«¿Dónde está Arshak Karhanyan?»
La madre del agente de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires Arshak Karhanyan, amigos y compañeros de estudios del joven en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), realizaron este jueves una protesta frente al Palacio de Tribunales para reclamar el cambio de carátula y el pase del expediente al fuero federal con el propósito de que se investigue el hecho como una «desaparición forzada».
«Hace dos años y medio que no sabemos nada de Arshak. Espero que si alguien sabe algo va a contactarse con nosotros para decir dónde está y qué pasó con Arshak», expresó la madre Vardush Datyvian, «Rosita», delante de las vallas que custodiaban la sede de Tribunales, sobre la calle Talcahuano.
La mujer estuvo acompañada por el abogado de la familia junto a compañeros de su hijo en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), como también por el decano de la regional Buenos Aires de esa casa de estudios, el ingeniero Guillermo Oliveto, donde estudiaba el policía del que no se supo más nada desde el domingo 24 de febrero de 2019.
«Por favor, pido por todos que si alguien sabe me va a decir dónde está mi Arshak», suplicó la madre en un castellano en el que se le sigue notando el acento armenio, ya que tanto ella como sus dos hijos emigraron desde Armenia y se establecieron en la Argentina en 1997.
También el hermano del policía se encargó de compartir el «sufrimiento» y el «desconcierto» que está viviendo la familia, y entonces aseguró que tanto él como su madre están atravesando una situación «que no se le desea a nadie» porque implica «no saber qué tipo de pérdida estamos sufriendo».
«El lugar en el que estamos no se lo deseo a nadie. Ni perder un amigo, ni perder un amigo y mucho menos un hijo, porque no sabemos qué tipo de pérdida estamos sufriendo», remarcó Tigran Karhanyan, quien completó su testimonio con una alusión al drama de la incertidumbre: «No sabemos dónde está parado mi hermano, con quién y qué le está pasando».
«Rosita» y Tigran habían llamado desde las redes sociales a movilizarse hasta la Plaza Lavalle con las consignas «Justicia para Arshak» y «¿Dónde está Arshak Karhanyan?». En tanto que el pedido del cambio de caratula se debe a que Danytian «no confía» en el juez Alberto Baños, a cargo el expediente por la desaparición de su hijo Arshak, y asegura que en el seno la Policía de la Ciudad hay grupos que saben qué pasó con su hijo, que fue visto por última vez el domingo 24 de febrero de 2019.
Karhanyan, especialista en computación, estudiaba en la UTN y como efectivo del cuerpo policial de CABA trabajó en las áreas de Cibercrimen (que se encarga de controlar celulares y equipos informáticos), en la división Exposiciones (responsable de hacer allanamientos) y finalmente en la comisaría 7B de Caballito, ubicada a seis cuadras del domicilio en el que residía el efectivo, en avenida Directorio al 900.
Tras las palabras de la madre y el hermano, sus abogados pusieron el foco en una serie de «irregularidades» y medidas procesales muy controvertidas, como la demora en siete meses para aceptar a la familia como querellantes en el expediente, y sobre todo una pericia realizada al celular de Arshak por el área de Cibercrimen de la Policía de la Ciudad, que devolvió el teléfono desactivado, o sea vacío.
Una pericia posterior, esta vez a cargo de la Policía Federal, logró recuperar el registro de llamados y mensajes del mismo celular salvo la información del último mes anterior a la desaparición, datos que habrían sido claves para aportar claridad sobre lo que pasó con el policía porteño.
«La hipótesis de desaparición forzada, de acuerdo a todos los protocolos de actuación en materia de derechos humanos, indica que habiendo la sospecha de que uno o más miembros de algún funcionario estatal esté involucrado se tiene que investigar sí o sí bajo esa hipótesis», subrayó el abogado que patrocina a la familia, Juan Kassargian.
Luego enumeró indicios y pruebas que incriminarían a la Policía de la Ciudad en tanto institución, y en ese sentido detalló que «la última persona que tuvo contacto, comunicación y que creemos que le dio una orden a Arshak es un policía; quienes borraron los teléfonos, que debieran ser expertos, son policías; quienes borraron el teléfono del principal sospechoso, son policías».
Además, para justificar por qué la causa debería ser recaratulada, el abogado recordó que «quienes perdieron las cámaras (de vigilancia de la vía pública) son policías», y además mencionó el whatsapp de audio que circuló a principios de esta semana en el que una mujer que tiene un hijo en común con el policía que vio por última vez a Arshak, Leonel Herba, le dirigió palabras como mínimo sospechosas.
El whatsapp en cuestión, enviado por Jazmín Soto al policía Herba, decía, entre otras cosas: «Vos seguí con el teléfono, seguí hueveando, seguí, seguí eh, haciendo no sé, desaparecer gente (…) El que está acá en orsai porque desapareció una persona y sos el principal sospechoso, sos vos».
En la concentración también pronunció unas palabras el decano de la UTN, quien definió a Arshak como «un desaparecido en democracia» y exigió que «aparezca con vida» porque «lo que corresponde es que vuelva con su familia», mientras que Franco Liccardi, presidente del centro de estudiantes, consideró que a partir de «lo que estuvo saliendo en estos días» se hizo evidente que «claramente es una desaparición forzada».
Arshak estudiaba Ingeniería en Sistemas de Información en la UTN y como efectivo del cuerpo policial de CABA trabajó en las áreas de Cibercrimen (que se encarga de controlar celulares y equipos informáticos), en la división Exposiciones (responsable de hacer allanamientos) y finalmente en la comisaría 7B de Caballito.