En defensa de la Richmond
La legisladora porteña María José Lubertino reclamó hoy en las puertas de la tradicional confitería Richmond, a un año de su cierre, que la Justicia habilite a inversores interesados en recuperar el patrimonio histórico y cultural de la Ciudad de Buenos Aires.
«Estamos pidiendo una presentación del ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, quien está a cargo de este tema, en la Legislatura porteña para realizar una reunión conjunta de la Comisión de Cultura con la Comisión de Patrimonio», expresó la diputada.
Asimismo, señaló que «como no hubo ninguna acción proactiva por parte de Lombardi y vimos algunos movimientos extraños, vinculados a que el ministro estaría autorizando un cambio de uso del lugar con el pretexto de mantener algún rincón de la confitería como un pequeño recordatorio de lo que fue la Richmond, es que nos volvimos a autoconvocar».
«En un amparo que nosotros presentamos el año pasado obtuvimos una sentencia por la cual el Ejecutivo de la Ciudad está obligado a intervenir y no se puede cambiar el uso de la confitería en función de todas las protecciones que le dimos en la
Legislatura», explicó Lubertino.
Además, aseguró que «nosotros entendemos y defendemos la propiedad privada, que los propietarios y los inversores puedan tener el derecho a ganar y a tener una rentabilidad», pero «cuando hay una restricción al dominio de alguna índole que protege al patrimonio público es el Estado de la Ciudad el que debe velar para que respetando los intereses y derechos económicos también se puedan llegar a acuerdos y articulaciones que permitan proteger el
bien público».
En tanto, Cristina Sotile, antropóloga de la división de Cultura y Patrimonio del Consejo Consultivo de la Comuna 7, explicó que «la idea es seguir sentando presencia de esta manera,
seguiremos viniendo todas las semanas y convocaremos a todas las instituciones para apoyar a los bares notables que son patrimonio irreemplazable de la Ciudad».
«Si los bares se transforman en confiterías de plástico, nosotros no solamente como porteños estamos perdiendo parte de lo que es nuestro patrimonio, nuestra identidad, sino que tiene que ver con el patrimonio de todos los argentinos», concluyó.
En el lugar también estuvieron presentes el defensor del Pueblo Adjunto, Gerardo Hugo Gómez Coronado y la ex secretaria general de la Comisión de Patrimonio, Mónica Capano, entre otros.
La confitería Richmond, inaugurada en 1917, cerró el año pasado porque sus dueños alegaron que la actividad era deficitaria, para poco tiempo después comenzar con la liquidación del negocio y los despidos de casi 40 empleados.