Mercado Libre: la empresa estatista que no quiere libre mercado

Parte II

por Julián Zícari*

Un gigante pequeño
Sabemos que Mercado Libre es la empresa que hoy tiene mayor valor de mercado en la Argentina y que es un gigante que no para de crecer. Está instalada en 18 países de América Latina, controla parte del sistema financiero, parte del inmobiliario, del automotor, de los pagos, ventas, cobros de impuestos, comercialización y varios ítems más. Existe una larga lista de puntos donde la empresa ha prosperado. Y puede maravillar, asociándola a cuestiones ligadas a la tecnología, la innovación y el futuro.
Pero aunque ciertos valores y aciertos puedan encandilar, debemos poner el rol de la empresa en perspectiva y tratar de explicar cómo ha sido su camino de ascenso. Porque ha estado plagado de favores estatales, falta de competencia, posiciones de abuso e imitaciones sin valor agregado de lo que sucede en otras partes del mundo.
Empecemos diciendo lo obvio: Mercado Libre se fundó en 1999 en Argentina como una copia de plataformas y compañías ya existentes en el Exterior desde hacía años, como e-Bay o Amazon de Estados Unidos, de las cuales tomó parte del modelo de negocio, y lo complementó con lo que hizo Alibaba de China, integrándolo a un sistema de distribución y una plataforma propia para el pago de servicios financieros.
Con este primer acercamiento podemos ver que no hubo innovación, desarrollo, ni mucho menos originalidad, sino réplicas locales de lo que ocurrió en otras partes del mundo. Incluso, la empresa se lanzó al mismo momento que otra plataforma, también argentina, llamada DeRemate.com. Mercado Libre ha pasado los últimos 25 años comprando otras plataformas de logística, control de mercados específicos, distribución y financieras; ya sea para eliminar competidores como para adquirir las innovaciones de otros.
Con todo, más allá de las copias y adquisiciones, la empresa está muy lejos de poder compararse a los grandes jugadores globales que imita: en 2023 sus ventas fueron tan solo el 11,4% de las de Alibaba y, con mayor la distancia aún, el 2,5% de Amazon. Mercado Libre puede ser muy fuerte en la Argentina y en América Latina, pero no lo es a nivel mundial, donde sigue siendo un actor menor y de cabotaje. Su rol subordinado a los verdaderos gigantes es notable, hasta para hacer correr su propia plataforma necesita contratar el servicio de alojamiento virtual de sus competidores, como el de Amazon Web.
Pero además de la dependencia tecnológica, de ideas y de servicios con respecto a otras empresas, se deben considerar para evaluar su mérito real los grandes favores que ha recibido por parte del Estado.

