Las familias «Bien»
por Norberto Alayón
Trabajador Social – Profesor Consulto de la UBA
El radical Gerardo Morales, gobernador de Jujuy, adjudicó al fiscal federal Carlos Stornelli el eventual interés de adoptar a la bebé (finalmente fallecida) de la niña de 12 años que había sido violada y forzada a ser madre por medio de una cesárea.
Inicialmente, Morales expresó que una “familia importante” estaba interesada en la adopción de la bebé y posteriormente aclaró que “no hablaba de plata” sino que se trataba de “una persona que tiene una familia constituida, consolidada”.
Más tarde confirmó que esa persona era Stornelli (quien no vive en Jujuy), el cual no estaba inscripto en el Registro de Aspirantes con Fines Adoptivos, previsto en las normativas provinciales.
Por su parte, Stornelli es el fiscal en la “causa de las fotocopias”, impulsada por el diario conservador “La Nación”, quien declaró públicamente que “si Cristina Kirchner no tuviese fueros iría presa” y vaticinó que “ahora le corresponde al Congreso decidir” si le quita los fueros a la ex presidenta, hoy senadora nacional.
Desconocemos y no resulta pertinente auscultar cuál es la condición de la familia del fiscal Stornelli. Pero, ¿qué será “una familia constituida, consolidada” tal como la caracteriza Morales, el íntimo amigo del presidente Macri? Pareciera referirse a una situación virtuosa por la que atravesaría dicha familia. ¿Tal vez habrá querido decir “una familia bien constituida y consolidada”? ¿Hay familias bien constituidas y familias mal constituidas?
Nos parece encontrar similitud con aquella expresión de la vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti, quien en el 2016 en Tucumán manifestó que “la droga mata a los pobres como a la gente normal”. ¿Habrá entonces pobres y gente normal? ¿Hay personas importantes y personas no importantes?
Por ejemplo, ¿la familia del dictador genocida Jorge Rafael Videla era o es “una familia constituida y consolidada”? ¿Y la del millonario Carlos Pedro Blaquier, dueño del ingenio Ledesma de Jujuy, involucrado en la “Noche del Apagón” durante la dictadura cívico-militar de 1976? Y la familia de la diva oficialista Mirtha Legrand?
Para el gobernador Morales ¿cómo será la familia de Milagro Sala? Sin mucho margen de error, descontamos cuál sería la respuesta de la barbarie moralista.
Las familias de los sectores humildes, de los sectores populares son excluidas de derechos y del necesario bienestar (empleo, salud, educación, vivienda, servicios), se las pauperiza y degrada y finalmente, con frecuencia, cerrando el círculo de discriminación y odio de clase, se les indilga y acusa de que no tienen una “familia constituida y consolidada”. Y, acaso por eso mismo, a sus mujeres se les niega el acceso a la ILE, después de haber sido violadas.
De ahí que resulta necesario combatir la vigencia y reproducción de ese sentido común degradado que representan las expresiones clasistas y discriminatorias como las de estos personajes “importantes” como Gerardo Morales y Gabriela Michetti.