Ex-CCDE Virrey Cevallos: la lucha por la Memoria

por Cristina Peña

Cientos de personas se reunieron en una asamblea abierta organizada por la Mesa de Trabajo y Consenso del ex centro clandestino de detención y exterminio Virrey Cevallos, un lugar emblemático para la Comuna 1. Este sitio ha sido fundamental en la construcción de redes de resistencia y trabajo comunitario, promovidas por trabajadores y diversas organizaciones. La convocatoria surgió ante la amenaza inminente de cierre de este espacio que ha sido recuperado por la comunidad. Durante la asamblea, los asistentes decidieron alzar sus voces en defensa de los derechos humanos, enfatizando la necesidad de preservar la memoria histórica en un país que ha sufrido las secuelas de la violencia y la represión, así como la desaparición de personas. En este acto de memoria y resistencia resonó con la frase de Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo, quien definió el sufrimiento infligido a los desaparecidos como «el crimen de los crímenes», subrayando la urgencia de no olvidar y continuar la lucha por la justicia.

Entre la multitud, se destacó la diversidad de actores sociales que convergen en la lucha por los derechos humanos y la memoria histórica en Argentina. Trabajadores de distintos sectores, familiares de las víctimas de la dictadura militar, militantes de derechos humanos y representantes de asambleas barriales se unieron en una manifestación que resalta la importancia de recordar y reivindicar a quienes sufrieron la violencia del régimen. Notablemente, la madre de Plaza de Mayo, Elia Espen, envió su saludo, simbolizando la resistencia y la continuidad de la lucha. Además, diversas organizaciones, como la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y la Asociación de Ex Detenidos y Desaparecidos, también se hicieron presentes, reafirmando su compromiso con la búsqueda de justicia y la memoria colectiva. Este amplio espectro de participación refleja el profundo anhelo de la sociedad argentina por no olvidar su pasado y asegurar un futuro donde los derechos humanos sean respetados.

La asamblea se desarrolló en un contexto crítico marcado por la creciente preocupación por la defensa de los derechos humanos en el país. Este ambiente tenso surge a raíz de las políticas de desmantelamiento de la Secretaría de Derechos Humanos, impulsadas por el gobierno de Javier Milei. Estas medidas han provocado despidos masivos de personal, afectando la labor de promoción y protección de los derechos fundamentales. Además, existe un riesgo latente sobre la continuidad de espacios de memoria, emblemáticos en la lucha contra la impunidad, como el ex centro clandestino de detención y exterminio Virrey Cevallos.

La convocatoria se convirtió, así, en un espacio de reflexión y movilización para salvaguardar estos derechos y garantizar que la memoria histórica no sea erosionada. En un entorno donde la historia reciente se convierte en un campo de batalla, la participación masiva de los ciudadanos se erige como un baluarte de resistencia. En este sentido, uno de los trabajadores del Virrey Cevallos abrió la intervención destacando la significativa concurrencia, enfatizando que el futuro de los siete sitios de memoria, incluido el Museo Sitio ESMA, es incierto y alarmante.

Los demás oradores no solo compartieron historias de lucha y resistencia, también advirtieron sobre el riesgo de los intentos de impunidad y de liberación de los represores condenados por delitos de lesa humanidad. Para seguir dando batalla, se propuso la realización de un gran festival para el 25 de enero, como una acción simbólica que intenta reafirmar la lucha por la memoria y la reincorporación del personal despedido. Al respecto, una trabajadora despedida de otro espacio de la Memoria enfatizó que, con la unidad de los diversos sectores presentes, existen fuerzas para enfrentar el negacionismo y las políticas represivas del gobierno. Las palabras resonaron en el auditorio, recordando los recientes episodios de represión y el peligro que representan las acciones gubernamentales que buscan borrar la memoria colectiva.

Las demás intervenciones fueron apoyadas y aplaudidas por los presentes. Entre ellas resonó la voz de la agrupación Jubilados Insurgentes, que recordó la tradición de lucha de las Madres desde la dictadura y enfatizó en la necesidad de aunar ese esfuerzo, sin distinciones políticas o partidarias, a favor de los derechos humanos. La conexión emocional entre las generaciones se materializó en las historias contadas, en la reivindicación de una memoria que no se debe olvidar.

El integrante del grupo de teatro “La calle no se calla” ofreció un enfoque fresco, subrayando la importancia del arte y la cultura en la lucha contra la opresión. Se celebró, además, la participación de la juventud, que, aunque no vivió los horrores del pasado, se moviliza y se hace eco de la historia a través de proyectos como la película de 1958 y la reciente serie sobre Cromagnon.

Luca Bonfante, del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras, abordó la lucha por los sitios de memoria como parte de una ofensiva mayor contra el plan económico del gobierno actual. Propuestas para hacer un festival que una a todos los sitios de memoria fueron bien recibidas, así como la idea de organizar brigadas para visibilizar la historia y contrarrestar el negacionismo. La mención del diputado Ramiro Marra, que tapó un mural con la frase “Son 30.000”, no hizo más que reavivar el fuego de la indignación entre los presentes.

Luciana Grossi, miembra de la Comuna 1, también se unió a las voces que celebraron la masiva concurrencia a la asamblea. Sus palabras ilustraron el compromiso de los asistentes con la causa y la importancia de visibilizar cada una de estas iniciativas ante la Casa Rosada y el gobierno actual.

Con la mirada firme hacia el futuro y la convicción de que «hace falta organización» para enfrentar las adversidades, desde los sitios de la memoria se pensó en una campaña para construir ese festival, destacando la necesidad de sostener el fondo de lucha para ayudar a los despedidos y de generar una potente campaña en redes sociales bajo el lema “Hacé memoria”.

La asamblea en el ex centro clandestino de detención y exterminio Virrey Cevallos se estableció así como un símbolo de unidad en la lucha por los derechos humanos y la preservación de la memoria colectiva. A medida que la reunión concluía, quedó claro que la historia no se olvida, y que cada rincón de la memoria histórica de Argentina sigue latiendo en cada uno de sus defensores, dispuestos a luchar con todas sus fuerzas contra el olvido.

Foto: La Izquierda Diario

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