Festival Nunca Más: Un grito de resistencia

El próximo 24 de marzo, en un nuevo aniversario del golpe de Estado de 1976, se realizará el Festival Nunca Más. Como cada año, el metal nacional se manifestará en la Plaza de los Dos Congresos contra la represión pasada y presente.

Ante el difícil contexto económico, la organización del festival, gratuito y en espacio público, apeló a la solidaridad de los asistentes con la finalidad de garantizar la comodidad de músicxs y asistentes en el actual contexto de ajuste y precarización que atraviesa nuestra sociedad. Asimismo, la organización convoca a la comunidad a apoyar a los jubilados, repudiar la represión y exigir justicia para Pablo Grillo, el fotorreportero gravemente herido por la policía el 12 de marzo. Diego Abrego, uno de los organizadores del Festival, señala que la situación que enfrentan los jubilados y los sectores populares es el resultado de políticas que perpetúan la injusticia y la desigualdad. «El contexto actual nos encuentra participando activamente en la convocatoria de apoyo a los jubilados y en contra de las medidas de saqueo del gobierno de turno, uno más que no solo sostiene la dependencia del capital, sino que la agrava aún más», afirma con firmeza.

Desde sus orígenes, el rock metal argentino ha sido un vehículo de resistencia frente a la opresión. Surgido en las barriadas populares durante el declive de la última dictadura cívico-militar-eclesiástica, sus acordes se transformaron en la voz de los hijos de aquellos obreros desaparecidos, perseguidos o silenciados; esa tradición persiste. La innegable conexión entre música y lucha social convierte al rock metal argentino en refugio e identidad para los sectores más vulnerables, donde los jóvenes encuentran una cultura que, pese a la represión, continúa alzando su voz.

Las letras de bandas como V8, que retratan en ese gran himno «La mano maldita» la lucha de los oprimidos, resultan especialmente resonantes en estas fechas. «Pobres que claman por un mendrugo, ricos se convierten en sus verdugos», reza uno de sus clásicos, “La mano maldita”, un canto que refleja y denuncia la opresión sistémica. Esta tradición musical se ha convertido en una filosofía de vida para muchas generaciones, que rechazan todo tipo de poder que intente silenciar sus voces y su derecho a resistir.

Sin embargo, la organización del festival no se limita a la música. Es una invitación a la acción, a participar activamente en la construcción de una comunidad que se solidariza con las luchas presentes. Este año, el equipo organizador ha establecido un sistema de colaboración para asegurar la continuidad y calidad del evento. Entre quienes se sumen y ofrezcan una contribución mínima, se sortearán remeras del festival y de las bandas, entre otros regalos. Para ello, se ha habilitado una cuenta de Mercado Pago que permite hacer aportes a través del alias: festival.nuncamas.18.

El Festival Nunca Más se convierte así en una plataforma que une el pasado con el presente, recordando a aquellos que lucharon y sufrieron en una época oscura, al tiempo que aboga por un futuro más justo. La música, como herramienta de resistencia, se transforma en un llamado a la acción en tiempos difíciles y en un recordatorio de que la memoria es un deber que nos compete a todos.

Este 24 de marzo, al son del rock metal nativo, se levantará un canto colectivo que no sólo recordará el pasado, sino que también exigirá justicia y dignidad para todos los que hoy luchan por esos derechos. La Plaza de los Dos Congresos será, una vez más, un espacio donde la historia y la lucha contemporánea se entrelazan, reafirmando que la resistencia jamás será en vano.

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