El inicio de la Democracia Participativa Parte II

 por Mariane Pécora

“Ellos tienen el ejecutivo, tienen la mayoría en la legislatura, tienen mayoría en casi todas las comunas, pero acá los vamos a hacer mierda”[1], me explica una joven militante de una agrupación peronista, en medio de la batahola que se suscita en el salón de actos de la Escuela Nicolás Avellaneda.
Son más de las 21.30 hs. del 21 de marzo de 2012, y se está celebrando la segunda asamblea del Consejo Consultivo de la Comuna 1. El desconcierto es absoluto. Nadie sabe a ciencia cierta qué se está votando. Los gritos de los delegados de la Villa 31 llevados a instancias del PRO[2], impiden que se escuchen las propuestas. De pronto, a una seña del referente peronista, se alzan un centenar de manos. Son mayoría, El Reglamento que regirá el funcionamiento y determina las atribuciones del Consejo Consultivo Comunal (CCC) queda aprobado en particular. Es decir, un reglamento extenso y minucioso, elaborado por fuera del CCC, ha sido aprobado sin ninguna modificación, sin analizar en comisiones los artículos, sin siquiera leerlos para discutirlos y votarlos de a uno.
Eso es todo lo que ha podido hacerse en tres horas con relación a la Comuna. Luego se pasa a un cuarto intermedio para dentro de un mes. Se levanta la sesión. Y la marcha peronista corona la victoria.
– ¿Qué victoria?, se pregunta en voz alta esta cronista.
– ¡No ve que le ganamos de nuevo al PRO, compañera! -me dice un militante vestido de traje y corbata, mientras agita los dedos en V.

Para un lector desprevenido este relato puede sonar descabellado. Pero es solo una muestra, una pequeñísima muestra de como la partidocracia se instala en la  sociedad e impide el debate democrático. Como sucede en el odio y en la locura, para que se dé la partidocracia hacen falta por los menos dos actores, es decir dos partidos. El filósofo español Gustavo Bueno define a la partidocracia como una deformación de la democracia, donde cada partido tiende sistemáticamente a atacar al otro. En una sociedad donde los actores principales y únicos de la política son los partidos políticos, no hay posibilidad de que los ciudadanos expresen su voluntad real más allá de esos partidos.

Cuando la  partidocracia es la única forma de hacer política

Lo contrario a la partidocracia es la democracia participativa. Es decir, la puesta en práctica de un modelo político donde se facilita a los ciudadanos su capacidad de asociarse y organizarse en forma horizontal de modo que puedan crear un mecanismo de deliberaciones y manifestarse por igual con puntos de vista tanto mayoritarios como minoritarios.
La Ley de Comunas se creó con el espíritu de la democracia participativa para que los vecinos de la Ciudad y cada una de sus distintas formas de organización social, partidarias o apartidarias, se integraran a través de un órgano deliberativo o Consejo Consultivo Comunal, para ejercer un control directo del gobierno de su comuna. Pero la escasa convocatoria a los vecinos y las mezquindades jerárquicas partidarias hicieron de las asambleas del Consejo Consultivo de la Comuna 1 un territorio estéril, que sirve únicamente para que midan sus fuerzas el oficialismo y la oposición.
Si la partidocracia se apoderó de la primera asamblea, en la segunda se hizo sentir con más fuerza. Y la participación de los vecinos se redujo a menos de la mitad.

