Indice de violencia Machista
En el Día Internacional de la No Violencia Contra las Mujeres, un panel de especialistas presentó en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, el primer Índice de Violencia Machista, impulsado por el colectivo Ni Una Menos para analizar todas las formas de maltrato contra la mujer.
«Para actuar hay que saber. Este índice de violencia machista es una primera producción de datos que el Estado argentino no produce, y esto es grave, porque es muy difícil adoptar políticas públicas si no hay información en la que basarse», advirtió durante la presentación Mónica Pinto, decana de la Facultad.
Pinto detallo que «El índice midió 15 dimensiones diferentes de violencia, y el 97 por ciento (de las casi 60.000 encuestadas) respondió haber experimentado alguna vez alguna de ellas».
«Sabemos que la violencia contra la mujer explicita las desiguales relaciones de poder que históricamente existen entre los hombres y las mujeres, también sabemos que las relaciones patriarcales han ayudado a naturalizarla, pero sobre todo sabemos que esta violencia no es genética, que es cultural, y que como un comportamiento aprendido, se puede modificar», afirmó.
La decana también recordó que «la violencia física, sexual y psicológica contra la mujer está condenada por normas internacionales» que en Argentina tienen «rango constitucional», y que el Estado tiene «deberes importantes» como «ayudar con una política de prevención y quebrar una garantía de impunidad que está socialmente instalada».
Sin embargo, apuntó que «esa modificación requiere también la acción de actores privados», y principalmente «del colectivo de mujeres. Estemos atentas y vigilantes», pidió.
Diana Maffía, filósofa y directora del Observatorio de Género en la Justicia, dijo por su parte, que «al hablar de violencia machista, el índice hace visible que las víctimas son mujeres y que son vulnerables en un sistema desigual de género».
«Tenemos que deshacer el espejismo que separa lo público de lo privado; la casa es el lugar donde usualmente somos maltratadas, violentadas y asesinadas», dijo Maffía, y agregó que «no es una cuestión interpersonal, es política, y tiene que ver con un sistema de poder».
La especialista citó algunas de las preguntas incluidas en el cuestionario: «¿Alguna vez un desconocido te tocó o apoyó alguna parte de su cuerpo sin tu consentimiento en el transporte público?», e inmediatamente prácticamente todas las mujeres que la escuchaban en el Aula Magna de la facultad de Derecho levantaron la mano.
Otra pregunta fue: ¿Alguna vez te descalificaron en público o en privado por una acción u opinión diciendo: ¿Qué se puede esperar si es mujer? Y nuevamente alzaron la mano casi la totalidad de las asistentes.
Por otra parte, Maffía dijo «el 99 por ciento (de las mujeres encuestadas) respondió haber sufrido violencia en las relaciones de pareja, pero sólo el 5 por ciento las denunció», lo que consideró que está vinculado con el escaso conocimiento de los recursos que ofrece del Estado para recibir denuncias y «las hostilidades que encuentran» las mujeres cuando deciden recurrir a la Justicia.
«¿Qué necesitamos las mujeres para acceder a la Justicia? Primero, percibir una circunstancia como violatoria de derechos, y este informe hace visibles las circunstancias que son violaciones del derecho a una vida libre de violencia», concluyó.