Movete por la ley de Danza
por Rocio Bao
Capacitación contínua. Dificultades económicas. Falta de obra social, de sindicato, de régimen jubilatorio, de ART. Y, sobre todo, la ausencia de una ley que regule, estimule y fomente la actividad, conforman el día a día de los trabajadores de la danza en nuestro país.
Desde el 2008, el Movimiento por la Ley Nacional de Danza, nucleado en un colectivo federal, viene dando batalla para lograr la sanción de la Ley Nacional de Danza. La normativa propicia la creación del Instituto Federal de Danza, organismo que tendrá a su cargo diseñar y llevar adelante políticas públicas destinadas al fomento y desarrollo de la danza en todo el país.
También bregan por la creación de una entidad sindical que garantice los derechos de estos trabajadores.
#MovetePorLaLeyNacionalDeDanza es el lema que disparó una masiva convocatoria frente al Congreso nacional con el objetivo de visibilizar la necesidad de la implementación de una política de Estado para el sector. Se concretó el 27 de abril. Clases abiertas, intervenciones en el espacio público, presentaciones de compañías oficiales y grupos independientes de diferentes partes del país se hicieron presentes para exigir el tratamiento del proyecto de la Ley Nacional de Danza.
Sobre este evento, Oriana Racciatti, coordinadora del Movimiento por la Danza en el partido bonaerense de Malvinas Argentinas, dijo a Periódico VAS: “La movida significó un despertar de este campo cultural donde quedó expuesta la necesidad de profesionalización de nuestra disciplina. La danza requiere una ley marco como la que tienen el teatro, el cine y los músicos. No se puede pensar en un en el desarrollo y la profesionalización de esta actividad si seguimos atados a los designios del gobierno de turno”.
No es la primera vez que se busca integrar a la gestión estatal esta ley. El proyecto fue presentado el 29 de abril de 2014, fecha en que se conmemora el Día Internacional de la Danza. “Fue la primera vez que la gente de la danza se movilizó políticamente, realmente un hito”, recuerda la bailarina María Noel Sbodio, una ferviente impulsora de la normativa. Luego, ante la falta de tratamiento por parte del cuerpo legislativo, el proyecto perdió estado parlamentario. El año pasado el volvió a ingresar al Congreso. Se espera que en el presente periodo legislativo la Ley Nacional de Danza tenga el tratamiento que merece una iniciativa popular.
La coreógrafa, docente y bailarina, Eugenia Schvartzman, considera que esta ley beneficiará a toda la comunidad de la danza. “En Argentina no existe ninguna política pública para el sector, la conformación del Instituto Federal de Danza garantizará el desarrollo de esta actividad en todas sus expresiones a lo largo de todo el país”, dice.
El proyecto de ley brega por una política integral para la danza y por el reconocimiento jurídico del estatus de trabajador de esta disciplina. En este sentido, María Noel Sbodio, señala: “Vale aclarar que se trata de una ley de fomento y no de una ley laboral. Se pretende la generación de políticas de desarrollo, promoción, circulación y difusión de la danza. Como así también, la creación de un archivo nacional que comprenda todas las disciplinas que hacen a la danza, como también a los distintos géneros que abarca”.
Para sortear la inequidades en materia laboral, el Movimiento por la Ley Nacional de Danza, apela a la gestación de un sindicato de trabajadores que contemple la especificidad del trabajo del bailarín.
“La idea es generar un sindicato nacional con delegaciones en cada provincia y, por otro lado, la ley de danza tiene un matiz federal porque la idea no es que se centralice todo en Buenos Aires, sino, por el contrario, el objetivo es descentralizar”, señala Sbodio.
Vale aclarar que la creación del sindicato, no depende de la sanción de la Ley Nacional de Danza, sino que surge de la necesidad de proteger y validar los derechos de este colectivo de trabajo.
“Para ello -sostiene Sbodio-, es necesaria la participación activa de los profesionales de la danza. Me refiero a intérpretes, coreógrafos, bailarines y maestros. Los trabajadores son los que tienen que empezar a reunirse. Necesitamos el compromiso de todos, porque todo está por construirse”.