Las mujeres fundamentales
por Agustina Paz Frontera
“Estar con una mujer es fundamental”. Ese fue el argumento central del legislador por Santa Cruz Rubén Contreras (FpV). Era el año 2013. El meollo, evitar que se prohibieran los prostíbulos en la provincia. Y luego continuó: que por supuesto la libertad es lo primero, que no tolera la trata de “mujeres engañadas del norte” pero que pensemos si la prohibición de las whiskerías -espacios para reunirse circunstancialmente con una mujer- no devendría en más violaciones de mujeres y niñas. Merecemos pensar los argumentos de Contreras, minados de arbitrariedades: ¿cuándo algo se torna “fundamental”? ¿Qué atributos son otorgados a las mujeres para que podamos ser coronadas como fundamentales? ¿Por qué al legislador no se le ocurrió que “lo fundamental”, más que el placer del varón, es que la mujer tenga trabajo? ¿Cuál es la historia del vínculo entre trabajadores golondrina y negocios de consumo sexual? ¿Adónde quedan paradas cientos de mujeres que son esclavizadas por las redes de trata? Las mujeres prostitutas, ¿son libres?
Entre la trata y el trabajo sexual
La distinción entre mujeres tratadas con fines de explotación sexual y trabajadoras sexuales encierra apasionados y apasionadamente gélidos debates. La sola formulación de esta distinción causa problemas, hay quienes creen que considerar “trabajo” a la actividad del sexo comercial es desconocer la violación a los derechos humanos que esa actividad de por sí implica. Pero también están las trabajadoras sexuales que piden regulación. Ellas “caen en la volteada” cuando el Estado lleva adelante allanamientos sujetos a la Ley de Trata para desmantelar organizaciones delictivas (o atrapar pequeños delincuentes). De este modo, también se minan los recursos de mujeres que han decidido juntarse, organizarse y trabajar de prostitutas (nadie las prostituye, ellas lo deciden).
Diez años sin Florencia
Florencia Pennacchi cumplirá 10 años de desaparecida en marzo de 2015. Se fue o la fueron un miércoles de sol. Tenía 24 años, hoy tiene o tendría 33. Florencia fue desaparecida o desapareció para ser prostituida. Un sueño recurrente: Florencia aparece entre la gente en un colectivo o en un recital. La veo. Se me sale el corazón. Grito, corro a buscarla, ella se esconde, la gente no me deja pasar, toca el timbre, el colectivo frena cerca de Chacarita. O el clamor de la gente estalla, tiran luces y humos. Se me escapa. Veo la colita alta de Florencia perderse, otra vez, para siempre.
Atrapadas sin salida
Según un spot oficial de 2008, el Estado nacional rescató 6604 víctimas de trata laboral y sexual. En tanto, un informe de 2012 señala que sólo el 14 % de las mujeres y niñas rescatadas de la trata con fines sexuales es menor de edad; mientras que con fines laborales, el porcentaje se triplica.
Contrario al sentido común y mediático, la presencia de víctimas argentinas es significativamente mayor a la de extranjeras. En general no se encuentran víctimas mayores de 28-30 años. El reclutamiento se produce en todo el país y los centros de explotación también los encontramos en cualquier punto del mapa.
Las mujeres y nenas que son esclavizadas por las redes de trata son personas. No son súper heroínas ni campeonas morales. En ellas todo es duda, más que en cualquiera: “¿cómo no se escapan?”, nos preguntamos. Las principales estratagemas para mantenerlas cautivas son endeudamiento, retención de documentos o pertenencias, amenazas y violencia. ¿Cómo no nos escapamos de una relación violenta, un trabajo tortuoso, una familia que nos desvalida, una enfermedad psiquiátrica? No es fácil escapar de casi nada.
Tanto por nada
Según Mercedes Assorati, directora del programa Esclavitud Cero, un millón de personas restan ser liberadas. De esta cifra, el 60% corresponde a la trata laboral y el 40%, a la trata sexual.
Florencia es una de esas personas. Dos o tres años después de haber desaparecido, un grupo de amigas pensó en la trata. Hace 10 años este delito no estaba en la agenda mediática; no existía la prohibición de publicar avisos de oferta sexual en diarios, ni la Ley Nº 26.364 “Contra la trata” (sancionada en 2008, nunca reglamentada). Apenas se sentía nombrar a Marita Verón. Tejiendo hipótesis generadas por la bronca y el desconcierto, empezamos a convencernos de que Florencia no se fue porque quiso: la policía, su dealer, la gente de un boliche de Palermo se complotaron para secuestrarla y hacerla girar de un lugar a otro, violada y drogada, haciendo de su vida una indignidad. ¿Será que ahora Florencia quiere esa vida? ¿Por qué no vuelve?
