No tan Distintes

La Lucha demujeres y disidencias en situación de calle en CABA

por Miranda Carrete

Desde su fundación en 2008, No tan Distintes se estableció como pionera en la atención de mujeres y disidencias en situación de calle. Con una perspectiva de derechos y transfeminista, la organización ofrece talleres, gestiona un proyecto editorial y apoya a quienes están en riesgo de perder su vivienda o ya se encuentran en situación de calle. Sin embargo, actualmente enfrentan una creciente preocupación por el abandono y la persecución de esta población por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y Nacional. “Estamos produciendo frazadas en nuestro taller textil”, comenta Daniela Camozzi, una de las fundadoras, reflejando la urgencia de la situación.

Para Daniela, la palabra que mejor describe el contexto social y político actual es «crueldad». Término que se refleja en las recientes declaraciones de Diego Kravetz, secretario de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, quien en Radio Futurock afirmó: “Si como vecino le das un plato de sopa caliente a la persona que vive en la calle, la acomodás en la pobreza”. Sus comentarios surgen en un momento crítico, tras la muerte de al menos siete personas en situación de calle en la primera quincena de julio, incluyendo el fallecimiento de una mujer trans de 29 años mientras esperaba turno para acceder a un parador, tragedia que se suma a la creciente lista de pérdidas. Además, las organizaciones que trabajan esta problemática han registrado 17 muertes de personas sin techo en el último año, lo que evidencia la desidia del Gobierno de la Ciudad y la ausencia de políticas de contención.

Las declaraciones del secretario de Seguridad revelan una visión de la Ciudad que promueve un discurso de «orden y limpieza» a expensas de invisibilizar, perseguir y criminalizar a quienes no tienen hogar. En este contexto, el flamante jefe de gobierno, Jorge Macri, respalda una narrativa que busca expulsar a las personas en situación de calle, mientras que los medios corporativos la refuerzan. La administración actual impulsa el desalojo de quienes duermen en la calle, deshaciéndose de sus escasas pertenencias: ropa, colchones, historias de vida. Además, la insistencia en el uso de paradores no se condice con la falta de vacantes en estos espacios. Según Daniela Camozzi, la mayoría de ellos están sobrecargados y de otros tantos se carece de información. Los trabajadores del programa BAP (Buenos Aires Presente) han confirmado, en diversas ocasiones, la falta de espacios disponibles. Pese a esta situación, el Gobierno mantiene un discurso hostil hacia las personas cuyos derechos han sido vulnerados, en lugar de implementar políticas de protección o soluciones a esta problemática. “Esta es una clara diferencia ideológica y de abordaje”, señala Daniela.

Un panorama desolador

Daniela Camozzi expresa su preocupación por el aumento de discursos de odio y estigmatización que amenazan a muchas personas en situación de calle. Sin embargo, resalta la fortaleza de la autogestión, la solidaridad y los lazos colectivos forjados en más de una década. “Somos muchos los que nos organizamos para contrarrestar este discurso”, señala Daniela, aludiendo a su participación en la Asamblea Popular PSC, un colectivo que une a organizaciones sociales, políticas y comunitarias en la defensa de los derechos de las personas sin hogar.

“Para nosotras, acompañar es político, así que politizamos nuestro taller textil”, dice Daniela sobre la campaña con Abrigar Derechos y FADU en Lucha. A partir de esta iniciativa crean frazadas estampadas con el mensaje: “El robo de pertenencias por parte del Estado es delito, vivir en la calle NO lo es” con el fin de visibilizar la violencia de los desalojos y las acciones de la policía de la Ciudad y del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana.

La indiferencia hacia las personas en situación de calle ha aumentado la carga de organizaciones como No Tan Distintes: Camozzi relata que las personas que llegan en busca de refugio, asistencia o acompañamiento están exhaustos, afectados por la falta de sueño, la necesidad de estar alertas por la noche y la constante preocupación por sus pertenencias. “A esto se suman tristeza, enojo, depresión, y otros factores además del hambre y el frío”, explica.

Sostener el afecto y los cuidados

En el local de No tan Distintes, ubicado en calle Uruguay 69 del barrio San Nicolás, a pocas cuadras del Congreso de la Nación, funciona desde 2019 el Taller de Usos Múltiples. Este espacio, abierto de 10 a 18 y gestionado de manera colectiva, cuenta con diversas áreas de trabajo. “Lo más importante es recibir a las personas en situación de calle, brindándoles un lugar que los aloje. Luego, facilitamos su acceso a derechos vulnerados como la tramitación del DNI, subsidios habitacionales, turnos médicos y la ley de identidad, poco a poco”, explica Daniela sobre las actividades de este espacio, donde también ofrecen una variedad de talleres: textil, escritura, poesía y serigrafía. El proyecto más reciente es una editorial, que lanzó su primer libro: “Acompañar es político, ensayo transfeminista sobre la situación de calle”, de Florencia Montes Páez. Además, realizan el taller “La Madre que No Fui”, diseñado para apoyar a madres separadas de sus hijos por medidas punitivas del Estado, abordando así el vacío histórico en la atención de estas situaciones, frecuentemente marcadas por injusticia y tabú.

A pesar de los avances recientes, la justicia sigue siendo un campo complicado. Daniela menciona que el taller trabaja en la creación de espacios de formación para establecer una base de jurisprudencia que permita abordar estas situaciones de manera más justa. “El objetivo es reformar un sistema judicial, a menudo reactivo y que no garantiza derechos de manera efectiva, en favor de quienes enfrentan estas adversidades”, añade.

