Juan Raffo / Música Contemporánea Argentina
por Gabriel Luna
El miércoles 4 de diciembre fui a un concierto del Trío Raffo en la Academia de Música Contemporánea en la calle Bartolomé Mitre 1352, del barrio de San Nicolás, llamado también “El Centro” de la Ciudad de Buenos Aires. La Academia ocupa un edificio centenario, afrancesado como los de la zona, sin placas de identidad (desconocido para mí y para mucha gente del barrio). Hay un portero eléctrico, una enorme puerta pesada que reacciona a la fuerza y luego una larga y empinada escalera blanca que parece subir al cielo (pienso evocando el tema de Led Zeppelin), pero que finalmente desemboca en un hall y un conjunto de aulas animadas por algunos estudiantes. ¿Es esto el cielo? Pregunto por el concierto de Raffo y me indican que debo seguir subiendo, por aquel pasillo, hasta el final. Tengo la impresión de atravesar todo el edificio, de llegar recién después de un trabajo hasta la meta. Y hay una sala de techo muy alto, como una cúpula inmensa, muchas mesas ocupadas, un bar al costado. Expectación. Murmullos. Y en el centro y al final: el escenario, sin los artistas pero dispuesto: varios teclados y un piano a la izquierda, un bajo con su trípode en el centro, una batería completa a la derecha. Y rodeándolo todo, cabezales de luces, fresneles, equipos de amplificación, columnas de sonido, una pantalla al fondo: ¿es todo esto el cielo?
Descubro a Juan “Pollo” Raffo entre las mesas. Alto, de pelo cano largo y barba, vestido de negro. Me acerco para saludarlo. ¿Este es el cielo que ofrece la Academia a quienes pasan por sus aulas? Sonríe Raffo. Cuenta que el concierto, además de presentar el último trabajo del trío, será un homenaje a Martín Rur, el brillante saxofonista que sí venía de la Academia, integró el cuarteto, y murió el año pasado a los 36. Cuenta que se proyectará primero un video, donde hay escenas de Martín tocando en el cuarteto en Jazz & Pop y en otros lugares. Incluso en China, cuando fuimos de gira y Martín hizo un dúo con una flautista china tocando un instrumento de viento antiguo y desconocido. ¡Tenía un talento increíble! Hay varias intervenciones destacadas en el video, y también la impresión que provocaba en nosotros, sus compañeros, una muestra sensible de cómo se integraba y funcionaba en el cuarteto. Después hablarán los padres de Martín, que lo recuerdan difundiendo su música en las distintas formaciones que integró, y después se presentará el último trabajo del grupo, en memoria de Martín Rur. El álbum se llama “La falacia del espantapájaros” / Música de Flores, Volumen 6.
Hace falta aclarar que la Música de Flores se refiere al barrio de Flores de la Ciudad de Buenos Aires, de donde es oriundo Raffo. Su música en parte proviene de allí. Y en parte proviene del jazz y del rock sinfónico o progresivo, del folclore, el rock y el blues nacional y los tangos de Piazzolla. Una música que surgió con fuerza en los 70’ y que Raffo fue impregnando, reuniendo, sintetizando y dándole una identidad sorprendente.
Conocí a Juan Raffo en Jazz & Pop en el mítico y ahora famoso boliche del “Negro” González que estaba ubicado en Paraná 340, a pocas cuadras de la Academia. Una diferencia con la Academia es que Jazz & Pop no era una gran cúpula, un lugar amplio y elevado, sino un sótano de 40 m2. No era entonces un lugar de fama sino de tránsito a la fama, un lugar donde importaba la música más que los nombres. Pero hubo nombres, claro. Pasaron por allí, Dino Saluzzi, Chick Corea, Litto Nebbia, Javier Martínez, Abel Patrone, Luis Alberto Spinetta, “Chango” Farías Gómez, Manuel Fraga, Hermeto Pascoal… Y allí encontré a Juan Raffo, cuando iniciaba su obra Música de Flores con el Volumen 1, de título barrial, festivo y premonitorio: “Guarda que viene el tren”, en referencia a un paso a nivel cerca de una plaza. Raffo formaba entonces un quinteto, tocaba piano, teclados, sintetizadores, melódica, y lo acompañaba en saxos Daniel Johansen. A partir del 2006, Raffo produjo un volumen de la Música de Flores cada tres o cuatro años. En 2010, “Diatónicos anónimos” Vol 2, ya con Martín Rur reemplazando a Johansen en saxos. Después vendrían “Al sur del Maldonado” Vol 3 en 2013, “Brindis” Vol 4 en 2016, y “Llueve sobre la Biblioteca Nacional” Vol 5 en 2019, el último álbum de la Música de Flores en el que participó Martín Rur.
