Ferni Ayala: fue femicidio

A la espera la sentencia de Esteban Rojas Almada

por María Fernanda Miguel

Tras un largo proceso judicial, Esteban Rojas Almada se encuentra esperando la sentencia por el femicidio de Ferni Ayala Palacios, ultimada el 19 de febrero de 2023, de un disparo en el pecho en el domicilio que compartían en la Villa 21-24.

El femicidio de Ferni es parte de una larga lista de víctimas de violencia machista que se acrecienta a diario en nuestro país. Según datos del Observatorio “Ahora Que Sí Nos Ven”, en 2023 hubo 274 femicidios. Mientras que el Observatorio de Mumalá «Mujeres, Disidencias, Derechos» informó que en lo que va del año se produjeron 212 femicidios. Estas cifras son una clara muestra de que la violencia patriarcal no cesa, por lo que las campañas, el trabajo territorial y las redes de contención son claves en la prevención. Sobre todo en un contexto en el que se han reducido programas estatales y organismos, como la disolución de la Subsecretaría de la Protección contra la Violencia de género, que ejecutaba políticas para combatir la violencia machista contra mujeres y disidencias, incluida la línea 144 y el programa Acompañar, que consistía en brindar una serie de beneficios y recursos para ayudar a las víctimas a acceder a una red de apoyo integral, incluyendo asistencia económica, orientación legal y servicios de acompañamiento para facilitar su proceso de recuperación y autonomía. En la actualidad, esa Subsecretaría pasó a la órbita de la Secretaría de DDHH con un rango y un presupuesto menor.
Las organizaciones de derechos humanos y feministas han denunciado esta decisión, argumentando que es un paso atrás en la lucha contra la violencia machista. La falta de recursos adecuados y de políticas específicas amenaza con dejar desamparadas a miles de mujeres y disidencias que enfrentan situaciones de violencia extrema.

Justicia para Ferni
Periódico VAS cubrió desde el primer día el juicio contra Esteban Rojas Almada, un prestamista que, tras asesinar a Ferni Ayala Palacios, se mantuvo prófugo durante cinco meses, hasta ser capturado en Paraguay.
La fiscalía en lo criminal y correccional, a cargo de María Luz Castany, solicitó que se impute al acusado por femicidio doblemente agravado, por haber sido cometido contra su pareja y por haber mediado violencia de género. También pidió que se lo impute por el delito de portación de arma de guerra sin la debida autorización legal, agravado por registrar un antecedente penal por un delito doloso con uso de armas. Además, solicitó que se contemple dentro de la sentencia la inclusión de Uriel, hijo de la víctima, dentro del régimen previsto en la Ley N°27452 (ley Brisa) de reparación económica para niñas, niños y adolescentes víctimas de violencia.
Tras los alegatos de parte de la defensa, que se darán a conocer hoy, el tribunal deberá decidir la fecha definitiva para la sentencia.

¿Cómo se llegó a esto?
El camino para los familiares de víctimas de femicidios es largo y doloroso. “Mi duelo lo voy a terminar de hacer cuando la justicia lo condene a perpetua”, dice siempre Clara Ayala, una de las hermanas de Ferni que desde el minuto cero se cargó al hombro el pedido de justicia, haciendo campañas en el barrio y por las redes sociales, volanteadas, testimonios en los medios. Clara Ayala representa y alienta a una familia que, tras este crimen, quedó destrozada. Las hermanas y un vecino fueron los que encontraron a Ferni sin vida, luego de forcejear la puerta del departamento, y ante la inoperancia policial que no concurrió al lugar luego de que la familia denunciara que no la encontraban por ningún lado ni respondía el celular.

Según relatos de los testigos, la noche anterior, después de salir del boliche Radio Estudio, ubicado en Constitución, Esteban Rojas junto a Ferni, sus hermanas y algunos amigos se dirigieron al boliche “La Sirenita”. Uno de ellos, que declaró en el juicio, le dijo a Ferni: “Vos sufriste mucho, espero que ahora estés bien”. Esto habría detonado un ataque de celos por parte de Rojas, quien primero discutió con ese hombre y luego con Ferni. Tanto sus amigos, como sus hermanas habían notado en las últimas salidas o en las visitas familiares que Ferni ya no tenía su alegría característica ni su cuidado personal. La manipulación que sufrió de Rojas fue algo que sostuvieron todos los testigos, entre los que se incluyen sus hermanas y su madre. Y también lo sostuvo la fiscalía: “Rojas Almada la controlaba permanentemente, monitoreaba su celular para ver hasta con quién hablaba”, remarcó la fiscal Castany.