Así y todo, el contexto en el que opera No Tan Distintes es cada vez más hostil. Daniela hace referencia a un marco de desquicio y microfascismo que permea las políticas de la Ciudad e incluso algunas organizaciones. “El sistema de paradores es un desastre. Colaboramos con redes comunitarias, aunque no compartamos el mismo enfoque, ya que es la única manera de encontrar alternativas a la crueldad del Gobierno de la Ciudad”, explica, reflejando una difícil realidad, pero también una resistencia firme y constante.

Un enfoque integral, migrante y transfeminista

“Adoptamos un enfoque transfeminista en la atención a la situación de calle, este espacio brinda acogida desde esa perspectiva”, dice Daniela. No tan Distintes también forma parte de la Asamblea Popular PSC, un colectivo que colabora con otras entidades en la defensa de los derechos de las personas sin hogar.

La situación de calle y el riesgo de caer en ella son, sin duda, las preocupaciones centrales que la organización enfrenta a diario. Este riesgo abarca la falta de vivienda y conflictos adicionales, como problemas con la justicia penal, amenazas de desalojo, discriminación, situaciones de consumo, la tramitación de documentos para migrantes y la búsqueda de subsidios habitacionales. Este trabajo incluye también la asistencia y promoción de alquileres colectivos, dado que los hoteles suelen ser excesivamente caros para quienes están en situación de calle. No tan Distintes también gestiona un espacio colectivo llamado Casa Leonor, ubicado en Merlo, donde actualmente viven tres compañeras de la organización. Se trata de una casa que la organización utiliza también durante los fines de semana para hacer distintas actividades y representa uno de sus modelos de política pública para ofrecer soluciones habitacionales a largo plazo.

La violencia de género es una realidad constante en el día a día de la organización. Camozzi menciona que “en ocasiones, debemos mantener la puerta cerrada porque las parejas violentas de compañeras rondan la cuadra, incluso con órdenes de restricción”. El equipo está capacitado en cuidados y autocuidados para proteger el espacio de estas situaciones de violencia y mantener un ambiente seguro. No obstante, todas las situaciones se agravan y se ven afectadas con la eliminación de las políticas de protección hacia las mujeres, el vaciamiento de la línea 144 y todo vestigio de programas que en su momento eran respaldados y garantizados por el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad.

La gestión de consumos problemáticos es uno de los retos más complejos que No tan Distintes aborda desde una perspectiva integral con la creación de un nuevo espacio de trabajo en colaboración con otras organizaciones.

Desde 2010, la Ley 3706, o Ley de Personas en Situación de Calle, ha permitido destinar recursos para abordar esta problemática. Durante el gobierno de Alberto Fernández, el Ministerio de Desarrollo Social estableció presupuestos y convenios que facilitaron la creación del local de No Tan Distintes. Hoy, esas políticas han desaparecido y la sostenibilidad de la organización depende de donaciones, redes regionales y organizaciones internacionales. Estas redes, construidas a lo largo de los años, se han vuelto esenciales para mantener la organización en un contexto de crisis económica en Argentina, donde las necesidades superan el activismo y requieren un respaldo financiero constante. Otra de las urgencias de la organización es alquilar un nuevo local en la zona de Congreso, dado que próximamente se vence el contrato de calle Uruguay. Quienes tengan información o quieran colaborar pueden comunicarse al 11 5348 1555 o bien al IG @notandistintes

¿Qué pasa con los paradores?

Actualmente, los paradores para personas en situación de calle están desbordados y no tienen vacantes disponibles. Una afirmación que se repite cuando consultas a personas que trabajan con esta problemática “llamás al 108 y te dicen que no hay vacante, no quieren reconocer que hay más personas en la calle que las que contabilizan”. Además de la escasez de recursos, muchas personas rechazan ir a estos lugares debido a sus condiciones deplorables. Según los últimos datos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, cada mes alrededor de 300 personas quedan en situación de calle, así lo afirmó el ministro de seguridad Waldo Wolf en un programa de televisión: “Estamos teniendo un aumento de cerca del 10% mensual en los últimos meses. Son 300 personas nuevas por mes que entran. Teníamos 4.500 en situación de calle en abril. Tenemos 47 paradores en la Ciudad de Buenos Aires que son un lujo. Tenemos capacidad de albergarlos”.

Daniela critica al Gobierno de la Ciudad por no reconocer la magnitud y complejidad del problema, que se agrava por la falta de políticas públicas. Afirma que la actitud del Gobierno hacia las personas en situación de calle está marcada por el desprecio y la crueldad. “Buscan eliminar toda posibilidad de conexión y soluciones efectivas, guiados por una visión que desestima a los pobres. A nivel global, hay experiencias exitosas de casas comunitarias en ciudades como São Paulo, pero los gobiernos de derecha y ultraderecha en Argentina no están dispuestos a implementar estas soluciones”.

En contraste con esta postura gubernamental, No Tan Distintes se enfoca en el trabajo colectivo y en el fortalecimiento de redes afectivas y materiales para ayudar a las personas en situación de calle. Camozzi explica que, cuando una persona comienza a formar parte de los espacios de No Tan Distintes, se le ofrece un entramado de apoyo que incluye distintos proyectos y vínculos que facilitan el acceso a un lugar donde vivir. “Nosotras trabajamos desde la empatía y lo colectivo. Mientras que el Gobierno etiqueta y encasilla a las personas, nosotras construimos redes de apoyo que buscan soluciones reales y humanas”, afirma.

En este contexto de negligencia gubernamental y falta de recursos, organizaciones como No Tan Distintes continúan su lucha diaria para ofrecer alternativas y apoyo a quienes más lo necesitan, desafiando las políticas que perpetúan la exclusión y la marginalización.

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