El Hospital Bonaparte no se cierra
Tras días de lucha y manifestación, el gobierno nacional revirtió la decisión de cerrar el Hospital Bonaparte y garantizó la continuidad de los 612 puestos de trabajo.
En medio de un intenso debate y una gran movilización, el Hospital Nacional «Lic. Laura Bonaparte» logró evitar su cierre gracias a un acuerdo entre el Gobierno y la Asociación Trabajadores del Estado (ATE). Este paso se da después de intensas negociaciones y protestas que destacan la vital importancia del servicio que ofrece este centro de salud, especialmente en el ámbito de la salud mental y las adicciones.
El secretario general de ATE Nacional, Rodolfo Aguiar, ha enfatizado que este acuerdo representa «el triunfo de la decisión de luchar de los trabajadores y de la masividad demostrada en las calles». Este logro no solo resguarda los 600 puestos de trabajo en juego, sino que también asegura el acceso de miles de personas a servicios de salud pública de calidad, conforme a lo establecido por la Ley Nacional de Salud Mental.
La noticia llega tras días de incertidumbre y tensiones, marcadas por la ocupación del hospital y la amenaza inminente de cierre por parte del Gobierno. La decisión de mantener abierto el Hospital Bonaparte no sólo responde a la presión sindical, sino también a la conciencia generalizada sobre la importancia estratégica de este centro médico, para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y todo el país.
El Hospital Bonaparte, único en su especialización a nivel nacional, ha sido un bastión crucial en la implementación de políticas de salud mental y en la atención de adicciones. Desde su reconversión conforme a la Ley Nacional de Salud Mental, se ha destacado por su enfoque en tratamientos ambulatorios y su impacto positivo en la reintegración social de los pacientes.
Durante el año en curso, el hospital ha atendido a más de 25 mil personas y recibido cerca de 98 mil consultas, lo que subraya su relevancia y la alta demanda de servicios especializados que enfrenta. La decisión de mantenerlo operativo es vista como un paso crucial no solo para la salud pública sino también como un acto de resistencia frente a las políticas de ajuste que podrían afectar negativamente a sectores vulnerables de la sociedad.
A pesar del acuerdo alcanzado, el panorama futuro sigue siendo desafiante. La amenaza de recortes presupuestarios y la constante presión sobre los recursos destinados a salud pública siguen siendo preocupaciones centrales. Por ello, la movilización y la unidad sindical se presentan como herramientas clave para asegurar la sostenibilidad y el fortalecimiento de instituciones como el Hospital Bonaparte en el largo plazo.
En este contexto, la convocatoria a una movilización para el Día Mundial de la Salud Mental el próximo 10 de octubre adquiere un significado especial. Este evento no solo busca celebrar los avances en la conciencia pública sobre la salud mental, sino también reafirmar el compromiso con la defensa de los derechos laborales y el acceso universal a la salud.
El caso del Hospital Bonaparte es un ejemplo vívido de cómo la movilización sindical y el apoyo popular pueden influir en las decisiones políticas cruciales para el bienestar colectivo. La lucha por la salud pública no termina con este acuerdo, sino que marca el inicio de un compromiso continuo para proteger y fortalecer nuestros sistemas de salud frente a futuros desafíos.