Eurnekián: el padre de la criatura
por Juan Pablo Costa
@juanpcostaok
Eduardo Eurnekián es la cabeza de una de las familias más ricas de la Argentina, con un patrimonio mayor a 1.900 millones de dólares según Forbes, y de la Corporación América, uno de los principales operadores de aeropuertos a nivel internacional. Pero, además, Eurnekián es el hombre que contrató a Javier Milei cuando era sólo un ignoto y excéntrico economista y, lobby mediante, lo convirtió en un producto masivo en los medios de comunicación. A partir de allí la historia es conocida: la insatisfacción popular con el rumbo de la economía acrecentó su figura, y la crisis de representación hizo el resto del trabajo para colocarlo en la presidencia y poder cumplir su sueño húmedo de destruir al Estado desde adentro. Eduardo Eurnekián es el padre de la criatura que se está convirtiendo en la pesadilla de millones de argentinos.
De fábrica textil …
La historia de la familia Eurnekián es la historia de una familia inmigrante proveniente de Armenia dedicada al rubro textil. La empresa familiar fue creciendo, hasta que en la década del 70 logró un salto cualitativo al comprar la marca de ropa deportiva Puma. Sin embargo, la política de liberalización y apertura comercial impulsada por Martínez de Hoz comprometió severamente a la compañía. En el año 82, Eurnekián ingresa en el sector de comunicaciones al adquirir, gracias a un crédito del Banco Nacional de Desarrollo, una pequeña empresa de la zona norte del Gran Buenos Aires, proveedora del entonces novedoso servicio de cable, llamada Cablevisión S.A. Durante los años siguientes y hasta mediados de los 90’, la lista de empresas de Eurnekián creció: Canal 2 de La Plata (actual América TV), diario El Cronista Comercial, las radios Aspen y América, entre otras.
En 1995 el gobierno de Ménem habilitó las retransmisiones de las señales satelitales, y generó un fuerte crecimiento del negocio de la televisión por cable. Cablevisión se transformó en el principal operador de cable en la Argentina, con una facturación de más de 200 millones de dólares y una participación de mercado superior al 50% en el Área Metropolitana de Buenos Aires.
En aquel momento existía una limitación normativa por la cual las empresas cable-operadoras no podían ofrecer servicios de telefonía, y viceversa. Ante el diagnóstico de una desregulación de esas limitaciones en el corto plazo, Eurnekián decidió desprenderse de la mayoría accionaria de Cablevisión vendiendo el 51% de la compañía a la multinacional TCI, Tele Communications Internacional por 285 millones de dólares. La estrategia era esperar la desregulación para reingresar en el sector asociado con alguno de los grandes jugadores a nivel internacional, que pudiera proveer el know how y el capital necesario en un escenario de competencia con grandes conglomerados.
Sin embargo, el destino tenía otros planes para Eurnekián. La inminente desregulación no fue tal, debido al exitoso lobby de las empresas del sector, fundamentalmente el Grupo Clarín y las telefónicas. Entonces, El Armenio comenzó un proceso que lo llevaría a desprenderse de todos sus medios por una suma superior a los 700 millones de dólares. Cabe consignar que por la venta de estas empresas que, sumadas a Cablevisión, totalizaban casi 1.000 millones de dólares, Eurnekián no pagó ningún impuesto, debido a la combinación de sociedades offshore y contabilidad creativa. Sobre este punto ampliaremos más adelante.
Holding Internacional
El cambio de piel del grupo culminó con el ingreso en el negocio aeroportuario. En 1998, el grupo de Eurnekián ganó la licitación de 33 aeropuertos argentinos, incluyendo el Aeropuerto Internacional de Ezeiza y Aeroparque, por los que pasaban más del 90% del tráfico aéreo argentino. Este ingreso en el sector también incluyó la compra de empresas aéreas como LAPA, Aerovip, Southern Winds, Volare (incluso se llegó a ofertar la compra de Aerolíneas Argentinas). Pero al poco tiempo se revirtieron esas adquisiciones. Lo que no se revirtió fue el desembarco en empresas complementarias a las concesiones aeroportuarias: logística, free shops, servicios de limpieza, publicidad, transporte, etc.
La internacionalización de la Corporación América la llevó a convertirse en una de las principales concesionarias de aeropuertos en el mundo. Además, Eurnekián desembarcó con fuerza en Armenia, su país natal, con la compra de uno de los principales bancos del país: Converse Bank, y la concesión del servicio postal, entre otros rubros.
La expansión del grupo lo lleva a participar hoy en numerosos sectores con más de una docena de empresas. Participa en energía con CGC, Compañía General de Combustibles, operando en más de 160 yacimientos de petróleo y gas; en minería, a través de Mexplort, en tecnología, a través de Unitec; en infraestructura, a través de Helport; en el sector financiero, a través de Wilobank, y en el rubro de la agroindustria a través de la Bodega del Fin del Mundo y de la bodega armenia Karas.
