¿Por qué leer a Rodolfo Kusch?
Autor de ensayos filosóficos como «América profunda» y de obras de teatro que rescatan las prácticas populares, entre otros textos y ensayos, Rodolfo Kusch es uno de esos autores indispensables para pensar desde el presente las «condiciones de lo americano», como plantea el investigador Juan Pablo Pérez.
¿Por qué se vuelve tan urgente recuperar el pensamiento de Rodolfo Kusch? «Esta mención tiene que ver con esa línea de formación de los filósofos de la filosofía de la liberación, en la que inicialmente estaban juntos y después cada uno siguió su camino».
«Kusch fue un poco el mentor asociado al pensamiento más de la religión y la liberación de los jesuitas y en algunos casos de los curas de la opción por los pobres o del tercer mundo. Un universo del que formaba parte en su momento el actual Papa y que tenía como referentes a Kusch, Enrique Dussel y Carlos Cullen», en ese contexto de principios de los años 1970, explica Pérez.
Y en ese sentido, recuperar ese horizonte liberador que planteaba la filosofía de la liberación y que tenía como antecedente inmediato el pensamiento filosófico del autor responde a un momento de pensar más concreta y orgánicamente la realidad y la coyuntura política de finales de los 60 y principios de los 70, que a finales de los 90 con la globalización, el neoliberalismo, la puesta en tensión, en disputa de las identidades culturales, vuelve a pensar una idea de dimensión humana anticoloníal», señala Pérez, al tiempo que recuerda lo dicho por Kush en 1975: «se trata de descubrir un nuevo horizonte humano, menos colonial, más auténtico y más americano», reflexiona.
Y argumenta: «En esta relación de lo neoliberal con la discusión de la visión de la clase media, de la que es consciente y que constantemente en su escritura va operando sobre repensar lo popular no como estereotipo si no desde su raíz más profunda en sus modos de hacer y de producir, a la vez, pensamiento, él interpela a la clase media y a los intelectuales que responden a esa misma dinámica. Y juega constantemente algo de la imposibilidad de comprender ciertos gestos, sentidos, prácticas, que responden a ese pensar popular en el cual se incluye como intelectual, filósofo y universitario».
«Es un gran interpelador del campo científico, universitario, teórico, y también es muy crítico de la idea de concientización teórica de las izquierdas en el contexto de esos años 60 y 70», acota Pérez.
«Pero nuestro arte es un arte sin pueblo. Estamos a horcajadas sobre un pueblo deformado vitalmente, frustrado por las experiencias y la soberbia de unos pocos que creen ser el país», escribe Kusch rescatado en el libro «El teatrar en Rodolfo Kush» y esta afirmación es tan actual que cabe el interrogante; ¿cómo se contrarresta desde lo cultural?.
La clave, tal vez, está en la frase «empezar todo de nuevo», muy usada por Kusch y a la que Pérez relaciona con la pregunta sobre «¿qué mundo deseamos o construimos para todes» que tiene que ver con «barajar y dar de nuevo, inventar el mundo de nuevo, crearlo», una frase a la que el investigador caracteriza como «muy potente, muy crítica y a la vez muy esperanzadora».
Fuente: Télam