“Mujeres en la lucha y la resistencia”
El 2 de Marzo, con motivo de la conmemoración del 150 aniversario de la finalización de la Guerra de la Triple Alianza, se realizó el conversatorio “Mujeres en la lucha y la resistencia” en el Centro Cultural de la República del Paraguay.
por Melina Schweizer
El 1 de marzo de 1870 finalizó el conflicto bélico más terrible de América Latina, la Guerra de la Triple Alianza que enfrentó a Paraguay contra el Imperio del Brasil, la Argentina Mitrista y el Uruguay de Venancio Flores. Esta guerra, destruyó una experiencia social y política de avanzada que se estaba desarrollando en Paraguay e iba contra de los intereses del Imperio y de Buenos Aires.
En conmemoración al 150 aniversario de la finalización de la Guerra de la Tripe Alianza, se realizó el conversatorio “Mujeres en la lucha y la resistencia”, donde participaron referentes culturales y políticas de los países miembros del Mercosur Uruguay, Brasil, Argentina y países asociados, conjuntamente con el Paraguay quien se encuentra en el ejercicio de la presidencia pro tempore.
“Miradas de las Mujeres desde la Cultura de la Paz”, se enmarca dentro de las actividades que organiza el Museo Histórico Sarmiento en cooperación con los museos Histórico Nacional, Roca, Mitre, y el museo Histórico Cornelio de Saavedra; en conjunto con el Área de Género y Diversidad de la Secretaria de Gestión Cultural y la Dirección de Cooperación Internacional, todos pertenecientes al Ministerio de Cultura de la Nación Argentina.
Sara Laskier de Rus, activista polaca judía nacionalizada argentina, madre de Plaza de Mayo y superviviente de Auschwitz fue la disertante por Argentina. María Luz Saldívar Bogado participó en representación de la República del Paraguay; Susana Beatriz Villarreta por Uruguay y Francilene Martins por Brasil. En tanto que Alicia Graciela Agüero tuvo a su cargo moderar este conservatorio que giró en torno al lugar que ocuparon las mujeres durante la guerra y posguerra.
Las palabras de Sara Rus, nacida en Lodz, Polonia, hace 91 años, luego naturalizada argentina, fueron las conmovedoras. Su historia está atravesada por el dolor y la pérdida: sufrió en carne propia las crueldades del nazismo y cuando decidió empezar su vida en Argentina la Dictadura Cívio-Militar le arrebató a su hijo, Daniel Rus.
El momento más entrañable de esta velada fue escuchar a Sara Rus hablar de lucha, búsqueda y resistencia “Mi hijo desapareció, y quien sabe a dónde lo llevaron, me gustaría poder saber dónde está su cuerpo, enterrar a mi hijo sería un evento muy fuerte. Por otro lado, le agradezco a la vida que estoy acá frente a ustedes, y puedo contarles que tengo cuatro nietos y bisnietos, pero el ciclo aun no terminó, porque mientras tenga vida, seguiré buscando a mi hijo. Gracias por escucharme, la verdad que es muy difícil contar mi historia, pero, la esencia de lo que pedimos las madres está presente hoy aquí, Verdad, Memoria y Justicia, seguimos y estamos en la lucha”.