Con contabilidad dudosa
Como ya es costumbre entre las grandes empresas, la estructura jurídica del grupo de Eurnekián es, como mínimo, opaca. La cabeza del holding se ubica en una fundación, Southern Cone Foundation, ubicada en el Principado de Liechtenstein, una jurisdicción considerada paraíso fiscal. Dicha fundación tiene participación en una empresa radicada en las Islas Vírgenes Británicas, Liska Investment Corporation, a través de la cual controla dos sociedades ubicadas en Luxemburgo: A.C.I. Investment SARL y Corporación América SARL LUX. Según la investigación del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) “Los ricos de Argentina”, son 61 compañías identificadas, que en la mayoría de los casos no tienen más función que ser propietarias de otras compañías con el evidente objetivo de ocultar a los beneficiarios de los flujos. Recién en el séptimo escalón de propiedad se puede encontrar la empresa que presta servicios aeroportuarios, la principal actividad del grupo.
El padre de la criatura
Para graficar la relación entre Milei y Eurnekián, utilizamos la metáfora de “padre de la criatura”. Semejante descripción no es un error involuntario. Es imposible subestimar la importancia que tuvo Eduardo Eurnekián como mentor de Javier Milei. Pero para entender la historia completa, vayamos por partes.
Eduardo Eurnekián y Franco Macri, el fundador de SOCMA y padre de Mauricio, fueron no sólo contemporáneos, sino íntimos amigos. Y es que ambos compartían más de lo que aparentaban: eran de la misma generación, eran inmigrantes y mantenían un vínculo con su país de origen, ambos formaban parte de esa “nueva burguesía” forjada al calor de los procesos de sustitución de importaciones y mirada por desprecio por la vieja oligarquía; y compartían una notable pulsión por el poder y los vínculos políticos. Pero, además, compartían otra cosa: la saña contra Mauricio, el primerizo de Franco. Saña que Mauricio, con sangre calabresa, nunca olvidó.
Al asumir la presidencia, Mauricio Macri tenía entre ceja y ceja a Eurnekián. En el grupo de El Armenio, Corporación América, dependía de las concesiones aeroportuarias, especialmente de Ezeiza y Aeroparque, por lejos los aeropuertos con mayor tráfico aéreo del país. El enfrentamiento entre Macri y Eurnekián tuvo varios capítulos que incluyeron auditorías y una virtual intervención en el directorio de la compañía. Entonces, El Armenio pensó que sería útil la existencia de personajes mediáticos que cuestionaran el rumbo del Gobierno y horadar su legitimidad. Entonces sus ojos se posaron sobre el extraño personaje parado frente a él en su oficina: el economista Javier Milei.
El vínculo que une a Javier Milei con Eurnekián comenzó en 2008 cuando el economista comenzó a trabajar en Aeropuertos Argentina 2000, de donde más tarde llegó a ser economista en jefe. Sin embargo, los amigos de Milei de aquella época aseguran que Eurnekián no terminaba de tomarlo en serio. Aunque con cierta periodicidad lo convocaba a su oficina para conocer su opinión sobre la marcha de la economía, también tuvo durante años el sueldo congelado, lo cual habla de cierto interés por prescindir de sus servicios. Recién con la guerra de Macri fue que Eurnekián pensó en la potencialidad mediática de Milei. Entonces esponsoreó su desembarco en el canal América, del cual todavía conserva una porción de propiedad y la facultad de intervenir en los programas periodísticos. Mal no le fue.
Es innegable la marca que le dejó a Javier Milei su paso por la Corporación América. Tal es así, que a sus principales funcionarios de gobierno los conoció allí: Guillermo Francos, actual jefe de gabinete y ministro del Interior, fue director de Aeropuertos Argentina 2000; Nicolás Posse, ex jefe de gabinete, fue gerente general de la Unidad de Negocios Sur de la Corporación América hasta la asunción de Milei. Sandra Pettovello, la superministra de Capital Humano, que engloba las carteras de Educación, Desarrollo Social y Trabajo, fue productora del programa de Luis Majul en América TV, el canal en que Eurnekián mantiene participación.
Sin embargo, existe cierta distancia con El Armenio. Eurnekián apoyó abiertamente a Patricia Bullrich y, luego de la primera vuelta, le marcó la cancha al candidato Milei, cuestionando el proyecto dolarizador. Llegó a decir: “Si Milei no se modera… No estamos para aguantar otro dictador”. Palabras durísimas de quien se supone su mentor.
Y es que Eurnekián sabe que ser reconocido como el padre de la criatura implicará arriesgar demasiado capital político, especialmente ante la suerte incierta de este experimento anarco capitalista en la Argentina. Y si hay algo que Eurnekián tiene, qué duda cabe, es olfato.