La calle no es un lugar para vivir. Y menos para morir
Con una caminata desde el Obelisco a la Plaza de Mayo diversas organizaciones sociales, de derechos humanos y políticas, sindicatos y personas en situación de calle reclamaron la declaración de la emergencia para quienes atraviesan esta problemática. Fue después de la difusión de la noticia de que en las últimas dos semanas seis personas murieron a causa del frío en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires.
“Ayer cerca de las 6 de la mañana encontraron a un hombre muerto en la puerta de un banco, al 200 de la avenida Callao”, precisó Horacio Ávila, de Proyecto 7 sobre la última víctima en sumarse a la nómina. El titular de la entidad que brinda asistencia a quienes viven en la calle encabezó la columna que transitó la Diagonal Roque Sáenz Peña, en la que marcharon representantes de agrupaciones como Liberación Popular, Nuestra América, Barrios de Pie, La Cámpora, ATE y otras organizaciones. También estuvieron presentes el diputado nacional Eduardo Valdés y la legisladora porteña Victoria Montenegro, ambos de Unión por la Patria.
“Estamos pidiendo la declaración de emergencia para que se pueda destinar presupuesto a las personas en situación de calle. Para que los centros de inclusión porteños los reciban espontáneamente y no tengan que llamar a la línea 108 para que venga un móvil de BAP y los traslade. Ese operativo puede llevar siete u ocho horas en las que una familia o una persona necesitada está a la intemperie”, argumentó Ávila, quien precisamente el fin de semana recibió una amenaza de muerte.
“También estamos pidiendo que el subsidio habitacional reglamentado por el decreto 690 se convierta en ley. El objetivo es que no sea discrecional”, agregó Liliana, una de las personas que pasa la noche en el centro de integración que gestiona la ONG. “Hace tiempo que estoy en el centro de Proyecto 7. Tengo una cama caliente y dos comidas muy buenas al día. Pero me quiero ir y dejarle mi lugar a otro. Pero no hay trabajo y lo poco que hay no me alcanza para alquilar algo”, suma Francisco, quien se alarma: “Cada vez veo más gente en situación de calle. Y se nota que es gente que no estuvo nunca ahí. Que tiene miedo. Que no está acostumbrada. Incluso mujeres y niñas”.
“La calle no es un lugar para vivir. Y menos para morir”, “Cuántos muertos vamos a aguantar por el frío”, “Morir en la calle no es natural”, “El frío mata”, decían algunos de los carteles que portaban personas cubiertas por frazadas y edredones. En cambio, Rosita, una madre de dos hijos que vive en una casa de la avenida Entre Ríos 2074, llevaba una cartulina con la leyenda “No a los desalojos”. “Somos 15 familias con chicos, algunos adolescentes discapacitados y personas mayores. El dueño que nos alquilaba se murió y los hijos quieren venderlo. En el gobierno porteño no nos reciben para plantear nuestra situación y en pocos días nos van a desalojar y vamos a quedarnos en la calle. Vamos a sumarnos a la gente que está allí”, demanda.
Ávila traslada la demanda a números concretos. “Los 44 centros de inclusión del Gobierno porteño tienen cupo para unas 4.500 personas, pero nuestra cifra supera las 11 mil personas en esa situación, así que no dan abasto”, apunta el líder de la ONG, quien resalta la necesidad de que en esos lugares se ofrezcan programas para consumos problemáticos de quienes llegan cada día.
“Estoy acá en nombre de un vecino porteño del barrio de Flores que se llama Jorge Bergoglio. Él nos pide que no naturalicemos que la gente viva en la calle”, justificó el diputado Eduardo Valdés, quien marchó codo a codo con los hombres y mujeres en situación de calle. “En estos días con tanto frío necesitamos una solución urgente para que no siga muriendo gente. Que venga del Gobierno porteño, del Ministerio de Capital Humano de la Nación. En este punto no importan las jurisdicciones. Las personas no son descartables”, enfatizó el legislador, quien comprometió todas las herramientas necesarias desde el Congreso y el tratamiento de los proyectos que busquen proteger a quienes viven en esta situación.
Al cierre del evento se repartieron frazadas, se soltaron globos negros y se repartieron porciones de alimento caliente entre quienes quisieron quedarse a compartirlo.
Foto / Fuente: Somos Télam