Educar en la incertidumbre

por Federico Coguzza

Septiembre de 2016. Centro Cultural Kirchner. El ministro de Educación Esteban Bullrich expone en el panel “La construcción del Capital Humano para el Futuro” organizado por el Foro de Inversiones y Negocios, más conocido como Mini Davos: «El problema es que nosotros tenemos que educar a los niños y niñas del sistema educativo argentino para que hagan dos cosas: O que sean los que crean empleos, que le aportan al mundo empleos… crear algunos Marcos Galperin (fundador de Mercado Libre) o crear argentinos que sean capaces de vivir en la incertidumbre y disfrutarla».

Si hay algo a lo que precipitó la pandemia del Covid fue a la incertidumbre, pero de disfrute no tuvo nada. Y si dirigimos la mirada al sistema educativo, quedó evidenciada la capacidad de vivir (y trabajar) en la incertidumbre que tiene la comunidad educativa en la Ciudad de Buenos Aires. Una comunidad que hace años sufre el embate de una gestión que no hace otra cosa que precarizarla y desprestigiarla.

En esa línea se inscriben, por un lado, el recorte presupuestario en educación que, en términos reales, sufrió un ajuste del 7,6%. Lo que a la vez lo convierte en el más bajo de la historia de la Ciudad. Y por el otro, las expresiones de la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, que dijo que los y las docentes son “cada vez más grandes de edad, y eligen esta profesión como tercera o cuarta opción luego de haber fracasado en otras carreras” y, como si fuera poco, también dijo que pertenecen a niveles socioeconómicos bajos que “en términos de capital cultural” tienen menos para ofrecer en el aula.

La Educación porteña en números
En los últimos 10 años, los fondos destinados a Educación en CABA se han ido ajustando. Durante la primera gestión de Macri, en 2010, el presupuesto destinado al área era del 27%. Cuando su lugar lo ocupó Horacio Rodríguez Larreta había descendido al 22%. Y desde que Larreta es Jefe de Gobierno lo ha ido recortando en un punto porcentual promedio por año. El presupuesto educativo para 2021 será de 105 mil millones de pesos y representa poco más del 17%. El más bajo de la gestión Macri-Larreta en la metrópolis porteña.

Todos los años, la UTE (Unión de Trabajadores de la Educación) realiza un análisis pormenorizado de los presupuestos destinados a educación. Si se trabajan en comparativa los presupuestos 2019 y 2020 es posible observar que: este año Larreta destinó 3600 millones de pesos a mantenimiento escolar, mientras que para el año que viene la suma será de $3400 millones; la inversión de fondos para nuevas escuelas descenderá de los actuales $3000 millones a apenas $1140 millones; y lo destinado a becas estudiantiles, que en 2020 recibió poco más de $1500 millones, este año subirá apenas a $1600 millones. A esto hay que sumarle que el gasto por alumno y el gasto por unidad educativa se encuentran en los niveles más bajos desde 2013.

El 61% del gasto educativo se destina a salarios, mientras que un 20% está compuesto por transferencias en su mayor parte al sector privado. De lo que se desprenden dos aspectos centrales: por un lado, la participación de la educación de gestión estatal es del 47%, mientras que la participación de la gestión privada es del 17%, y si bien en comparación con el año pasado los porcentajes son iguales, la tendencia en estos últimos diez años ha sido una transferencia cada vez mayor a la educación de gestión privada. Por el otro, en el presupuesto 2020, el gasto en remuneraciones asciende a $50.882 millones, lo que significa un 19% más respecto al de 2019. Sin embargo, en el presupuesto para el año que viene se prevé un aumento de más de 3 mil cargos docentes. Esta combinación de mayor dotación de cargos, pero menos masa salarial tiene como consecuencia que con el actual presupuesto el salario promedio sería 11,4% menor al del año 2019, y 23% menor al de 2015.

Sin embargo, no todas las áreas del presupuesto porteño sufrieron recortes. Los gastos destinados a la Policía de la Ciudad superaron los 3 mil millones de pesos, de los cuales $20.264.574 se destinaron en comida para los canes. Otra área que gozará de amplitud presupuestaria en 2021 será la de Publicidad y Propaganda, con $ 2406 millones, algo así como $ 6,6 millones por día.

Feos, sucios y malos
De un lado de la pantalla, el diputado Fernando Iglesias. Del otro, la ministra de educación porteña Soledad Acuña. Conversan. Y como no hay coaching de por medio, ni discurso ni escrito practicados aparece lo que se piensa, sin matices, con torpeza, sin disimulo. Se cumple así con la premisa de que “Tratando de lucirse, un chancho puede comer jamón (siempre revelamos a lo que estamos sometidos)”. En el medio, las y los docentes. Esos que para Acuña no son más que feos, sucios y malos.
En diálogo con Periódico VAS, Cecilia Segovia, docente y delegada sindical de UTE sostuvo: “Los dichos de Acuña no sorprenden a les docentes. El desprestigio y el ataque a la docencia es constante. Quienes transitamos en el sistema educativo somos receptores de violencia simbólica y material permanentemente. Para ilustrar se puede enumerar: el intento de cierre de los institutos de formación docente, el Unicaba, el intento de cierre de escuelas nocturnas, las paritarias a la baja año tras año (este año el medio aguinaldo se pagó en cuotas), y a esto se le suma lo cotidiano, por ejemplo, las malas condiciones de las escuelas que están naturalizadas. Cómo está naturalizado que el reclamo docente siempre apunta a lo salarial, cuando lo que está detrás de la lucha es la mejora todos los aspectos que posibiliten una enseñanza de calidad.” 

