ByLPLI. Un lugar para soñar nuevos mundos
por Maia Kiszkiewicz
La Biblioteca y Librería Popular Literatura Inclusiva (ByLPLI) abrió sus puertas el 16 de octubre de 2021. El proyecto sociocultural cuenta con su primera sede en Camarones 2876, Villa Santa Rita, y busca seguir expandiendo fronteras. “Nuestro territorio de acción es más que esta casa que ahora tenemos. Son las cárceles a las que vamos, las villas a las que nos acercamos con continuidad, los espacios de consumo problemático, el acceso a poder interactuar con personas en situación de calle. Además, este espacio físico que tenemos ahora es el primero de, esperamos, sean muchos”, dice Federico Baggini, escritor, coordinador y parte del equipo que construye la biblioteca y librería desde el inicio.
La iniciativa, que lleva tres años de trabajo entre deseo, gestión, búsqueda y armado del local, se amplía ante la posibilidad de intercambio desde el habitar un espacio propio. Actualmente, ofrecen talleres, hacen eventos culturales y tienen a la venta libros de editoriales independientes que abordan temáticas relacionadas a cuestiones sociales. “Desde 2018 la idea fue mutando. Los grupos de trabajo fueron mutando. La falta de concreción del proyecto generaba desgaste y desánimo. Los motivos fueron varios. 2019 fue un año de elecciones, se disparó mucho lo económico y todo lo que tenía que ver con alquileres. Eso nos limitó el accionar. En 2020, la pandemia generó que algunas personas decidieran dar un paso al costado ya que se les estaba haciendo pesado”, cuenta Federico.
A principios de este año, con el avance de la vacunación y el levantamiento de algunas de las restricciones, el equipo volvió a pensar en materializar el proyecto. Consiguieron libros, donaciones de muebles, los pusieron en condiciones y se reunieron de forma semanal. En ese momento aún no contaban con un espacio propio de trabajo y la Biblioteca Roffo, ubicada en Villa del Parque, les cedió un lugar para albergar el mobiliario y juntarse a planear el futuro.
En un principio, la idea era funcionar en un ala que no se usaba de esa biblioteca que prestaba el espacio. Pero a Federico le llegó otra posibilidad. “Yo coordinaba un proyecto de casas comunitarias en donde diferentes personas me daban sus viviendas para que se las administre bajo la lógica de un alquiler comunitario. Una de las casas, la de Camarones al 2876, la había devuelto en junio. Un mes después, al ver la difusión que venía haciendo en busca de donaciones, los dueños me ofrecieron que si yo hacía una biblioteca ahí, me dejaban volver a tenerla. Fue inesperado”, recuerda Baggini, agradecido por esta oportunidad que facilitó el acceso a un inmueble. “Sabemos que, para marzo de 2021, del total de espacios culturales, artísticos y sociales del Área Metropolitana de Buenos Aires, habían cerrado casi el 40%. Un porcentaje altísimo. Teniendo en cuenta esto, la vivienda que nos dieron fue, y es, una oportunidad. Entre otras cosas, porque tuvo beneficios en cuanto a los requisitos para ingresar ya que es directamente el dueño el que nos la cedió con este fin”, reflexiona Federico.
La Biblioteca y Librería Popular Literatura Inclusiva tiene como objetivo ser un lugar de encuentro, de crecimiento, de oportunidad laboral y de contención. “Nuestra propuesta es social, cultural, ideológica y, por lo tanto, política, ya que consideramos que lo personal, así como lo colectivo, es político”, expresan desde ByLPLI. Con esa convicción, a la hora de generar puestos laborales, priorizan a personas trans y a quienes hayan salido de contextos de encierro. “Son las dos comunidades a las que se les hace más difícil conseguir trabajo genuino. Eso nos parece algo bastante simbólico. En un mundo capitalista que lo único que propone es generar plusvalía, es bastante negador decir que cualquier persona puede trabajar. No todas las personas tienen las mismas oportunidades. Nosotros queremos abocarnos a que puedan hacerlo y, además, que sea desde un lugar en el que no hay jefes ni una relación de poder que determine ningún tipo de crecimiento o avance. La generación de un ingreso está ligada a la generación de un subsidio. Es decir, a la mantención legal del proyecto. Pero, también, a una mantención genérica del espacio por parte de quienes lo integramos. Ya sea la comisión directiva, trabajadores, etcétera”, cuenta Federico y agrega que el eje transversal en sus labores es el trato digno.
