Cine de Alexander Kluge
Con motivo de la presentación del primer libro de Alexander Kluge traducido en Argentina, el Goethe-Institut y el Complejo Teatral de Buenos Aires exhiben a partir del 20 de agosto la versión completa, de casi diez horas, de Noticias de la Antigüedad Ideológica. Marx – Eisenstein – El capital, que se proyectará en tres programas diferentes en la sala Lugones del teatro San Martín.
La obra de Alexander Kluge constituye el inventario de un buceador de historias, cuya forma y contenido Kluge transmuta diluyendo las fronteras entre documentación y ficción, entre el reportaje, la narrativa y la poética. Sin embargo, “mi obra principal son mis libros”, asegura sobre sí mismo. Ex colaborador de T.W. Adorno en su juventud, Alexander Kluge comenzó su carrera cinematográfica como asistente de Fritz Lang y pocos años más tarde se erigió en “padre” del Nuevo Cine Alemán, movimiento que revitalizó el cine de ese país y que posibilitó el surgimiento de directores como R.W. Fassbinder, Werner Herzog y Wim Wenders.
Las 120 historias que componen el libro, parciales y “subjetivas” según advierte el propio Kluge, tratan de la edad temprana del celuloide –ese cinéma impur de tiempos en los que la imagen cinematográfica combinaba elementos del teatro, las artes plásticas y la literatura, de la azarosa separación entre cine documental y de ficción, y de cómo el sol, a través de su juego de luces, fue quizás pionero del cine de autor. Narran el brío con el que las masas se apropiaron de ese cine reciente, los avatares de un nacionalsocialista en Hollywood, los proyectos truncos de Tarkovski y de Fritz Lang, y se interrogan por la posibilidad de poner en imágenes la plusvalía o el fin de la Segunda Guerra Mundial. Pero sobre todo atestiguan una cosa: que el “principio cine” –tan antiguo como las representaciones de luz y oscuridad en nuestra mente– surge mucho antes que el arte de filmar, porque se basa en la comunicación pública de lo que nos “mueve por dentro”; y que esa utopía que tiene lugar desde antaño en la cabeza del espectador no desaparecerá con la llegada de la tecnología digital, pues incluso cuando los proyectores hayan dejado de traquetear siempre habrá algo que “funcione como cine”.
Sobre Alexander Kluge
Alexander Kluge nació el 14 de febrero de 1932 en la ciudad alemana de Halberstadt. El 8 de abril de 1945 una bomba aérea de los aliados explotó a sólo diez metros de donde se encontraba Kluge, entonces de 13 años, dejando en ruinas los alrededores. “Debe ser posible presentar la realidad como la ficción histórica que es”, dice cuando, recién en los setenta, se siente en condiciones de volver sobre el acontecimiento y narrar el ataque aéreo, la interrupción de una función matutina, la destrucción del cine local Capitol.
De la obra literaria de Alexander Kluge cabe destacar: Lernprozesse mit tödlichem Ausgang [Procesos de aprendizaje con desenlace fatal, una nouvelle de 1973] y los libros de relatos Chronik der Gefühle [Crónica de los sentimientos, 2000, donde recoge también los relatos publicados en los ‘60 y ‘70], Die Kunst, Unterschiede zu machen [El arte de hacer diferencias, 2003], El hueco que deja el diablo (versión en castellano de Anagrama, 2007), Geschichten vom Kino (versión en castellano: 120 historias del cine, traducción de Nicolás Gelormini y edición al cuidado de Carla Imbrogno, Caja Negra, 2010) y Das Labyrinth der zärtlichen Kraft [El laberinto de la fuerza amorosa, 2009]. Como ensayista reeditó en 2002 con el título de Der unterschätzte Mensch [El hombre subvalorado] los tres volúmenes teóricos escritos entre 1972 y 1993 con el sociólogo Oskar Negt. Entre las principales distinciones a su labor literaria se cuentan los premios: Kleist 1985, Heinrich Böll 1993, Lessing a la crítica 2002, Georg Büchner 2003 y T.W. Adorno 2009. Como realizador de cine ganó premios en los festivales de Oberhausen, Venecia, Cannes y Berlín. Para coronar una larga serie de homenajes a su persona, Alexander Kluge recibió en 2007 la Gran Orden del Mérito de la República Federal de Alemania y en 2008 el Premio de Honor de la Academia de Cine Alemana.
Fuente: Carla Imbrogno, prensa Goethe-Institut
A ALEXANDER KLUGE LO ESTOY CONOCIENDO AHORA.
VI SOLO DOS PELICULAS UNA MUCHACHA SIN HISTORIA Y TRABAJO OCASIONAL DE UNA ESCLAVA. ME GUSTA SU DEFINICION CUANDO DICE, QUE ES UN RECOLECTOR DE FRUTOS QUE DESENTIERRA, DESCUBRE, COLECCIONA Y ESO DE QUE LAS PELICULAS TODAS JUNTS SON UNA SUERTE DE PARTITURA. YO, HUMILDEMENTE ESTOY ESCRIBIENDO UN GUION DE CINE SIN SABERLO ME DOY CUENTA DE SU INFLUENCIA Y TRATARE DE CONSEGUIR TODAS SUS PELICULAS . QUISIERA QUE ME INVITARAN VIA MAIL SI SE ORGANIZA OTRO CICLO . NO PUDE CONCURRIR AL QUE SE ORGANIZO EN EL TEATRO SAN MARTIN.MUCHAS GRACIAS.