Un grito y una alerta

“¡Si sacás una foto más te rompo la cámara!”, amenazó un militante de la agrupación Peronismo por la Ciudad a un fotógrafo del Periódico VAS. Alertado por el mismo fotógrafo, Víctor Cantero, el jefe político del violento, controló la situación. ¿Qué era lo que estaba por registrar el fotógrafo cuando fue amenazado?
En esta segunda convocatoria, la mesa de acreditaciones estuvo representada por todas las fuerzas políticas que integran la Junta Comunal. El altercado comenzó cuando se le impidió el ingreso a la referente de La Campora en la Comuna 1, Sofía González, que había oficiado de coordinadora en la reunión anterior, porque no podía acreditar su domicilio en la Comuna. Pese a que la joven aseguraba contar con las certificaciones correspondientes a su agrupación política, la presidenta de la Comuna, Cristina Brunet (PRO), intentaba vedarle el ingreso a través de una resolución, sancionada ese mismo día por la Junta Comunal (donde el PRO es mayoría), que limita la participación en el Consejo Consultivo Comunal a las organizaciones sociales que no se encuentran previamente inscriptas en el registro de la Comuna. Luego, alertada por la presencia de la cámara fotográfica, Cristina Brunet se apartó de la discusión. Menuda contradicción, dado que la amenaza surgió del sector de la oposición.

La rentabilidad de una interna

“La señorita Sofía no va poder entrar, porque parece que no tiene domicilio en la Comuna”, corea con sorna Carola. La delegada del playón Este de la Villa 31, con cadencia de cumbia, va y viene por el salón trayendo noticias del altercado. Una especie de clac, de delegados de la Villa 31 instalada en las primeras filas de la derecha, aplaude.
¡A todos estos los trajo el Bocha!”, exclama otra delegada de la Villa 31 afín al FPV [3], desde las filas de la izquierda. Se refiere al juntista del PRO por la Comuna 1, Martín Diego Bochkezanian, quien tenía a su cargo el Programa de Urbanización de la Villa 31, hasta que el año pasado fue denunciado por algunos delegados por “priorizar económicamente” a cooperativas que colaboran con su partido en la campaña electoral[4].
“Es que nosotros no queremos que Sofía nos represente, ella no es de la Villa, ¿Qué va a saber ella de nuestros problemas? ¡Si ahora están diciendo que vive en San Isidro!, ella viene a la Villa reparte los planes y después se va ¿Por qué entonces ella nos tiene que representar?, cuestiona María, militante radical, delegada de la zona Güemes de la Villa 31.
Evidentemente, el referente del macrismo, que se encargó de reclutar a los delegados de la Villa 31 no tuvo el tino de explicarles el sentido de la participación en el Consejo Consultivo, ni la importancia que esta institución tiene en los destinos de la Comuna y en el de la propia Villa. Lo que hizo fue alimentar la interna existente en la Villa 31, entre los delegados y la militante de la Campora. Es decir, el PRO pergeñó una guerra, que únicamente sirve para socavar el proceso de las Comunas.

¿Quo Vadis?

Parado en el escenario, micrófono mano, el secretario de actas Juan Carlos Badía, trata de dar inicio a la reunión, convocada hace una hora y media.
“¡No vez que no han ingresado todos los compañeros!”,  le increpa un joven desde las filas del peronismo distribuidas en el fondo del salón. Finalmente, el altercado de la puerta culmina en una negociación, Daniel Vigo, juntista del PRO  encargado de garantizar el funcionamiento del CCC, autoriza el ingreso de Sofía González y cuatro miembros más de La Campora, siempre y cuando la joven no oficie de coordinadora.
Se optó entonces elegir un nuevo coordinador. Se propusieron cuatro candidatos: Ricardo Rúa de la agrupación Pueblo Peronista; Ana María Martini de la Coalición Cívica, pero muy cercana al PRO; Lorena Berlinblaum del PODES, Partido conducido por el ex Legislador Sergio Abrevaya y Edith Rojas, delegada de la Villa 31. Resultó electo por mayoría Ricardo Rúa.  En tanto, de secretario de actas siguió oficiando Juan Carlos Badía, a quien no se le conoce filiación partidaria.

