Mujer, afro, y embajadora en el Vaticano
La afroargentina María Fernanda Silva, descendiente de inmigrantes de Cabo Verde será la primera mujer en ocupar el cargo de embajadora de la República Argentina en el Vaticano.
por Melina Schweizer
El 5 de marzo, la licenciada María Fernanda Silva fue designada oficialmente Embajadora Extraordinaria y Plenipotenciaria de la República Argentina ante el Vaticano. La decisión fue tomada por el presidente Alberto Fernández antes de partir rumbo a Roma, para reunirse con el Sumo Pontífice en febrero pasado.
Licenciada en Ciencias Políticas, diplomática de carrera con especialización en Relaciones Internacionales, María Fernanda Silva integra el servicio permanente activo de Cancillería desde 1993, y cuenta con una extensa trayectoria como diplomática. Se desempeñó en la Embajada Argentina en Santiago de Chile, representó al país ante la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y fue Consejera del Canciller Rafael Bielsa durante el gobierno de Néstor Kirchner. En 2007 estuvo destinada en la Embajada en la República Bolivariana de Venezuela, en 2012 asumió funciones en la Secretaría General de UNASUR, en 2015 asumió funciones en la delegación diplomática ante el Estado Pontificio encabezada por Eduardo Valdéz, y desde ahora es la primera mujer ante la Embajada Argentina en el Vaticano.
La comunidad afrodescendiente recibió con gran alegría esta noticia. Así lo expresó en una entrevista con este medio la activista afroargentina Miriam Gomes, miembra del Área de Género de la Comisión 8 de Noviembre y pertenece a la sociedad caboverdiana de Dock Sud.
-¿Por qué es tan importante la designación de María Fernanda Silva como embajadora de nuestro país ante el Vaticano?
Miriam: La designación de María Fernanda Silva como embajadora de nuestro país en el Vaticano reviste una absoluta relevancia si atendemos al contexto histórico de la Argentina: un país que quiso construirse como genéticamente blanco y culturalmente europeo.
Por otra parte, este nombramiento en una posición tan estratégica en términos geopolíticos, se basa en dos aspectos: por un lado, sin duda, la capacidad, experiencia y brillantez de María Fernanda Silva amerita que asuma este cargo. Por el otro, el Papa Francisco que siempre se posicionó en cuestiones nacionales como la pobreza, la inseguridad, la educación, demostrando su proximidad al peronismo. Silva nunca ocultó su simpatía con el Kirchnerismo, hecho que le acarreó la persecución política y confinamiento durante el Macrismo. Además, ella ya había trabajado en el Vaticano junto al ex embajador Eduardo Valdéz, por lo que conoce muy bien el entorno.
-¿Cómo tomó esta noticia a la sociedad caboverdiana, y la Diáspora militante en la Argentina?
Miriam: La noticia tuvo una repercusión extraordinaria dentro del seno de nuestra comunidad Caboverdiana. Conocemos a María Fernanda desde niña y hemos seguido su destacada carrera. El hecho de que se constituya en la primera y única mujer negra en el servicio exterior argentino es algo histórico. Nos sentimos sumamente orgullosos de que una miembro de nuestra comunidad haya abierto caminos inéditos.
La Diáspora militante en la Argentina también aplaudió esta noticia, una diáspora con la que la futura embajadora ya había establecido vínculos, manifestando su postura a favor de los DDHH de afroargentinos, afrodescendientes y africanos. Ahora, esperamos que la onda integradora siga expandiéndose.
Por otra parte, algunos medios de comunicación masiva usaron como referencia casi anecdótica y destacaron el siguiente párrafo agregado a continuación “María Fernanda Silva tiene una historia particular que involucró al propio Francisco. Se casó y tuvo una hija. Sin embargo, su matrimonio obtuvo una nulidad canónica por parte de la Iglesia debido a que su esposo se dedicó al sacerdocio, proceso del que participó Jorge Bergoglio cuando era obispo de Buenos Aires. Es decir, según el derecho canónico, Silva es soltera”, este párrafo busca evidenciar, que según las reglas del Vaticano una persona divorciada no puede ocupar una representación diplomática, pero también tiene un trasfondo sexista, y favoritista, que va en desmedro de los 30 años de trayectoria que tiene Silva en el Ministerio de Relaciones Exteriores de la Nación, esta sutileza, se ha vuelto costumbre en noticias relacionadas a los logros laborales de muchas mujeres, y son el resultado de una sociedad sexista, misógina, androcéntrica, que pone al hombre, a la maternidad, o las relaciones interpersonales como medida de todas las cosas.
En el Estado argentino, también hay referentes activistas desempeñándose en la función pública dentro de los cuales podemos destacar a Emanuel Ntaka y Yael Martínez en el Ministerio de Cultura de la Nación y en el de la Ciudad, respectivamente. En otra oportunidad también formó parte de la gestión pública cultural de la ciudad de Buenos Aires Javier Ortuño. Adriana Izquierdo y otras compañeras en el Programa Afro del INADI, Patricia Gomes en la Defensoría del Pueblo, Carolina Silvestre, fue vicepresidente del INCAA: Xuxa Moreira, jefa de inspectores en el Consejo Escolar de Avellaneda, Alí Delgado en la Sindicatura General de Ciudadela, Carlos Álvarez Nazareno como Director Nacional de Equidad Étnico Racial, Migrantes y Refugiados, en la Secretaría de DDHH de la Nación.
Como comprenderán, los negros y las negras nunca se han extinguido en la Argentina, son y serán parte de la construcción del Estado Nación, y si hoy han sido designados en cargos importantes en la gestión pública es porque han trabajado duro para ello, sorteando obstáculos, culturales, estructurales y sociales en una República Argentina que se enorgullece de su blanca ascendencia y que niega sistemáticamente a una cuantiosa comunidad Afrodescendiente que paso a paso y a través del esfuerzo va abriéndose camino.
Gran parte de la comunidad afroargentina ha organizado una despedida de María Fernanda Silva. La misma se llevará a cabo en el Espacio Malcolm este 7 de marzo a las 17 horas.