En los años que Raffo transitó por Jazz & Pop, entre 2008 y 2014, además de dedicarse al cuarteto, remontó un sexteto de jazz fusión llamado “El Güevo” que había creado a finales de los 80’. Por esa época Raffo formaba parte de la banda de Baglietto y colaboraba además con Vox Dei, Soda Stereo, Los Piojos, Fontova, Miguel Cantilo, Jairo, León Gieco… Y en los 90’ fundó junto al bajista Willy González -otro pasajero ilustre de Jazz & Pop- un quinteto de jazz rock llamado “Monos con navajas”. Estas historias, más su paso por Berklee y la Universidad de Nueva York, y su participación en la banda de rock sinfónico “Trigémino” -con clara influencia de Yes, Génesis y Emerson Lake & Palmer-, explican la identidad musical de Raffo, la construcción desde su origen y la síntesis de su obra mayor: Música de Flores.
Ahora volvemos a la cúpula inmensa, a la sala de techo muy alto junto al cielo. Han pasado más de veinte años desde que Juan “Pollo” Raffo inició la Música de Flores. Ha transitado por el barrio, el país y el mundo y ahora está por presentar el Volumen 6 en el escenario de la Academia de Música Contemporánea. Raffo ya es profesor de la Academia. Luego del video, los padres de Martín Rur han completado la semblanza del hijo: una vida feliz, creativa e intensa dedicada a la música. No hay más que agregar, falta la música. Entonces cambian los tonos de las luces del escenario, se encienden y apagan cabezales y fresneles. Y entre luces y sombras sube Tomás Pagano y se coloca el bajo que estaba en un trípode en el centro, sube Rodrigo Genni y ocupa la batería a la derecha, y sube Juan Raffo por la izquierda, ubicándose frente a los teclados junto a un piano de media cola. El Trío Raffo -el cuarteto devenido en trío tras la muerte de Rur- va a tocar el Volumen 6 de la Música de Flores: “La falacia del espantapájaros”.
Un, dos, tres… La batería perfectamente afinada, un bajo eléctrico sin distorsión, un teclado de sonido acampanado y un sintetizador moog irrumpen a un tiempo. Fuerte, rítmico, sorprendente. ¿Cómo traducir en palabras la música de Raffo? Suena con la precisión de la de Emerson, Lake & Palmer pero es porteña. Tiene un aire a calle Bacacay y al paso a nivel cerca de Plaza Flores, y suena también a bombo legüero, a malambo y chacarera. También impresiona el humor, la marcha dura del rock que a veces toma connotaciones alegres o infantiles, y la irrupción del tango, entre un bajo eléctrico convertido en guitarra y violines sintetizados, o la sorpresa de un tema romántico o impresionista interpretado en un solo de piano. En imágenes, la música de Raffo es un paisaje urbano y otro de chacra o chacarera, una marcha por reivindicaciones sociales, y otra por un campeonato de fútbol, una escena íntima de pareja, otra solitaria en un café, y la risa, un tren de Buster Keaton fuera de control, la parada de un colectivo, el grito ante un mecanismo político opresor, una bandera, el número 30.000, gente cantando multitudinaria en las calles, una iglesia en llamas, la alegría del encuentro, una fiesta.
Y así llegamos al final. La música nos ha llevado a otros estados y hemos vuelto mejor. Se ha producido la magia. Luces. Aplausos. El Trío Raffo saluda desde el escenario del cielo. Aplaudimos y aplaudimos.
Recomendación a la lectora o lector, repetir la experiencia: Raffo / Música Contemporánea Argentina. Música de Flores desde el Volumen 1 al 6.