Favores del Estado
El crecimiento de Mercado Libre fue acompañado por el Estado argentino cuando en 2004, bajo la presidencia de Néstor Kirchner y por un período que duraría quince años, se sancionó la ley de promoción de software, la cual le dio muchas facilidades de todo tipo, entre ellas las fiscales e impositivas. Y en 2019, cuando se agotó esta ley, se aprobó otra, la ley de aliento al conocimiento -con vigencia hasta 2029-, lo que le permitió continuar con sus beneficios.
Y en diciembre del 2020, bajo el decreto 1034 del Ministerio de Desarrollo Productivo, conducido por Matías Kulfas, se eliminaron totalmente las retenciones para las exportaciones de productos y servicios del sector, ¡dándole todavía más beneficios! Vale recordar que ese mismo año irrumpió la pandemia del Covid. Y Mercado Libre, gracias a realizar el comercio vía internet, creció a una velocidad mayor, con tasas de expansión entre el 60 y 80% anual. Es decir, que mientras caían los ingresos de la gente, se profundizaban las desigualdades, aumentaba la pobreza, y la propia empresa Mercado Libre no paraba de crecer, aun así, el Estado volvió a ayudarla y premiarla: el fisco perdía recursos, disminuía la asistencia social, y la empresa continuaba enriqueciéndose a toda velocidad.
Las ayudas del Estado se convirtieron con el tiempo en favores políticos. Un período llamativo al respecto fue durante la presidencia de Mauricio Macri. Mercado Libre solicitó un préstamo multimillonario a tasa subsidiada al Banco Nación, que era imposible de otorgar porque superaba en 800 veces el monto máximo permitido según la carta orgánica del Banco estatal. Pero, las relaciones de amistad con el presidente Macri hicieron que éste interviniera para que el Banco aprobara de todos modos el crédito con una tasa preferencial. Vemos entonces, que no se valoran tanto las reglas ni la famosa meritocracia sino más bien el favor estatal y la conveniencia política.
También fue Macri, casi al terminar su presidencia, quien volvería a ayudar a Mercado Libre respecto a la cuestión sindical. Aquí, Marcos Galperín, cofundador y director de la empresa, temía que sus empleados se sindicalizaran y entraran bajo el convenio del poderoso gremio de los Camioneros -a cargo del histórico clan Moyano-, o bien en otro poderoso gremio como el de los Bancarios. En ambos casos, los trabajadores de Mercado Libre tendrían altos salarios, excelentes paritarias, sindicatos fuertes que los protegieran y una larga serie de beneficios. No obstante, gracias al favor macrista, la empresa logró que sus empleados del sector logística adhirieran a un sindicato amarillista, débil y pro-empresario como el de Carga y Descarga, y que se aplicase el convenio de precarización laboral más abusivo de todos. La flexibilización laboral fue llevada al extremo: la jornada laboral puede subir por encima de las 8 horas habituales, se fraccionan las vacaciones y los descansos de los fines de semana, se crea un banco de horas, desaparecen las jerarquías laborales (y salariales), se impone la polifuncionalidad de los operarios, se facilitan las suspensiones y se obstaculiza al máximo las huelgas y la representación sindical. En una palabra, se aplica el neoliberalismo en estado puro.
Lo curioso es que la corporación Mercado Libre se proclama anti-estatista cuando, además de haber mostrado una notoria dependencia de las ayudas públicas y de los favores políticos, se nutre y funciona con personal formado por el Estado.
Por ejemplo: en 2017 compró la empresa Machinalis, surgida de la Universidad Pública de Córdoba, más específicamente desde su facultad de Ciencias Exactas. Esta compañía era la más importante y premiada de América Latina en su rubro. Se dedicaba a crear algoritmos de Inteligencia Artificial, y Mercado Libre contrataba sus servicios desde 2014.
Según LinkedIn, de los casi 13 mil empleados que dicen trabajar en Mercado Libre, el 59% se formó en una Universidad Pública. ¿A qué viene entonces la crítica al Estado?
Ya desde abril de este año, la corporación Mercado Libre fue habilitada para ser utilizada como intermediaria en el pago de la Asignación Universal por Hijo -el plan social más importante del país-, que le permitirá alcanzar un volumen de negocio multimillonario. A su vez, gracias a la “flexible” legislación financiera argentina, Mercado Pago -filial de ML- no está controlada por el Banco Central ni ha sido hasta ahora obligada a convertirse en un banco comercial, como está ocurriendo en México.
Aquí, en nuestro país, ML se expande y está a la espera de que se apruebe la ley de Bases propuesta por Javier Milei, que no sólo le permitiría precarizar aún más las condiciones de sus empleados, sino ampliar sus ganancias gracias al nuevo marco normativo del Estado.

El conflicto con los bancos
Al comenzar mayo de 2024 estalló un nuevo conflicto con Mercado Libre. En este caso, con respecto a sus principales competidores dentro del negocio financiero, que son los bancos. Vale recordar que el grueso de los bancos del país en 2020 se unió para lanzar la billetera virtual MODO, buscando recuperar algo del mercado de pagos y usos financieros que Mercado Pago había consolidado. Y esto comenzó a generar fricciones cada vez más grandes.
Actualmente, la disputa tiene dos ejes. El primero es el reclamo que le hacen los bancos a Mercado Pago para que abra y habilite la interoperabilidad en el uso de los códigos QR, ya que dicha billetera es la más difundida por todo el país, pero no permite que en esos códigos otras empresas puedan realizar sus operaciones. La obligación de que cualquier negocio pueda tener un solo QR sobre el que puedan operar todas las billeteras es algo que se venía sucesivamente exigiendo y regulando hacía tiempo. El Banco Central había dejado de prorrogar el tiempo para que esto ocurriera, dando como fecha máxima fin de abril de este año. Pero la interoperabilidad todavía no sucedió. Y Mercado Pago sigue acaparando el mercado sin abrirse a competir.
El segundo eje del conflicto tiene que ver con la posibilidad de pagar las compras que se realizan en Mercado Libre con distintos medios. Mercado Libre es el principal sitio de compras por internet del país y determina que cualquier transacción debe realizarse obligatoriamente a través de Mercado Pago. Entonces, todo usuario del sitio de compras debe ser también usuario de esa billetera virtual, la cual a su vez fija sin competencia sus propias comisiones. Aquí la disputa radica en que los bancos quieren que se abra el juego y que las compras se puedan realizar a través de otros medios de pago, permitiendo el uso de billeteras como MODO.
Los bancos cansados de la falta de cumplimiento de las normas, el control de mercado y hasta el abuso de posición dominante que realiza tanto Mercado Libre como Mercado Pago, han presentado una denuncia formal en la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia. Como vemos, Mercado Libre, además de ser fuertemente estatista y depender de los favores y prebendas del erario público, es una empresa que no tiene nada de libre y que detesta la competencia.

* Autor del libro República Mercado Libre. La empresa más grande de la Argentina y los riesgos de la economía de plataformas.

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