Una trifulca sin sentido

 “¡Dictador! ¡Dictador!”, le gritaba al nuevo coordinador la tribuna de delegados de la Villa 31, cuando éste trataba de poner orden.
“Acá, no vamos a negarlo, cada uno de nosotros tiene una filiación partidaria y eso no está mal. Lo que quiero pedir es que nos respetemos y formemos una comisión para consensuar un reglamento”, expresó Ana María Martini, la primera oradora.
“El Acta de la reunión anterior ya está hecha, así que mociono que pasemos a dar tratamiento artículo por artículo al reglamento que aprobamos el 7 de marzo”,  exclamó Víctor Cantero blanqueando con su interlocución la situación del libro de Actas, en teoría, desaparecido en la reunión anterior.
“Si no le damos lectura al acta anterior, todo lo que hagamos acá estará viciado de nulidad”, sentenció el tercer orador, Carlos Muniagurria, terminando de esclarecer la polémica situación del libro de Actas.
Nuevamente empezaron a agitarse los ánimos. Todos querían hablar. El coordinador estaba desbordado. No había nadie autorizado para elaborar la lista de oradores y el secretario decía no dar abasto. Se  propuso  entonces elegir un asistente del secretario. Y como si se tratara de un botín de guerra, comenzaron a desfilar las más disparatadas candidaturas. Se postuló incluso a personas que no estaban presentes en la sala. Algunos se subían al escenario para auto-postularse, estimulando la irascibilidad del coordinador. La trifulca fue de tal magnitud que, cualquier desprevenido habría pensado que  se  estaba tratando de  un tema de fundamental trascendencia para la Comuna.  Por último, resultó electa  la candidata del FPV, Ana Bonome.

El reglamento y los arrebatos

Juan Carlos Badía comenzó a dar lectura al acta y lo hizo hasta el punto en que le tocaba leer nuevamente todo el Reglamento aprobado de una zancada en la primera reunión. El coordinador explicó entonces que no era necesario leer nuevamente el Reglamento porque ya se había hecho en la reunión anterior y preguntó si alguien tenía algo que decir al respecto, de lo contrario se daba por aprobada el acta. De inmediato, Aníbal, miembro de la colectividad peruana y delegado de la Villa 31 subió al escenario, para hacer uso de la palabra. Ricardo Rúa le pidió que se sentara y respetara la lista de oradores. Pero Aníbal no se bajaba del escenario y los delegados de las primeras filas comenzaron con reproches, gritos, subidas y bajadas del escenario, recriminaciones… Nada inteligible. En medio de la batahola se dio por aprobada el acta. Luego, el sector de los moderados del FPV pidió un cuarto intermedio, para leer, tratar y aprobar el reglamento artículo por artículo en una próxima reunión. La rama dura del FPV, fue por todo y el reglamento en particular se aprobó de una zancada. Sin que medie debate, disenso o consideración alguna. Luego se pasó a un cuarto intermedio hasta el 19 de abril, en la Facultad de Ciencias Sociales de calle Santiago de Estero 1029  en el barrio de Constitución.

 A la hora de las estrategias 

“Si queríamos traíamos el doble de personas, pero aquí no quisimos armar lío”, se le escuchó decir a un referente del PRO. Es un razonamiento lógico. Estaban en una escuela. Y ya demasiada antipatía se ha ganado Macri en el terreno de la educación pública como para adosarse una más. Por eso la estrategia del PRO consistió en llevar un grupo de choque compuesto mayormente por mujeres, pero lo suficientemente fuerte para romper la reunión. Mal que le pese a muchos, lo logró.
La estrategia del peronismo dentro del Frente para la Victoria, en cambio consistió en hacer número, tener mayoría y garantizarse la victoria a cualquier precio ¿Y lo logró? Depende de lo que se considere una victoria. Si se trata de imponerse al oficialismo porteño, lo consiguió. Si en cambio, se trata de conquistar al vecino, ganar simpatizantes  y, finalmente, conseguir electores… Debería reflexionar sobre aquel antiguo proverbio maoísta que dice: no dejes que el árbol te tape el bosque.

