Asterisco, el festival de cine LGBTIQ+
El festival de cine LGBTIQ+ Asterisco pondrá mañana online su séptima edición con secciones de competencia y otras que repasan parte de la producción audiovisual nacional e internacional, que se podrá ver a través de las salas virtuales del Malba, La Filmoteca online, el Centro Cultural Kirchner y en la plataforma Cont.ar.
«Cuando comenzamos a ver el cine que se está haciendo y las películas que se presentan a nuestra convocatoria, le terminamos de dar forma al festival y siempre creamos secciones nuevas. Un festival tiene que ser un diálogo con el cine, no tiene que terminar siendo un lugar para aglutinar películas», explicó su director, Diego Trerotola.
La estructura del evento fue diseñada en versión online y gratuita no solo por la pandemia del Covid-19 sino también como un modo de ampliar la llegada, desde lo cultural y lo geográfico, de la propuesta de Asterisco, y así poder abarcar tanto otros territorios como otras formas de circulación y transmisión de cine LGBTIQ+.
Las tres secciones competitivas son la Latinoamericana de Largometrajes, la Argentina de Cortos y la de Películas en Desarrollo, en tanto que las paralelas llevan los nombres de Pioneneres Queer, La piel que habito, Activismos y Monstruos homoeróticos.
«La idea de un festival online surgió como una posibilidad frente a la pandemia, pero el desafío de cambiar no nos asustaba porque en el germen de Asterisco está el cambio. Nunca el festival fue igual al anterior y siempre pensamos nuevas formas de relación con el cine. Pero también pensamos en que no queremos estar solo en lugares convencionales para ver cine, sino que ir más allá, salir de un circuito establecido y plantear nuevos espacios», comentó.
La programación presenta cintas de Argentina, Estados Unidos, Alemania, Francia, Italia y España, y una gran presencia de filmes latinoamericanos, algo que, según el director del festival, era impensado años atrás.
«Por primera vez este año tenemos una competencia latinoamericana con nueve largometrajes valiosos que creo que hace una década atrás hubiese sido imposible», dijo Trerotola, quien también resaltó que «antes era difícil encontrar cortos nacionales que se despeguen de ciertos esquematismos para representar lo LGBTIQ+, y ahora muchos cortos se plantean desde una disidencia».
Hay cineastas que hacen películas LGBTIQ+ que no quieren hablar de «cine LGBTIQ+», sino de «cine» a secas.
Diego Trerotola: Sí, hay cineastas que reniegan de la etiqueta de cine «LGBTIQ+», claro. Y hay gente que hace películas que reniega de la categoría «cine» también porque llama a lo que hace de otra forma. Las categorías son para rebelarse en el momento que eso a lo que remiten ya no tiene el significado que estamos construyendo. Una de las cuestiones importantes de Asterisco es la Q de queer, y justamente, quienes sabemos qué realmente significa lo queer implica políticas por afuera de las representaciones tradicionales de la diversidad sexual y la identidad de género, Muchas de las películas que pasamos nadie antes las consideró LGBTIQ+.
¿Creés que falta quitarle la «etiqueta»?
DT: Quitar identidades porque no estemos de acuerdo es muy peligroso, porque si una persona se quiere seguir identificando con una palabra o categoría es anular no a una palabra o categoría sino a una forma de vida. Yo tengo una perspectiva queer, no me identifico con la palabra gay, pero hay mucha gente que se autodefine gay que tiene muchas cosas que me parecen valiosas y me enriquecen. No creo en la cultura de la cancelación. Pero también la tendencia política de quitar las siglas LGBTIQ+ es propia de la derecha, que habla de «diversidad», pero no nombra a qué se refiere ni siquiera se habla de «diversidad sexual», porque la palabra sexual es como un tabú.
¿Cuál fue el criterio para armar la programación?
DT: No tenemos un criterio único, porque hay muchas obras que nos interpelan desde un lugar inesperado y esa desorientación nos gusta. El criterio es la amplitud histórica y estética, porque siempre tenemos desde cine mudo a cine inédito, pero también tenemos películas experimentales muy radicales y cine narrativo de una forma un poco más convencional. La tendencia es no creer que el cine LGBTIQ+ es solo un tipo de cine. Si la sección Monstruos Homoeróticos sigue este año es porque todavía tenemos más para decir sobre cómo el género de terror representa la diversidad sexual y de género. Y tenemos una sección llamada La piel que habito, que está desde la primera edición de Asterisco, que siempre vuelve para incluir a películas muy distintas entre sí, como un panorama que ayuda a desarmar las ideas anquilosadas del cine LGBTIQ+.
Fuente/foto:Télam