La lucha por la Salud Mental
por Cristina Peña
Bajo la consigna “VACIAR ES CERRAR”, trabajadores y trabajadoras del Hospital Lic. Laura Bonaconvocan, hoy lunes a las 17 hs., a un gran abrazo al edificio ubicado en Combate de los Pozos 2133. El evento, que contará con la presencia de otros sectores de salud, pacientes, vecinos, como también organizaciones sindicales, sociales, políticas y de derechos humanos, tiene como objetivo visibilizar la situación de este nosocomio y reclamar por la defensa de la salud pública.
En un rincón de la Ciudad de Buenos Aires, donde las sombras de la crisis se entrelazan con alientos de esperanza, se alza el Hospital Lic. Laura Banaparte, el único centro especializado en salud mental y adicciones de nuestro país. Se trata de una institución interdisciplinaria de puertas abiertas que, a partir de la Ley Nacional de Salud Mental, reconvirtió su atención para incorporar los consumos problemáticos, infancias y otras patologías relacionadas a estas problemáticas.
A principios de octubre del año pasado, aduciendo que el Gobierno nacional manifestó su intención de cerrar de forma total el servicio de internación de este nosocomio, como también el servicio de guardia. Lo que se tradujo en una intensa lucha de trabajadores, pacientes, organismos defensores de derechos humanos, organizaciones gremiales, vecinales y comunitarias ante lo que se visualizaba como el paso previo al cierre total del hospital. Tras una larga batalla, las entidades gremiales lograron un acuerdo con la cartera de Salud, que dejó la puerta abierta a la reestructuración del nosocomio. La reciente ola de despidos en el ámbito de la salud pública da cuenta de que este proceso se ha iniciado, sacudiendo y poniendo en jaque no sólo la estabilidad laboral de estos trabajadores y trabajadoras, sino también el derecho a la salud mental de cientos de pacientes que dependen de estos servicios.
Se trata de 200 profesionales que, a partir del 15 de enero, fueron literalmente despedidos. Esta acción, que revela la política inhumana del liberalismo en el poder, al mismo tiempo confirma una narrativa amarga: «Sin trabajadores no hay salud mental y vaciar es cerrar». Bajo esta consigna, trabajadores y pacientes del Bonaparte renuevan su lucha haciendo un llamado a la solidaridad para frenar lo que consideran una injusticia que atenta no solo contra sus empleos, sino contra el tejido social que une a pacientes y profesionales en el difícil camino de la recuperación y la salud.
Desde el día fatídico en que se anunciaron los despidos, el centro de salud mental se convirtió en un escenario de múltiples batallas. Los adultos que habían llegado buscando asistencia y respuestas se unieron, sin querer, a un movimiento que crecía en intensidad y número; comenzaron a forjar un nuevo camino de resistencia. Con asambleas que resonaban en los pasillos y actividades abiertas que invitaban a la comunidad a participar, el hospital se transformó de lugar de curación a espacio de lucha. Las paredes, colmadas de carteles y pancartas, se convirtieron en testigos de la lucha por el derecho a la salud pública.
Este lunes espera convertirse en una jornada significativa en la historia de esta batalla, con un abrazo simbólico que evocará a aquellos que unieron sus brazos en octubre, dando señales de unidad y fuerza. En un gesto que trasciende el miedo y la desesperanza, los organizadores han invitado a una amplia gama de representantes de hospitales, organizaciones de derechos humanos y de la cultura, así como a la ciudadanía en general, a reunirse en Combate de los Pozos al 2100 a las 17 horas. “Invitamos a que todos se sumen”, reitera uno de los miembros del colectivo, destacando la importancia de una lucha que se agranda en conjunto con otros sectores en pie de resistencia.
Este encuentro no será un simple reclamo laboral, sino el momento donde quienes enfrentan la precariedad laboral también hablarán en nombre de los miles de pacientes desprovistos de sus derechos. En un país donde históricamente la salud mental siempre fue un tema marginal, el ataque sistemático a los trabajadores de este sector pone en riesgo un derecho humano fundamental. Los agredidos por esta situación no son únicamente los profesionales, sino aquellas personas que, con ansiedad y esperanza, buscan sanar. “La lucha por nuestra fuente de trabajo es también la lucha por la salud de nuestros pacientes”, afirma la comunidad del Bonaparte.
Foto: Enfoque Rojo