El color de su pelo
El 21 de septiembre es su cumpleaños. Cumple o cumpliría 34 años. Ya no preguntamos más qué estaría haciendo hoy Florencia, si se habría recibido de Economista, si estaría enamorada de Kicillof (seguro). O sí, preguntamos: ¿tendría hijos? (¿los tiene y no nos puede contar?), ¿tendría el pelo ya demasiado castigado por décadas de planchita? (pienso en su pelo y veo un cliché: Flor ahora se llama con un alias de mujer-objeto -¿”Lulú”?, ¿“Mimí”?- y tiene el pelo teñido de rubio platinado, un tono más claro que ese desastre que se hizo a los 16). Dos días después, el 23 de septiembre, se conmemora el Día Internacional contra la Trata y la explotación sexual. Qué suerte que no es destino y no cae justo el 21, en su cumpleaños. Se eligió ese día en reconocimiento a la primera norma del continente contra la explotación sexual, la Ley 9.143, sancionada en el año 1913 por impulso del diputado socialista Alfredo Palacios. Esa norma tipificaba el proxenetismo, no el ejercicio de la prostitución.
Proveedoras de sexo
Assorati cuenta que en 2013 se denunciaron 717 prostíbulos que siguieron funcionando en la ciudad de Buenos Aires. Se calcula que la Policía Federal recibe una caja de 4 millones de pesos mensuales en concepto de coima por esos prostíbulos, sitios de mujeres violadas, tratadas, que -desesperadas por su economía- se ven obligadas a prostituirse. Todas diferentes pero todas iguales: explotadas. Tan explotadas como lo son las empleadas domésticas, las depiladoras, las oficinistas. ¿Acaso la explotación sexual es más ofensiva y degradante que limpiar baños ajenos? Si decimos que sí, estamos abonando secretamente a una teoría esencialista de la prostitución: “la prostitución es mala en sí misma porque la sexualidad es la condición fundamental de la mujer”. ¿Hay una condición fundamental de la mujer? ¿Puede una mujer trabajar de proveedora de sexo así como trabaja de proveedora de empanadas? Hay mujeres que dicen que sí, las más interesadas, que se organizan para tener mejores condiciones laborales y no ser más explotadas que una panadera, sólo lo suficiente como para pertenecer a este sistema económico.
Ninguna mujer nace para puta
“Después escuchamos que Argentina lucha contra la trata de personas, pues dejen entonces de ir de putas”, dice Sonia Sánchez, en una charla TEDx. Ella, una ex-prostituta abolicionista, considera que cualquier mujer en situación de prostitución está contra su voluntad. Que una mujer prostituida se vuelve una mercancía, se vulnera su condición humana. “Ninguna mujer nace para puta”.
Un alfabeto interminable
La determinación del Estado es paradojal, por no decir contradictoria y autoinmune:
a) Los prostíbulos (y todos sus eufemismos) están prohibidos en todo el territorio nacional hace casi un siglo.
b) Está prohibido el proxenetismo (lucrar con la explotación sexual de un tercero) pero no la prostitución (intercambiar sexo por dinero). Aun así se mantienen edictos que sancionan la prostitución en la vía pública y la oferta en medios de comunicación.
c) El Estado permite la organización de mujeres AMMAR (Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina) nucleada en la CTA.
d) En 2004, la líder de AMMAR fue asesinada en Rosario presuntamente por Fuerzas de seguridad del Estado.
e) El Estado permite que las Trabajadoras Sexuales se organicen pero no regulariza el Trabajo Sexual, un vacío legal peligroso y precarizador.
f) El Estado escribe, aprueba y publica la Ley 26364 que penaliza a tratantes, la ley nunca se reglamenta, a la fecha hay un solo policía condenado por este delito.
Podemos listar aún más datos hasta completar un alfabeto monstruoso. La prostitución está íntimamente ligada al desarrollo del Estado. Un país en desarrollo requiere de mujeres fundamentales. Lo sabemos hoy (vean las zonas recientemente colonizadas por las empresas hidrocarburíferas, los emprendimientos sojeros o mineros, vean que antes de hacer un hospital llegan las casitas repletas de mujeres dispuestas -o puestas a disposición-). “Es muy difícil obtener cohesión en un país en que la población se parece mucho a pájaros asentados después de desbandarse”, dice Ezequiel Martínez Estrada en 1933 en su Radiografía de la Pampa, pocos años después que en Plaza Huincul (provincia de Neuquén) el Ingeniero Enrique Mosconi aceptara la instalación de una Casa de Tolerancia dependiente de la misma YPF, donde trabajaron chicas traídas de la calle Corrientes, registradas en la misma oficina de Recursos Humanos que los trabajadores del petróleo. La dependencia prostibularia del Estado existió hasta la década del 60. Había que llevar a esas mujeres fundamentales para que los varones trabajadores desarrollaran la pujanza de la zona.