El peligroso juego de las Mayorías

– ¿Usted es periodista? –me pregunta un joven parado al pie del escenario.
– Sí, ¿y vos? –le digo.
– Yo vengo con todos ellos…  –dice el muchacho, y señala con la cabeza a los delegados de la Villa 31, que saltan, gesticulan y le gritan dictador a Ricardo Rúa.
– ¡Pero no se dan cuenta que armando todo este lío van a terminar destruyendo las Comunas! –reflexiono.
– No sé  –me responde–, yo no entiendo nada de esto.
– ¿Entonces por qué estás acá? –pregunto.
– Vine para acompañar a mi papá que es delegado de la Villa –me explica–. Pero hoy somos pocos, porque nos dijeron que vengamos nada más que 25, sí veníamos todos no nos alcanzaba este salón…

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Notas Relacionadas: El inicio de la Democracia Participativa Parte I


[1]   Se refiere al PRO (Propuesta Republicana), partido que gobierna la Ciudad, liderado par Maurcio Macri.

[2]  Las siglas PRO refieren a Propuesta Republicana, partido que gobierna la Ciudad, liderado por Maurcio Macri.

[3]  Siglas del Frente para la Victoria: alianza política integrada por el Partido Justicialista o Peronista, el Partido de la Victoria, el Partido Nueva Dirigencia, el Partido Humanista, el Frente Grande, el Partido Comunista, el Partido Comunista de la Argentina, el Partido Intransigente, el Proyecto Popular, el Partido Verde, Convergencia K y la agrupación La Campora.

[4] Esta denuncia fue radicada en INADI. El ex juez porteño Roberto Gallardo,  que llevó la causa afirmó la existencia “documentación que acredita aportes de dinero a cooperativas manejadas por punteros que, en los procesos electorales que se están realizando en las villas, participan de listas afines al PRO”. Fuente: Revista Alerta Militante entrevista a Martín Diego Bochkezanian.

15 comentarios en “El inicio de la Democracia Participativa Parte II”

  1. Excelente nota Mariane. Lamentablemente nos falta todavía mucho camino para recorrer. La democracia participativa es una meta a alcanzar, que hoy por hoy está todavía lejana. Bien vale la pena luchar por ella y tu trabajo y el Periódico Vas lo están haciendo.
    Un abrazo y saludos tanto para vos como para Gabriel
    Jorge

  2. Excelente crónica, me hizo reflexionar sobre lo que ocurrió del cual no había sacado ninguna conclusión. Me causa una tristeza muy grande lo que ocurrió y me di cuenta que en el fondo es toda una mentira y mientras haya partidos políticos así los vecinos nos vemos vencidos ante semejantes atropellos.

  3. Excelente la nota de Mariane PÉCORA, es realmente así, la partidocrácia, no deja que los verdaderos protagonistas y victimas se expresen. Es sólo cuestión de imponer sus ideas no las de la gente, lamentable en incidente con el fotógrafo. Bravo VAS.-

  4. Excelente crónica. Espero que sirva para reflexionar sobre la importancia del disenso en un sistema democrático. Con respecto a la amenaza al fotógrafo, es lamentable que quienes levantan las banderas de los Derechos Humanos luego comentan este tipo de atropellos y una falta de respeto a los compañeros desaparecidos.

  5. Lamentablemente los «Verdaderos Vecinos», no podemos participar de algo que nos permite tener voz y voto, algo con valor historico!
    Con grupos como ustedes, los Verdaderos Vecinos nunca podremos expresarnos, son lamentables!!!!

  6. Es lamentable que pasen este tipo de cosas todavía. Es muy importante educar al ciudadano desde la escuela pública, si es posible, para que podamos vivir en un país y en una ciudad más igualitaria. Donde no se saque provecho de las necesidades de los más humildes.