La forma para participar en la ByLPI tienen que ver con elecciones personales. Es posible adherirse y usar las instalaciones, ser parte del club o participante active. Pero, también, está la posibilidad de integrarse activamente a la asociación civil de formas más comprometidas e involucrándose con la coordinación y administración. “La singularidad con la que trabajamos es que el proyecto va a hacer y ofrecer actividades y propuestas en la medida del tiempo que dispongan quienes lo integran. No al revés. El proyecto se acomoda a las personas, no las personas al proyecto”, explica Federico y agrega que se pueden encontrar más detalles sobre los modos de participación tanto en www.bylpli.com.ar como en sus redes sociales (@ByLPLI). Allí, también, se podrán conocer detalles sobre las actividades que se llevan a cabo. La diversidad se ve también en las propuestas. Talleres, que por ahora son de instrumentos pero para 2022 planean ampliar la oferta a formación en oficios, lecturas o eventos como el que tuvo lugar el 26 de noviembre cuando se realizó la presentación de “Narrativas no binarias – Testimonios por fuera del binario heterocisexista y sus interseccionalidades”, libro editado y publicado por la editorial Puntos suspensivos.
Otro de los intereses del proyecto sociocultural es poder ser sostén y acompañamiento de personas que estén siendo vulneradas. El espacio que se ocupa de esto se llama Espacio Cultural Envolvente (E.Cu.En.) y es la gente de este sector la que recepciona a personas que se acercan y manifiestan que están atravesando algún tipo de conflicto, inconveniente personal, violencia o vulnerabilidad. “Hacemos una primera instancia de contención, se ofrece atención primaria y, después, se analiza si se puede resolver la problemática con los recursos que contamos y desde el espacio mismo o si se deriva a una organización que la aborde de forma más abarcativa, total y contundente. La idea es que, de a poco, también, la persona que se acerca pueda conocer la amplitud de lo que proponemos y lo que es una construcción comunitaria”, dice Baggini.
Desde la página de la ByLPI, definen: “Somos conscientes de que no podremos cambiar en poco tiempo una realidad adversa a escala social y que reviste historia de décadas y siglos. Sin embargo, no por eso pensamos ni concebimos la posibilidad de quedarnos de brazos cruzados, y mucho menos opinando sobre lo que hacen o dejan de hacer otres (…)”. Por ese empuje, y por la fuerza que le ponen quienes lo hacen, el proyecto persiste y tiene una perspectiva clara: generar opciones. “La realidad social que deseamos tiene que ver con una en la que el eje esté en la igualdad en muchos sentidos. En el acceso a servicios básicos y dignos, el tratamiento ante la ley, la oportunidad laboral, el trato digno, la decisión propia sobre el cuerpo y la identidad, el acceso a la salud, a la educación, a la vivienda. Y la continuidad de todos estos aspectos. Ese es el deseo a futuro, el cambio que buscamos. Sin embargo, son muchos ítems y no todos son nuestro objetivo porque entendemos las limitaciones. Pero sí intentamos generar opciones paralelas al sistema o a la cultura que está vigente y hegemónicamente impuesta. Y, también, empezar a pensarlo de forma práctica y pragmática. Porque material teórico hay un montón. Y está bien. Pero, ¿qué podemos hacer para que esa teorización encuentre una materialidad y sea ejecutada?”, pregunta Federico y deja el interrogante, lo comparte, para que siga siendo motor de acción y construcción de nuevas posibilidades.