«Los recursos de la derecha siempre han sido el fraude o el atentado»
por Gabriel Sánchez Sorondo
El historiador y periodista Norberto Galasso señaló que el atentado perpetrado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner «no es de un loco suelto; sino que, de un modo u otro, responde a una concepción ideológica política, alentada por algunos políticos, intelectuales y periodistas».
«Estamos ante una nueva expresión exacerbada de sectores sin argumentos que hace ya tiempo están recurriendo a acciones límites, como los casos recientes de las guillotinas, horcas e injurias de toda clase que se vieron en plaza de mayor contra el Gobierno y en particular contra la Vicepresidenta», reflexionó Galasso con relación al intento de asesinato.
Y completó: «Todo esto, además, con el respaldo de los medios de comunicación e incluyendo a periodistas que alguna vez fueron prestigiosos y hoy colaboran con esta psicosis, con esta idea de que se pueden resolver los problemas recurriendo a la violencia total como intentó esta persona».
A continuación los pasajes centrales de la entrevista en la que Galasso realiza un recorrido histórico por los intentos de magnicidio en Argentina.
¿Cómo dimensiona usted este episodio en el marco histórico local?
Siempre hubo atentados en nuestro país y particularmente intentos de acabar con determinados líderes. No nos olvidemos de que en el 45, cuando la gente salió a la calle para apoyar a Perón, el coronel Desiderio Fernández Suarez asumió la voz de gran parte del sector militar señalando que la única opción posible era matar a Perón. Después, este individuo fue el principal responsable de la masacre de José León Suarez, en el ’56, que bien recoge Rodolfo Walsh.
Ese no fue el único caso…
No, desde luego. En el ´55, el almirante Isaac Rojas también planteaba que era imprescindible bombardear «la cañonera» –el barco de bandera paraguaya donde se refugió Perón previo al exilio– aun a costa de un conflicto con el Paraguay que él asumía un tema secundario frente a la urgencia de liquidar al líder. Es lo mismo que hizo Lavalle al fusilar a Dorrego para terminar con lo que ellos llamaban «turbas». Quien molesta, en este caso, es la mujer que puede liderar a los sectores populares y hacer un poco más justa nuestra sociedad. También hubo atentados contra Yrigoyen, contra Alfonsín… Nuestra historia está plagada de sangre que derramaron las armas de las minorías contra las mayorías populares.
¿Qué sentido racional tendría que el magnicidio siga siendo un recurso para los perpetradores habida cuenta de una desaprobación casi generalizada?
Es que la derecha no tiene argumentos para defender sus privilegios. Sus principales recursos históricos han sido siempre el fraude o el atentado para amedrentar a las mayorías. A veces colectivamente, como en el bombardeo a Plaza de Mayo del 16 de junio de 1955, donde murieron más de 350 personas, y otras veces a la cabeza precisamente de líderes que encarnan el movimiento nacional y popular, suponiendo que eliminado al líder, el movimiento se debilita.
¿Qué opina de la versión que ha pretendido instalarse acerca del «lobo solitario»?
Es una forma de sacarse de encima toda responsabilidad. En principio, se sabe que este hombre tenía más de cien municiones en su casa, un arma cargada y lista para el disparo, a lo que falta verificar las llamadas telefónicas, el entorno, eventuales apoyos aun no descubiertos. No es un loco suelto, sino alguien con pertenencia a una organización, partido, secta o veremos qué. Pero, más allá de lo que determine la investigación, son muchos los dirigentes que vienen hablando de muerte: algunos plantearon «ellos o nosotros» es decir: exterminio. Hubo quien pidió textualmente «pena de muerte» para la Vicepresidenta, a raíz de la causa judicial en curso. Patricia Bullrich juzgó «muy flojo» a Larreta por la represión contra militantes en la puerta de la casa de Cristina Kirchner, la gran mayoría de los medios apoyó y difundió estas consideraciones sosteniendo el odio y predicando la violencia. Este atentado no es de un loco suelto; de un modo u otro responde a una concepción ideológica política, alentada por algunos políticos, intelectuales y periodistas.
¿Cómo seguir después de esto?
Hay que extremar los cuidados, movilizar a los sectores populares, resguardar a Cristina, que es la figura central de la política argentina y finalmente dirimir nuestro destino en las elecciones, donde seguramente el pueblo logrará imponerse y entonces tendrá en sus manos el poder y se harán las transformaciones que son urgentes.
F: Télam