  7. Como crónica está bien, Mariane, aunque se vislumbra un tufillo de desconfianza a la democracia participativa que tal vez merezca un poco más de fe en sus inicios.
    Y disculpe, Capurro, ¿pero nos son «verdaderos vecinos» de esa comuna 1 también los de la Villa 31?
    Por otro lado, los «verdaderos» vecinos que van sueltos suelen reclamar por los detalles que le incumben, mientras que los que van agrupados suelen ya venir luchando por beneficios más generales para los barrios. Porque de eso se trata la militancia, ¿no? Por eso no me parece acertado considerar que el ir agrupados partidariaente sea algo negativo. Claro que el método antagonista y por ende la falta de discusión de base muestra un nivel complicado para discutir políticas zonales. Pero por algo se empieza. «Power to the people!»

  8. Respondo puntualmente a Rafael por sus dichos de «que se vislumbra en la nota un tufillo de desconfianza a la democracia participativa».
    Nada está más alejado de eso. La nota está pidiendo, clamando por la democracia participativa, desde el mismo título. La nota va marcando precisamente las conductas, los modos y procedimientos, que se oponen a la democracia participativa, para convocar a la reflexión y corregirlos. Porque no se puede hacer democracia participativa sin convocar, sin escuchar ni hacer participar a los vecinos. No se puede hacer democracia participativa convirtiendo una asamblea en un espacio de poder a disputar y haciendo un campo de batalla para dos partidos políticos. No se puede hacer democracia participativa aprobando un reglamento de prepo, sin pasarlo a comisión, sin leerlo. Y tampoco se puede hacer democracia participativa con la violencia y las amenazas. Podría decirte más, pero me parece que alcanza.
    Lo que me extraña es tu lectura de la nota. ¿Qué estabas, leyendo, Rafa? ¿Era otro canal?

  9. El artículo no me gustó. El oficio de periodista no puede ser neutro aunque se lo pretenda. Quien escribe sobre un tema siempre lo hace desde una posición determinada y en este artículo, si bien la periodista hace el esfuerzo de señalar a tirios y troyanos, se trasunta una neta posición anti política, o mejor dicho anti política partidaria, como si quien perteneciera a un grupo político determinado dejara de ser ciudadano o vecino y estuviera vetado de participar en las tareas barriales, entiéndase bien digo quien pertenece a un grupo político y lo explicita porque todos los presentes, sin hacerlo público, pertenecen a algún grupo o partido o bien tienen una opinión política y la expresan en sus intervenciones y forma de votar, aún cuando se presenten como ciudadanos independientes; y eso no es para nada dañino, justamente esa inquietud política los lleva a participar en lugar de permanecer tranquilos en su casa viendo la televisión. Por lo que es cierto decir que es la política y no el individualismo, el motor de una sociedad.
    Todo aquel que haya participado de una simple reunión de consorcio, de una asamblea en la cooperadora de la escuela, en las famosas asambleas populares del 2001, o tan solo en una reunión de 30 padres y madres eligiendo la empresa para que sus hijos viajen a Bariloche al egresar de la escuela, salvo excepciones, siempre son reuniones tumultuosas, se debate a los gritos, uno habla encima del otro, incluso se llega a agresiones verbales (aún entre amigos que finalizada la reunión van a comer juntos) y a veces físicas y en esas reuniones no hay partidos políticos pero los partícipes expresan y defienden sus posturas con vehemencia.
    Por eso no es lógico transcribir expresiones, ya sean de unos u otros, dichas al calor de la discusión como si fueran declaraciones de principios. Todo lo anecdótico, tapa lo fundamental (como dice lo del árbol y el bosque) y lo fundamental es que se aprobó un reglamento, en general y en particular para el funcionamiento del CCC, es decir el consejo está en pleno funcionamiento. (Vale la pena aquí mencionar que el Código Cívil que rige la vida de los argentinos desde hace 150 años se aprobó, a instancias de Bartolomé Mitre, a libro cerrado, es decir sin discusión) y se creó una comisión para poder discutir artículo por artículo que aún no fue integrada. A pesar de todos los que no quisieran que el Consejo funcione, la mayoría logró sobreponerse a las agresiones y culminar una Asamblea con la firme decisión de hacerlo funcionar, de lo contrario podríamos seguir discutiendo así hasta el 2015.
    Con el aprecio que le tengo a Marianne tengo que decirle que en realidad la discusión se dio entre una minoría de los presentes pero en la votación participó la mayoría, y no creo, sinceramente, que la revista Alerta Militante sea una fuente imparcial como para basar la nota.