En su declaración, Rojas sostuvo que ambos volvieron muy borrachos y discutiendo de La Sirenita. “Me rasguñó la cara y el cuello, me agarró el volante del auto y casi chocamos”. Cuando llegaron a la casa, dejaron de hablarse. Él fue al baño y cuando salió, Ferni había agarrado el arma que él escondía en su ropero y lo amenazó con matarlo, dice la versión de Rojas. Tras un forcejeo, una bala impactó en el pecho de Ferni. Rojas dice que, asustado por lo sucedido, lavó la sangre del cuerpo y fue hasta la casa de su madre para despedirse, porque pensaba suicidarse. También visitó otros familiares, incluso la tumba de su padre, que lo convencieron de no matarse y se fugó a Paraguay en Uber.

Esta versión no es creíble para la querella ni para la fiscalía. “En el primer mes que estuvieron de pareja, Ferni se tuvo que tapar un tatuaje que tenía con el nombre de su ex y el de su hijastro. También se pudo constatar que Rojas le prohibía sostener vínculos, que dejó la escuela secundaria -que estaba terminando- y que se aisló mucho de su familia”, dijo a Periódico VAS Tamara Rossi, abogada querellante de la causa e integrante de la Defensoría de Laburantes. Y agrega que: “Probamos de forma categórica y sin lugar a duda el contexto de violencia de género en el que se encontraba Ferni antes de ser asesinada”.

Durante el proceso, la familia de Ferni, además de sufrir la pérdida irreparable, fue hostigada por parte de la familia de Rojas y cómplices del prestamista. Clara Ayala, particularmente, fue atacada por Marino Rojas -hermano del imputado-, quien el año pasado la roció con alcohol e intentó prenderla fuego cuando estaba recorriendo el barrio pegando afiches con la cara del imputado y una recompensa para quien aportara datos sobre su paradero. En Paraguay, Esteban Rojas fue hallado por la Interpol gracias a algunos datos anónimos que recibió la familia de Ferni.

Las audiencias
El pedido de elevación a juicio fue solicitado por la querella, representada por la Defensoría de Laburantes. Esta asociación civil acompañó no sólo jurídicamente, sino humanamente a los familiares, realizando junto con otras organizaciones del barrio campañas de visibilización y concientización. Este trabajo interdisciplinario fue clave para llegar a esta instancia, como también lo fue el apoyo de los familiares de la víctima, en especial el de Clara, hermana de Ferni, quien con una fortaleza inquebrantable alienta y cuida a su familia en cada instancia del proceso. “A mi mamá le cuesta más escuchar todo esto, tenerlo a pocos metros diciendo que no le disparó, que no hizo nada. Yo personalmente estoy muy tranquila porque sé que vamos a lograr la justicia que merece mi hermana”, dice Clara.
“Gracias al apoyo de la gente, los vecinos y las organizaciones llegamos hasta acá, porque siento que si dejábamos todo solamente en manos de la justicia no íbamos a llegar a nada. Por eso es importante que nos sigan acompañando en el pedido de justicia”, dice Clara y agrega que, si no fuera por esta red de contención y la mediatización del caso, la familia de Rojas hubiera tomado represalias más graves contra ella y su familia.

En la Villa 21- 24 hay una larga lista de víctimas de femicidio, pero casi ninguna llegó a una instancia de juicio, y mucho menos con tanto apoyo vecinal y de organizaciones sociales.

Respecto a esto, Dagna Ahiba, vecina y referente de un comedor comunitario en la 21-24, quien se solidarizó con este caso, cuenta: “Es la primera vez que una familia del barrio llega tan lejos y por eso nosotros estamos acá acompañando. Las demás compañeras no llegaron a esta instancia, con una familia tan presente, con esta fuerza que tiene Clara. Para nosotros es un dolor terrible. No le tenemos miedo a los Rojas porque estamos acompañadas por las distintas organizaciones sociales. Estos narcos tienen que entender que no son los dueños de la vida de nosotras”.

El juicio empezó el miércoles 23 de octubre y es probable que se extienda hasta mediados de diciembre, cuando se espera conocer la sentencia definitiva para Esteban Rojas.

Los tiempos de la justicia no conocen el dolor de una familia y de un barrio entero que espera.

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