Una obra inconclusa
Centro de Salud y Acción Comunitaria Nº 45 Viamonte 1745
La atención primaria de la salud se enmarca en una serie de conceptos derivados de la modernidad. La Declaración Universal de los Derechos Humanos (Asamblea General de las Naciones Unidas,10 de Diciembre de 1948) considera al ser humano como sujeto de derecho, en especial enumera: derecho a la educación, derecho a la salud, derecho al trabajo, derecho a una vivienda digna.
Este nuevo paradigma alentó a los gobiernos de todos los países a desarrollar una mirada integral del sujeto. En este mismo sentido, los problemas de salud – enfermedad, de atención de las personas de determinado colectivo social, se transformaron en una cuestión de estado. Es decir, cada gestión de gobierno no solo debe garantizar la provisión de servicios de salud, sino debe afrontar las causas últimas (sociales, económicas y políticas) de la ausencia sanitaria.
La atención primaria de la salud, es entonces, un concepto que promueve una visión integral de la salud: la asistencia, la prevención de enfermedades, la promoción de la salud y la rehabilitación. Es una estrategia, un instrumento, que permite extender el sistema sanitario hasta la intimidad de las viviendas, facilitando el relevamiento de información a cerca de la realidad sanitaria de la población, teniendo en cuenta además, otros aspectos: sociales, culturales, idiosincrásicos, etc. Agentes sanitarios y ciudadanos interactúan. Este hecho comunicacional requiere de la participación conjunta de diversas disciplinas: ciencias sociales, ciencias de la comunicación, medicina, psicología, etc.
Los centros de salud constituyen lugares en dónde funcionan consultorios externos de todas las especialidades, dónde se realizan campañas de prevención y de educación para la salud, etc., es decir, dónde se atiende una diversa gama de necesidades de atención primaria de la salud de la población. De este modo, se transforman en centros de contención contribuyendo a aligerar la carga de los hospitales de nuestra ciudad, que actualmente reciben una demanda excesiva, al cubrir en forma integral la atención de la salud primaria del ciudadano, y evitar que éste tenga que recurrir a un medio de transporte para recibir atención, o pierda mañanas enteras para conseguir un turno de consulta médica.
Cabe destacar, que en la Declaración de Alma-Ata de 1978, que fue la conclusión de la Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de la Salud, organizada por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) se decidió incluir, como tema central para garantizar el derecho a la salud de la población: el de promover una distribución más justa de los recursos.
Siguiendo esta concepción, dentro del marco del Presupuesto Participativo, del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, un grupo de vecinos consideró necesaria la instalación de una Centro de Salud y Acción Comunitaria (CESAC) en nuestro querido barrio. Una vez aprobado por el Ejecutivo, se inició su construcción con la ayuda de fondos provistos por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), para garantizar la finalización de la obra. A más de seis años, hoy nos encontramos con otra muestra (entre tantas otras…) de la ineficiencia de la gestión pública: una estructura de hormigón y un cartel que anuncia su próxima puesta en marcha del CESAC N º 45 en el predio de Viamonte 1745.
La inauguración del CESAC N º 45 hubiera permitido acercar los servicios de salud básicos a muchas / os ciudadanas y ciudadanos que viven o trabajan en San Nicolás. Por otra parte, la detención de las obras generó el inicio de una acción judicial por parte de la empresa constructora, lo cual traerá aparejado costos y perjuicios a las arcas ciudadanas.
Como si esto fuera poco, el inicio de las obras significó el cierre de la entrada por Viamonte al mercado ubicado entre Callao y Rodríguez Peña, disminuyendo las ventas de los puesteros al cerrarse la comunicación entre Córdoba y Viamonte. Sería deseable una pequeña modificación de la obra para reabrir este pasaje.
Se suma a esto la frustración de los vecinos que pusieron todo su entusiasmo para que la obra se llevara a cabo, y vieron cómo sus esfuerzos se volvían tan inútiles como los de Don Quijote cuando enfrentó a los molinos de viento.
Los invitamos, queridos lectores, a darnos una nueva oportunidad, a que juntos, renovemos votos y generemos acciones de distinta índole con el objetivo de lograr que se retome esta obra. Auguremos que el CESAC N º 45 de la calle Viamonte 1745 se termine de construir de una vez y se convierta en una institución de la cual todos nos podamos sentir orgullosos, al disponer de un centro de atención integral de la salud cercano a nuestros domicilios.
Martín Zárate
La Gazeta de San Nicolás