Frente al fracaso de las políticas públicas, Acuña y la gestión del Gobierno de la Ciudad tienen dos posibilidades: hacerse cargo o buscar un culpable externo. No es spoiler: los culpables son los y las docentes. Pero no todos sino aquéllos y aquéllas que “militan”, aquéllos y aquéllas que están “sobre ideologizados”. En un mismo movimiento se quitan responsabilidad e invitan a las familias a denunciar a quienes “eligen militar en vez de hacer docencia”.

Al respecto Cecilia Segovia afirmó: “la mirada de Acuña también expresa la visión que tiene sobre la docencia organizada y sindicalizada. No se cansa de decir que son pocos los docentes afiliados, y que los sindicatos no son representativos”. Lo que hay detrás de todo esto es la búsqueda de la ruptura de los lazos de la comunidad educativa: docentes, directivos y directivas, personal no docente, familias y estudiantes. Los mismos que ante un contexto de pandemia sostuvieron las escuelas contra viento, marea, ajustes, estigmatización y salarios a la baja.

Pandemia: conexión y virtualidad
«La pandemia puso de manifiesto las desigualdades existentes en el sistema educativo, que no son de ahora, sino que son históricas y que se traducen en desigualdades simbólicas y pedagógicas”, dice a Periódico VAS, Cecilia Segovia. Y continúa: “ante una situación inédita, los recursos no fueron puestos al servicio de la docencia, y menos aún escuchar a los miembros de la comunidad educativa. Por ejemplo, de 500 estudiantes de una escuela en la que trabajo, sólo 40 recibieron una computadora del gobierno de la ciudad, y al hablar con colegas pude saber que en algunos casos fueron las escuelas las que cedieron las computadoras de la institución”.

En relación a este tema cabe recordar que el juez porteño Roberto Andrés Gallardo había ordenado al gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, en el mes de junio, entregar a todos y todas las estudiantes en condición de vulnerabilidad un dispositivo móvil (Pc, Tablet o celular) para que puedan tener acceso a la educación durante el desarrollo de la cuarentena. Pero la Sala III de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad de Buenos Aires hizo lugar parcialmente al pedido del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, revocando la medida cautelar dictada por el juez Gallardo.

“¿Cuándo un estudiante está conectado para el ministerio?” se pregunta Cecilia Segovia, y sentencia: “tener un celular con datos no es estar conectado».

La importancia de la ESI
Consultada sobre cómo fue trabajar durante la pandemia con la ESI (Educación Sexual Integral), Segovia sostuvo: “siempre es fundamental trabajar desde ahí, sin embargo, en la pandemia se evidenció la necesidad de plantear los trabajos con el estudiantado y con las familias desde una perspectiva de derechos, de una perspectiva de género, para poder generar un vínculo que sea contenedor aun en la distancia. En el comercial 4, por ejemplo, armamos un manual con teléfonos útiles para denunciar distintas violencias, datos del CESAC para buscar métodos anticonceptivos, consultar por síntomas de Covid, la importancia de que durante la cuarentena tenían derecho a la interrupción legal del embarazo. Después trabajamos con las distintas áreas para incorporar una perspectiva que permita trabajar la afectividad, las emociones, que involucre al concepto de salud desde una mirada integral”.
Diciembre de 2020. El ciclo lectivo llega a su fin. Atrás, al costado o encima, queda un año de dolor, esfuerzo, de ausencia de horarios, de sobre carga laboral bajo un velo de incertidumbre. Una incertidumbre que la comunidad educativa fue capaz de transitar, no sin sobresaltos, en su intento de sostener el vínculo con lxs estudiantes. Una incertidumbre que colmó de interrogantes al sistema educativo. Una incertidumbre que encuentra su explicación en las reformas educativas que viene llevando a cabo desde hace 13 años la gestión del Gobierno de la Ciudad. El mismo que no pierde ocasión de dejar en claro que la educación es más bien un servicio y no un derecho, persiguiendo una lógica empresarial y meritocrática que gana terreno e invita a educar en la incertidumbre.(1)

 

1). Certificado de pobreza: Al cierre de esta nota el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires (TSJ) falló contra las familias que reclaman vacantes en las escuela públicas porteñas.
Marcela De Langhe, Inés M. Weinberg, Santiago Otamendi y Luis Francisco Lozano, las magistradas y los magistrados que integran este el TSJ, determinaron que solamente podrán exigir vacantes quienes no puedan abonar la matrícula de una escuela privada.
“Este fallo busca limitar el acceso a la Justicia a las familias que eligen la escuela pública y pretende legitimar el ajuste constante y sostenido que Macri y Larreta realizan desde hace trece años en materia educativa hasta alcanzar su punto más bajo en el presupuesto 2021”, señalaron desde la UTE, y advirtieron: “La Constitución porteña es muy clara al respecto, en su Artículo 24 establece que ‘La Ciudad asume la responsabilidad indelegable de asegurar y financiar la educación pública estatal, laica y gratuita en todos los niveles y modalidades, a partir de los cuarenta y cinco días de vida hasta el nivel superior, con carácter obligatorio desde el preescolar hasta completar diez años de escolaridad’”.
“No tener escuela, es una necesidad básica insatisfecha”, sostienen desde el Colectivo Vacantes para Tod@s en las Escuelas Públicas, que calificó de “escandalosa” la sentencia del TSJ. (ver más...)

ilustración: Ward Brackett

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