno”. Reivindicó la labor de Andrés Carrasco -científico argentino que denunció los males que produce este agrotóxico-, pero al mismo tiempo se pronunció a favor de una transición ecológica que no limite su uso. (Resulta increíble, ¿no?). En esa misma entrevista, el funcionario también criticó el modelo de desarrollo extractivista y auguró que la pandemia podía ser la oportunidad de entrar en nuevo orden socio productivo ecológicamente sostenible (¿Qué quiso decir? Un misterio para desentrañar).
Pandemia y voltereta
Lo cierto es que durante la larga cuarentena a la que nos sometió la pandemia, los únicos que se detuvieron fueron nuestros cuerpos. Mientras tanto el extractivismo, las fumigaciones con agrotóxicos y el desmonte del monte nativo, siguieron avanzando a pasos descomunales. Los devastadores incendios forestales también son una clara muestra del avance de la matriz extractivista sobre los recursos naturales. De manera que hacia el 2021 los buenos augurios del ministro Cabandié habían virado de forma vertiginosa. Y para terminar, en el Foro de Ministros de Medio Ambiente de América Latina, durante las negociaciones del G20 en Nápoles y en la cumbre de cambio climático de Glasgow, propuso el canje de la deuda externa argentina por acciones climáticas.
Sin mayores explicaciones sobre esta propuesta, el primer negocio que suscribió el Gobierno argentino en tierras escocesas fue la concesión del territorio minero de la localidad rionegrina de Sierra Grande a la empresa australiana Fortescue Future Industries para la producción y exportación de toneladas de hidrógeno verde2. En este punto vale hacer una sutil explicación: El hidrógeno verde se obtiene del agua limpia -es decir, el agua apta para el consumo humano- que sometida a un proceso de electrólisis, rompe su molécula y separa el oxigeno del hidrógeno. Este proceso productivo requiere de altas cantidades de un recurso no renovable como es el agua y de grandes cantidades de energía eléctrica no contaminante, es decir eólica o solar. En concreto, se trata de una empresa que viene a engrosar la matriz productiva extractivista tan bien arraigada en nuestro país.
Perdidos en Escocia
Fue también en Glasgow donde una veintena de Estados se comprometieron a dejar de financiar proyectos para explorar o explotar combustibles fósiles en el extranjero para 2022. Pero claro, la cumbre climática se desarrolló en noviembre de 2021, de manera que días antes de la finalización del año, exactamente el 24 de diciembre,3 Juan Cabandié, en su calidad de titular de la cartera medioambiental, avaló el acuerdo firmado en el ministerio de Producción, a cargo de Matias Kulfas, para habilitar a la empresa petrolera noruega Equinor, a la británica Shell y a la cuasi nacional YPF, a realizar estudios de exploración sísmica en tres áreas offshore del Mar Argentino con el objetivo de extraer hidrocarburos. En síntesis, lo de Glasgow resultó un paseo sin compromiso alguno.
Influjos del chubutazo
El aval de Cabandié sucedió días después del levantamiento popular de Chubut contra la decisión del Gobierno provincial de autorizar la minería a gran escala. Pueblada que obligó al gobernador “filo massista” de esa provincia, Mariano Arcioni, a derogar la ley aprobada por un puñado de legisladores satélites.
La llegada del nuevo año y las promesas de prosperidad no aplacaron el descontento popular que a partir del chubutazo se extendió en todo el país, por el contrarió lo recalentó. Bajo las consignas «Un Mar sin Petroleras», «No pasarán», «Fuera el extractivismo de nuestros territorios», el miércoles 5 de enero, en la costa argentina y distintas ciudades del país, entre ellas Buenos Aires, rugió el rechazo al proyecto de exploración y extracción de petróleo en el mar argentino.
La convocatoria al “Atlánticazo” estuvo a cargo de la Asamblea por un Mar Libre de Petroleras y distintas organizaciones ambientalistas y defensoras de derechos humanos, que exigen la anulación del proyecto aprobado por el ministerio de Medioambiente, en tanto que advirtieron que el repudio popular a esta medida tiene las mismas características del Chubutazo. Por lo tanto exigen a Cabandié que al igual que Arcioni vuelva atrás con la medida o bien que renuncie a su cargo.
“Equinor -la petrolera noruega- tiene varios accidentes recientes: 11 derrames serios en 2020 y otros 10 derrames serios en 2019”, aseguran desde las organizaciones ambientalistas. «El peligro de derrame es probable en un 90%», subrayan. Mientras que les manifestantes aseguran: «Nadie quiere un mar negro y sucio. Sabemos que la explotación petrolífera genera contaminación, ya sea en la tierra como en el mar. Hemos tenido grandes ejemplos en el Golfo de México hace pocos años. Nadie quiere que suceda eso en las costas argentinas ni en otro lugar del mundo. Por eso levantamos la voz para que no ocurra».
En la ciudad de Buenos Aires la manifestación de repudio al proyecto que habilita la exploración sísmica en el Mar Argentino, convocada por la Coordinadora Basta de Falsas Soluciones (BFS), exigió al Gobierno nacional la suspensión de esa exploración y además políticas efectivas para combatir los incendios forestales tanto en el sur del país como en en las islas del río Paraná, que también están relacionados con el extractivismo. La movida, que se desarrolló a manera de performance frente a la Casa Rosada, contó con el apoyo de la Autoconvocatoria por la Suspensión del Pago e Investigación de la Deuda Externa4, entre otros colectivos y organizaciones ecologistas y políticas.
1. Reciclado. Entrevista a Juan Cabandié
2. Hidrógeno verde en Argentina: una lectura crítica del proyecto anunciado en Glasgow
3. Ver Boletín Oficial 30/12/2021
4. Autoconvocatoria por la Suspensión del Pago e Investigación de la Deuda Externa
Foto: Emergentes