La orquesta del Isauro Arancibia
educación grupal, artística y participativa
por Maia Kiszkiewicz
El Isauro Arancibia nació en 1998 como centro educativo de jóvenes y adultos. Y creció para acompañar las necesidades de les estudiantes. “Empezamos en la Central de Trabajadores y Trabajadoras de la Argentina (CTA), con mujeres de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR), que vieron que en Constitución estaba lleno de pibes y pibas que no iban a la escuela y que vinieron en cuanto supieron que había un espacio que los estaba esperando: el Isauro. Así pasaron todos estos años pensando en dar respuestas a lo que llegaba. Y, en ese camino, nos dimos cuenta de que el arte es tan importante como tener un oficio. Sobre todo en esta población con la que trabajamos, que muchas veces está atravesada por experiencias muy traumáticas”, dice Lila Wolman, coordinadora y parte de la construcción del espacio educativo Isauro Arancibia, en comunicación con Periódico VAS.
La institución, ubicada en Paseo Colón 1366, tiene jardín maternal, primaria para jóvenes y adultos en los turnos mañana y tarde, secundaria, y talleres de artes y oficios que se siguen sumando. En 2016, como resultado del trabajo desarrollado por el taller de música, estudiantes de los grados de Nivelación, Segundo y Tercer Ciclo del Centro Educativo Isauro Arancibia lanzaron un disco con producciones propias que dan cuenta de las técnicas musicales, la organización y la posibilidad de disfrutar y expresarse desde lo sonoro.
Soñando con la libertad
se pueden realizar
las cosas más concretas
y más allá
en el futuro
más incierto
las zapatillas
podrán volar
armando algo
sin imaginar
y con las manos
en los bolsillos
vamos a volar
(Soñando con la libertad, producción de La banda del Isauro)
“Hace varios años que los estudiantes componen canciones. Y, con esa experiencia, se nos ocurrió que armar una orquesta podía ser una oportunidad maravillosa. No solamente para el disfrute sino también para la prevención. Que un chico pueda estar en la orquesta, que sea violinista, por ejemplo, y tenga eso como parte de su vida para seguir construyendo su proyecto, es importante para la comunidad del Isauro. Ese es el orígen de esta idea que nos apareció con mucha fuerza este año”, explica Lila y se suma a la apuesta de soñar un futuro en el que les estudiantes logren integrarse social y culturalmente desde la potencia sensible, grupal e intelectual que fortalece el participar de una orquesta, y al trabajo para construir ese porvenir.
¿De qué manera aporta a la construcción de las identidades la participación en espacios artísticos, y sobre todo grupales, como lo es la orquesta?
El arte tiene un poder transformador. No solo la música, también las artes visuales, la danza. Y la grupalidad. Ser un violinista, pero serlo en una orquesta. Para que suene, tenemos que estar todos. Es un proyecto poderoso y hermoso.
Yo soy tu rancho
vos sos mi canción
me gustaría que
para esta ocasión
cantemos todos
lo que te voy a decir
y que la gente sepa
que a mí me gusta reír.
(Yo soy tu rancho, producción de La banda del Isauro)
¿Reciben apoyo por parte del Estado para la construcción del espacio?
Presentamos el proyecto de la orquesta en muchos lugares y no hemos conseguido grandes cosas. Pedimos $800.000 pesos y conseguimos $400.000 en un programa de fortalecimiento de la sociedad civil. Después, donaciones por otros lados. Nos dieron instrumentos, eso es fundamental para empezar. Y estamos trabajando en convenio con la Orquesta Juvenil de San Telmo, que nos presta instrumentos. La directora de la orquesta es la misma en los dos espacios, Clara Akerman. Pero necesitamos más dinero para sostener a los docentes y seguir comprando instrumentos.
Al principio pensamos que en la orquesta haya violín, viola, violonchelo y contrabajo. Pero sacamos el contrabajo porque es muy caro el instrumento y requiere un profe más. Empezaremos con los otros tres y la perspectiva es que el espacio crezca en diversidad. Para eso, seguimos recibiendo donaciones a través de isauroarancibia.org.ar. Eso es lo que nos permite llevar adelante este proyecto.
Entre otras personas que donan, está la comunidad educativa de la escuela. De alguna forma, son parte de la creación del espacio, ¿cómo repercute eso en los lazos que se generan?
El Isauro existe en tanto está entramado con la comunidad, con el barrio. Hemos podido pasar la pandemia gracias a que formamos parte del Comité de San Telmo y armamos una red para que contenga a todes nuestres estudiantes y haga ollas populares en las cuales todes aportamos. Nuestro trabajo es en red.
El Centro de Integración Social tampoco existiría si no estuviera el trabajo en red. Y, además, hay toda la trama que nos fortalece. Somos una escuela que hace veinticinco años pelea por permanecer, por tener una legalidad que aún no consiguió. Así que, sí, claro. La orquesta es de todos. Y está formada por niños, niñas y niñes que son de la ciudad, del barrio. Les niñes que necesitan todo, que se merecen todo. Cuando llegaron los instrumentos, los exploraron con mucha alegría. Y ahora están felices, esperando para usarlos.
Yo vengo de La Boca
y voy hacia San Telmo
me aburro con la tarea
pero me gusta jugar a la pelota
Yo vengo de la montaña
y voy hacia el mar
me aburro cuando voy a mi casa
pero me gusta escalar
Mi casa tiene terraza
y me voy hacia la plaza
me aburro si camino por la cancha
pero me gusta andar en lancha
(Voy y vengo, producción de La banda del Isauro)
¿Cómo se piensan en relación con una coyuntura en la que los espacios de participación artística muchas veces dependen de los ingresos de las familias y, por lo general, son lo primero que se disminuye cuando no alcanza la plata?
En este contexto en el que se están deteriorando las relaciones de las familias y empieza a circular la violencia, con más razón es importante nuestro trabajo. Porque la infancia siempre queda como último eslabón. En nuestros espacios vemos que en la actualidad, con este deterioro de las condiciones de vida, el consumo problemático se da en edades cada vez más bajas. Y, especialmente en esta coyuntura, es importante fortalecer a las infancias, que tengan autonomía, que puedan decidir, tener su palabra, su música, ser parte de algo grupal.
En el Isauro nuestro enfoque es integral. Vienen los nenes y las nenas, pero también están los abuelos, los tíos, las mamás y los papás en otras instancias escolares. En general, tenemos a toda la familia en la escuela. Eso nos permite acompañar a todos. Y que el nene sea violinista va a tener impacto en cada miembro de la familia. El Isauro está siempre con las puertas abiertas. Para todes. Les esperamos a les que quieran venir a conocernos y hacer cursos.