La Ciudad pierde cada vez más bares emblemáticos
Unos 50 bares notables continúan siendo testimonio de la historia cultural porteña, mientras la ciudad va cambiando su fisonomía tradicional y pierde confiterías emblemáticas como la Richmond, en medio de intentos por su preservación.
Uno de esos intentos es la medida que impuso la justicia de no modificar ni alterar la estructura y el frente del inmueble de la Richmond.
En esta misma línea de cambios, búsquedas e incertidumbres, se encuentra la confitería El Molino que permanece cerrada hace 14 años pero persisten iniciativas por recuperarla, o las galerías Harrod`s, de cuyo destino aún no hay certezas.
En tanto quedaron definitivamente en el pasado el bar El Chino en Pompeya, el Café El Foro de Uruguay y Corrientes, el bar El Parque en La Rioja y Caseros, en Parque Patricios, y tantos más…
«Los cafés hay que defenderlos», asegura Liliana Barela, directora general de Patrimonio Cultural e Instituto Histórico, del Ministerio de Cultura porteño, y agrega «no hay como nuestros cafés por el uso que le damos, que incluso hasta vamos solos» a leer, pensar o mirar la calle.
Barela piensa que «cuando algo es ícono o referencia en un barrio, hay que atenderlo, cuidarlo, porque algo nos está diciendo, pero también hay que poder superar lo nostalgioso y entender que la memoria se activa y desactiva y que los tiempos van cambiando».
Con respecto a la Richmond, que cerró sus puertas como confitería ya que el inmueble fue vendido a una empresa de indumentaria deportiva, La directora de Patrimonio Histórico hizo notar que desde la Comisión de Protección y Promoción de Bares Notables, están siguiendo la situación de lo que está pasando, pero “sabemos que cualquier ley cuya reglamentación es posterior a la operación de venta no tiene valor».
Sobre la venta del local de la Richmond, Barela, usó el mismo argumento que cuando, hace dos años atrás, se le solicitó interviniera ante el cierre del Bar El Foro: «nosotros no supimos de antemano de esta venta, no nos avisaron, si nos hubiesen avisado podríamos haber buscado una alternativa».
Sin embargo, ante el anuncio de la venta, la Legislatura porteña buscó en auxilio de la Richmond, declarándola sitio histórico. Pero, si bien esta declaración evita transformaciones edilicias, no impide que cambie de rubro y se pierda como café.
Con respecto a la Ley 35, que creó en 1998 la Comisión de Protección y Promoción de los Cafés, Bares, Billares y Confiterías Notables de la Ciudad de Buenos Aires, Barela precisó que «no es restrictiva ni al dominio ni al uso, es una ley que no pudo impedir que muchos bares fueron reemplazados».
La funcionaria destacó la necesidad de «buscar una suerte de reglamentación especial para la habilitación de los bares notables», y añadió además que «las leyes a veces no alcanzan porque las realidades son muy complejas y no son homogéneas».
La ley dice que la comisión deberá promover los bares notables, consensuar y proponer «proyectos de conservación, rehabilitación o cuando correspondan restauración edilicia y mobiliaria», y plantea impulsar en estos bares actividades artísticas y conservar los «diseños y materiales en lo edilicio y mobiliario».
Barela recordó el caso de la confitería Las Violetas, en Rivadavia y Medrano, donde «el comprador se entusiasmó y después se ocupó del Café de los Angelitos, en Rivadavia y Rincón, y ahora el bar recuperó su valor simbólico». Con respecto a la confitería El Molino en la esquina de Callao y Rivadavia «falta la reglamentación de la ley que estipula la expropiación, el tema es si el Senado paga a los dueños, porque la idea es mantener abajo la confitería y construir arriba oficinas del mismo Senado», dijo.
Ver nota: Zoom Histórico Café el Foro