Adios a Solano López
Por Martín García*
A las 4:15 hs de este viernes 12 de Agosto de 2011 falleció a los 83 años Francisco Solano López, el dibujante de historietas que inmortalizó el personaje de El Eternauta creado por Héctor Germán Oesterheld.
Estaba internado desde el domingo 7 de agosto en la sala de terapia intensiva del hospital Italiano al cuidado de dos de sus hijas que viven en el país: Marina y Lorena. Sus otros hijos, Martín y Gabriel viven en Europa.
Había sufrido un ACV que le había obligado a internarse en una clínica de recuperación para volver a tragar, por lo que estaba respirando a través del cuello. En la clínica realizaba distintos ejercicios, entendía todo, y podía escribir en un papel los conceptos que no podía expresar con su voz.
El domingo 7 de agosto intentó levantarse de la cama solo y se cayó golpeando su cabeza en el piso, lo que provocó una hemorragia cerebral que no pudo evitarse por los anticoagulantes que recibía a raíz del ACV que había sufrido. Estuvo en coma desde entonces.
Hace pocos días le mostré en una netbook los resultados del dibujo animado de «Esa Mujer», la película de María Seoane sobre la vida de Evita según el texto de Rodolfo Walsh. Le había gustado el resultado de su trabajo, ya que había asesorado a la directora sobre el dibujo en el que había trabajado.
El miércoles, desde Santiago del Estero, le pedí a Marina, su hija, que le dijera que me esperara, quizás el entendiera a pesar de su estado, a pesar de todo, y yo todavía tenía que ir a Tucumán.
Me esperó.
Anoche baje del avión y estuve a solas con él. Era tarde. Le dije todo lo que le debíamos. Lo acaricié y le dije: “Gracias, gracias Solano, por todos nosotros»; también -«Gracias papá por salvarme la vida, por Gabriel, su hijo, que está tan lejos, al que Solano sacó del país durante la represión, en momentos en que su vida no valía nada. También por Martín…
Gabriel, aquel compañero peronista cuyo guión de la historieta “Ana” que dibujara Solano fuera tan impresionante.
Como “Slot Bar”; “Ministerio” de Ricardo Barreiro, ese inolvidable “loco” combativo e intenso guionista que Solano llevo al cenit.
Pero no quiero meterme a fondo con la enorme y maravillosa obra que nos dejó, ya que hay gente más autorizada para eso. Sólo aquellas que me tocaron, que las viví de cerca en sendos momentos.
Como su presencia permanente, amable y comprometida en la Mesa de los Sueños de los Compañeros de Utopías de la Agrupación Oesterheld.
Como su regalo de la estatuilla de «El Eternauta» a la compañera Cristina, en ocasión de consagrarse la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual en el Teatro Argentino junto a Elsa Oesterheld y a Gabriel Mariotto, pasándole la posta de la inmortal obra suya y de Héctor.
Su última obra la realizó para Télam, ya que ilustró una «sitcom» escrita por Teodoro Boot llamada «La Sección Imposible», cuya publicación, en capítulos, seguirá sorprendiéndonos.
Por decisión de su familia, sus restos no serán velados, su cuerpo será cremado y quedará en una boveda de la familia en Recoleta.
Deja diez nietos que lo admiraban y adoraban.
Y miles, millones de jóvenes que siguen utilizando sus trazos del dibujo de El Eternauta, en su militancia, como bandera por una Argentina nueva en la que Oesterheld y él, Solano López, serán por siempre los patriotas de la historieta.
Gracias, Solano.
Llueve, diluvia en Buenos Aires, ya sabemos que son lagrimas que nos limpian por dentro aunque nos impresionen tanto por afuera.
*Presidente de la Agencia de Noticias Télam