  10. Arturo. Gracias por tu comentario y por el marco de respeto en que lo planteas. Comprendo que el artículo no te haya gustado, pero debo aclararte que no es mi intención denostar a los partidos políticos, que son el sostén del sistema democrático (en la época de la dictadura militar, precisamente, fueron proscriptos). Lamento que no hayas entendido el sentido de la nota, que apunta a: no hacer de la partidocracia la única forma de entender la política, porque ésta es una deformación de la democracia que impide a otros actores de la sociedad, como las ONG, las redes comunitarias y cualquier otra forma de organización social se exprese más allá de esos partidos.
    No milito, es cierto. Lo he hecho en mis épocas de estudiante. Vos, Arturo, como muchos otros compañeros conocen con qué ideas políticas comulgo. Basta leer el VAS para darse cuenta. Hace muchos años que me dedico a trabajar en la comunicación comunitaria. Participé activamente de los acontecimientos del 2001. De hecho, esta publicación es producto de una Asamblea, VAS es la sigla de Vecinos Autoconvocados de San Nicolás.
    Volviendo a la nota, la crónica es un estilo periodístico que estructura el relato haciendo una descripción de los pormenores y alternativas de un hecho, donde lo testimonial se emplea como un recurso narrativo más. Sólo eso. Y nada más que eso. No creo que se deban hacer teorías al respecto o elaborar conjeturas para invalidar el género.
    Ahora, bien, que alguien amenace a un cronista o fotógrafo, es un hecho gravísimo, y veo que nadie toma la verdadera dimensión del mismo. No se trata de la filiación política o partidaria que tenga la persona que amenaza, lo que es inconcebible es que suceda en un sistema democrático.
    Otra cosa que tengo que aclarar es que no he tomado como fuente para elaborar esta crónica a la revista Alerta Militante. Periódico VAS estuvo allí. Cito a A.M., a raíz de la publicación de la denuncia que un delegado de la Villa 31 le hizo, el año pasado, a uno de los Juntistas del PRO, ante el INADI y ante la Justicia de la Ciudad, por beneficiar a las cooperativas de la Villa 31 que colaboraban en campaña electoral (información que también cotejé con otras fuentes).
    Vuelvo a agradecer tu comentario y te saludo con toda la estima que merecés: por compañero y por comprovinciano.

  11. Estimada Mariane
    La libertad de prensa es uno de los bienes más preciados que tiene la democracia y los periodistas tienen todo el derecho a escribir lo que piesan, pero también deben hacerse cargo delo que dicen y cotejar muy bien las fuentes para no cometer errores de apreciación, y digo esto, porque en su nota habla sobre mi filiación partidaria a la Coalición Cívica, a la cual me enorgullece pertenecer, y luego desliza el comentario de que «estaría cerca del PRO» y no es así.
    Pertenezco a un grupo que durante dos largos años trabajamos en el Preconsejo Consultivo de la Comuna 1,integrado por gente de varios partidos políticos, UCR,PRO, UPT, CC, Justicialistas, Proyecto Sur, y además vecinos independientes y nos tratamos siempre con respeto y estima, dialogando, concensuado y trabajando para la comuna en la tan desnostada «DEMOCRACIA PARTICIPATIVA»,PERO QUE PUDIMOS TRANSITAR Y MEDIANAMENTE CONTRUIR A PESAR DE NUESTROS DICENSOS, PERO ANTES Y AHORA QUE YA INTEGRAMOS EL CCC, NUNCA NOS MEZCLAMOS, E HICIMOS GUIÑOS DE CERCANÍA, CADA CUAL MANTUVO SU IDENTIDAD PARTIDARIA Y YO SIGO MANTENIENDO LA MÍA SIN MÁCULA. Es por eso que le ecribo para aclarar tal vez su mal entendido y me gustaría que en otra publicaciones al respecto y cuando me nombre aclare lo que por desconocimiento o malos informantes no reflejó con certeza. LA SALUDA CON TODA CORDIALIDAD, ANA MARIA MARTINI