Una nota aparte requiere la cesión de tierras que el entonces flamante intendente de Río Gallegos Néstor Kirchner hiciera en 1989 a “empresarios de la noche”, hecho que dio comienzo al famoso barrio “Las casitas”, donde es obligatorio caer si estás buscando a una chica aparentemente encerrada en las redes de trata.
Entre la voluntad y la fantasía
Ser prostituta no es lo mismo que ser tratada. Podemos decir que la voluntad es una fantasía (la voluntad fantasea), que ninguna voluntad sana, libre, decidiría atentar contra su propia integridad. Es decir que ninguna mujer libre de condicionamientos extraños podría decidir por sí misma ser puta. Si pensamos así tanto la tratada como la que cree haber elegido el oficio a voluntad serían víctimas, sujetos pasivos de un delito. La tratada puede tener momentos de lucidez, no está atada las 24 hs, a veces va al kiosco. Hace un llamado. Avisa. Claro, quizás está en otra provincia, devastada anímicamente, comandada por su química: drogada, vuelta drogona. Acá también lo que se explicita como voluntad es una fantasía. Ella dice que no quiere volver, ¿de qué está hecho ese querer?
Las unas y las otras
“Por una búsqueda real de las víctimas de trata”, dice un cartel hecho a mano sobre una hoja Rivadavia, que tiene la forma de una bombacha. Y luego un sticker, “Derechos laborales para las trabajadoras sexuales”. Es una foto de AMMAR Córdoba en las redes sociales.
Sobre la base de la prostitución crece la trata. No son lo mismo, pero… ¡se parecen tanto! ¿Qué las diferencia? “La trata siempre existió en Argentina, lo que pasa es que estaba más relacionada con redes locales que con lo que sucede ahora”, apunta Fabiana Túñez, coordinadora ejecutiva de la asociación civil La Casa del Encuentro, de Buenos Aires. Mientras la prostitución pareciera tener un carácter más local o individual, la trata constituye una mafia, un crimen organizado. “Lo que hizo el crimen organizado no fue venir a la Argentina y encarar una guerra para quedarse con todos los prostíbulos, muy por el contrario, lo que hace es negociar las mujeres en el sistema prostibulario existente” (1), explica Assorati. Trata y prostitución coinciden, empalman, copulan.
Potenciar la búsqueda
Darle a la mujer la posibilidad de quebrar la explotación, de minimizarla. Una prostituta puede vivir dignamente. ¿Puede? Una chica tratada elige devenir prostituta, ¿puede elegir? ¿Una mujer de 34 años, después de 10 años de desaparecida, puede seguir siendo tratada, esclavizada? ¿O luego de un tiempo, su voluntad se acomoda y resignada decide quedarse? ¿Es todo esto ficción? ¿Cuánto falta para que se intensifique y optimice la búsqueda de mujeres ‘desaparecidas’ para ser explotadas sexualmente? ¿Cuánto falta para que distingamos las víctimas de trata de las prostitutas? ¿Es posible separar la sexualidad del disfrute? ¿Se castiga a las prostitutas por elegir el goce pago? ¿Gozan? ¿Por qué es más digno dedicarse a quitar los pelos encarnados de la vulva de una mujer extraña, que tener sexo con desconocidos?
Desaparecida en democracia
Florencia cumple 34 años y está desaparecida en democracia. La ley no se regula. Las damnificadas de la “lucha del Estado contra la Trata” más que los proxenetas, los operadores judiciales corruptos o los policías involucrados hasta el tuétano, son las prostitutas. Faltan muchas chicas que no eligieron ganar dinero con sexo. Y a las que sí lo eligieron las victimizamos al poner en cuestión su voluntad. Al final, todas perdemos. Perdemos amigas y ganamos víctimas.
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1. “El negocio de la trata en la Ruta del petróleo”, en Observatorio petrolero Sur, 21-04-2010.
URL http://opsur.wordpress.com/2010/04/21/el-negocio-de-la-trata-en-la-ruta-del-petroleo/
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