Cooperativa La Chicata
“Nosotros no hacemos films para morir, sino para vivir, para vivir mejor. Y si se nos va la vida en ello, vendrán otros que continuaran…”
Raymundo Gleyzer, 1974
Ver más allá de lo que ven tus ojos, poner en cuestión, internarse en el territorio, tomar la cámara como un arma y desnudar la injusticia, el hambre, la marginación, son algunas de las premisas alrededor de las cuales nació la cooperativa de comunicación social La Chicata, en el bachillerato popular Raymundo Gleyzer. (ver nota)
Los alumnos y alumnas sienten un especial magnetismo por las prácticas de radio y de audiovisual. “El trabajo de fin de ciclo consiste en hacer un corto. Resulta que cuando más entusiasmados estaban, terminaban de cursar”, dice Natalia Corral Vide.
Ante el interés por adquirir una mayor capacitación, el cuerpo docente del Raymindo Gleyzer comenzó a dictar talleres de profesionalización en edición, montaje, cámara. Estas especializaciones requirieren un intenso trabajo en el territorio. En las prácticas, pibes y pibas descubrieron que podían cubrir las problemáticas sociales de sus barrios que los medios hegemónicos eluden. Se perfiló así la posibilidad de dar una salida laboral a quienes egresan del bachillerato, y fue tomando forma la cooperativa de trabajo La Chicata que aspira a transformarse en una fábrica de contenidos. “Las coberturas sirven para poner en juego todo los que aprendieron en el ciclo de formación: periodismo, formato de entrevistas, trabajo audiovisual” apunta Natalia.
La cooperativa La Chicata está conformada por profesores, egresados y estudiantes. Emiliano forma parte de la cuarta camada de egresados del bachillerato, se desempeña como docente e integra la cooperativa La Chicata. Se encarga de entrevistar a la gente: “Me gusta mucho el contacto con la gente, escuchar lo que tiene para decir. Creo que una cooperativa de trabajo sirve para sacar de cada uno de nosotros lo mejor que puede o sabe hacer y ponerlo al servicio de todos”