  12. A raíz de lo relatado en la nota de Mariane quiero recordarles a algunos de aquellos que se consideran peronistas, seguramente con total convicción, dos o tres frases del Perón que volvió al país luego de 17 años de exilio obligado:
    «…el problema básico de los países del Tercer Mundo es la ausencia de una auténtica justicia social y de participación popular en la conducción de los asuntos públicos» (Mensaje a los Países No Alineados 1973).
    «… o profundizamos las coincidencias para emprender la formidable empresa de clarificar y edificar una gran Nación o continuamos paralizados en una absurda intolerancia que nos conducirá a una definitiva frustración» … «El segundo de los objetivos radica en concretar el ámbito de consenso» (J.D.Perón «El Proyecto Nacional» 1974).
    Estas ideas – independientemente de la simpatía o antipatía con quien las pronunció – deberían hacernos reflexionar un poco.
    La ampliación de la participación popular, sin intolerancias y concretando consensos, es el camino de la democracia participativa que muchos estamos buscando construir hoy, en el ámbito de las Comunas.

    Carlos Wilkinson Integrante del Movimiento Comunero

  13. Ante las reprobables circunstancias en que se desarrollaron las Asambleas del Consejo Comunal de la Comuna 1, provocadas por el accionar de algunos militantes y ciertos dirigentes de partidos políticos que no están a la altura de las circunstancias impulsando –como debieran- la participación de debates democráticos, quisiera expresar a aquellos vecinos y conciudadanos víctimas de esos métodos que no están solos.

    NO ESTAMOS SOLOS: Somos muchos los que pugnamos por cambiar este paradigma, estas prácticas arbitrarias, agraviantes e inconducentes, y debemos ser perseverantes en este accionar, advirtiendo y señalando en todos los foros posibles, que pretendemos cambiar esos hábitos. Algunos militantes y dirigentes tienen estas conductas por convicción, otros porque es la forma habitual de mostrar su poder en la interna de sus propios partidos o frente a extraños y otros en cambio porque es lo que tradicionalmente le han enseñado y no advierten que hay otras formas, mucho mejores, pacíficas, de mejor convivencia y con mejores resultados para hacer política.

    El “Qué se vayan todos!” de diciembre de 2001 fue el grito liberador de un pueblo cansado de este proceder.

    Ese grito aún no se ha acallado: Quién quiera oír que oiga.

    Eduardo Hadad
    Integrante de la Mesa Coordinadora del MOVIMIENTO COMUNERO
    http://www.movimientocomunero.com.ar
    [email protected]

  14. Me encantó el artículo. Ojalá que muchas personas puedan leerlo y reflexionar.

  15. Hola soy Angelica Banzer delegada de la Villa 31, la verdad me da vergüenza leer este tipo de notas, ¿cómo puede ser que amenacen ha un periodista del periódico Vas de Buenos Aires? aqui en el barrio todos tienen filiacion politica y sabemos quienes son cada uno. Martin Bochkezanian los maneja como trapo de piso ha muchos delegados de la villa 31. Como yo no tengo cola que me pisen, lo digo de frente, una cosa es caminar por la plata y otra cosa es por tu barrio.

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