El barrio de San Telmo y la Gentrificación
por Asamblea de Parque Lezama
Desde hace algún tiempo, los vecinos del barrio de San Telmo hemos incorporado una nueva palabra a nuestro día a día: la “gentrificación”. Este término remite a un largo proceso en los centros urbanos, de 10, 15 y hasta 20 años, que produce un reemplazo total de la población y provoca la pérdida de costumbres y tradiciones que hacen a nuestra identidad barrial. Su particularidad, al ser tan extenso en el tiempo, es que suele llevarse a cabo sin resistencia vecinal. Se impulsa la gentrificación, desde capitales privados asociados a grandes negocios inmobiliarios, promoviendo discursos empeñados en destacar las cualidades negativas de nuestro barrio, “que está abandonado, es inseguro”, etc. Esto desvaloriza la propiedad y permite a los grupos inmobiliarios adquirir viviendas a precios muy bajos, para después construir mega emprendimientos, hacer puestas en valor ajenas a las necesidades del barrio, privatizar espacios, y promover desalojos masivos en pos del progreso y la modernidad.
Es interesante para nosotros destacar dos características que nos diferencian de otras ciudades. La primera es que en Buenos Aires los negocios mega inmobiliarios son promovidos desde el Estado, también las revalorizaciones del lugar y las puestas en valor tendientes a ser expulsivas. Es decir, es el Estado quien promueve la expulsión en nuestros barrios. La segunda característica es el grado de resistencia que ofrecemos los vecinos. Nuestro barrio pelea por su identidad y se resiste a aceptar estos maquillajes impuestos e inconsultos. Así, obras como el enrejado del Parque Lezama, el Metrobús Paseo Colón, o desalojos de viviendas y bibliotecas populares, son resistidos y en muchos casos frenados. Y se logra, además, que de estos focos de resistencia barrial surjan experiencias de trabajo colectivo en forma de comedores, centros culturales, cooperativas de viviendas, asambleas, y ferias.
San Telmo no es sólo de anticuarios, arquitectos conservacionistas y comerciantes. Nacimos como el barrio del tambor, conventillos e inmigrantes. Somos un barrio heterogéneo, por eso nos plantamos y seguimos luchando.