La exposición de la psicóloga afro-uruguaya Susana Beatríz Villarreta, activista de la asociación de mujeres afro Tertulia de Mujeres Latinoamericanas (Tema), hizo eje en el proceso de esclavitud en las época de la Colonia, en las guerras independentistas y durante la construcción del Estado Nación. “Desde la época de las colonias las mujeres afro siempre hemos trabajado y esa es una diferencia fundamental, aunque siempre hemos sido victimizadas en distintos periodos históricos. Desde nuestra condición de mujer hemos protagonizado la historia, nuestra propia historia, y hemos aportado a la construcción de nuestros Estados a partir de nuestra lucha”. Recalcó, también, que en América la resistencia se construyó en diferentes espacios que, por ejemplo, en Colombia se llamó Palenque,en Brasil Quilombo y en Uruguay el Candombe. Estos territorios no solo eran un refugio, sino un lugar de libertad. “Nuestro linaje ancestral siempre buscó la libertad, la cultura cimarrona es una cultura de resistencia pura. En Uruguay la mayor manifestación de la resistencia es el Candombe. El 3 de diciembre del año 1968 se instituyó por ley nacional el día de los afrouruguayos en el Candombe, como forma de conmemorar la resistencia de los conventillos en el proceso de la Dictadura Militar. Esto significó la reafirmación de la identidad afrouruguaya”. Respecto al racismo como ideología, Villerta, señaló: “El concepto de raza, muta y se adapta a los cambios sociales, se esconde tras eufemismo, este concepto se usó contra los judíos, los homosexuales y las diferentes minorías a lo largo y ancho de nuestra historia”.
La representante de Brasil, Francilene Martins, coordinadora desde el 2013 del colectivo Noviembre Negro en Buenos Aires, centró su exposición en una autocrítica acerca del revisionismo histórico que no ha hecho Brasil sobre la Guerra de la Tripe Alianza: “Contrariamente a lo que he conocido en la Argentina, Brasil no ha tenido un profundo movimiento intelectual que revise su historia nacional, y menos ha tenido un gesto como el que tuvieron los presidentes Yrigoyen y Perón, al devolver los trofeos de guerra arrebatados a los paraguayos en aquella injusta y desigual guerra. Incluso historiadores de izquierda, como el muy conocido Luis Alberto Moniz Bandeira, considera la Guerra de la Triple Alianza como un simple capítulo de lo que denomina construcción del Estado nacional, y pierde de vista la naturaleza expansiva, ideológica y en cierto modo, imperialista que tuvo esa guerra”.
“La guerra de la Triple Alianza sigue siendo considerada como una epopeya nacional por el conjunto del sistema político, con muy pocas excepciones. Lula mismo no ha tenido manifestaciones sobre este punto y, en realidad, solo ha sido testigo, en un par de oportunidades, de la opinión contra la guerra que daba a conocer Cristina Fernández de Kirchner y su solidaridad con los paraguayos”, dijo Martins y reflexionó: “En conclusión para historiografía oficial, la historia de la guerra del Paraguay ya está escrita, para mí existe una necesidad de revisar la historia y el Estado Brasileño debe pedir perdón al pueblo Paraguayo. Yo les pido perdón a mis ancestros y a mis hermanos Paraguayos, así como a mis hermanos judíos”.
La Secretaria Nacional de Cultura del Paraguay, María Luz Saldívar Bogado, finalizó la charla contextualizando la historia de este conflicto bélico, en el que pelearon y murieron tanto hombres, mujeres y niños, “Esta derrota militar fue una masacre, a los que algunos historiadores consideran un genocidio, tuvo cerca de 280.000 víctimas paraguayas que representaban más de la mitad de la población del país, nuestra población masculina fue arrasada, pero las mujeres, siempre estuvimos en resistencia, y cuando termino la guerra grande, había cuatro mujeres por cada varón, es por esto, que destaco que la reconstrucción de nuestro Estado después de la guerra, evidencia la lucha, la fortaleza y la resistencia de las mujeres paraguayas”.
Luego de estas reflexiones, se abrió espacio donde la belleza del folclore paraguayo engalanó la sala, con su ritmo de danza y trajes típicos que representan la identidad cultural paraguaya.
La conmemoración sirve para recordar el cruento episodio histórico que en aras de la hermandad Latinoamericana debería ser ejemplo de la imbecilidad que produjeron los intereses mezquinos del Imperio Británico. Nuestras patrias hermanadas en el halo de la paz y la concordia jamás deben volver a repetir esta penosa y vergonzante guerra fratricida.