Mujeres originarias marcharon por el derecho al «buen vivir»

Mujeres originarias de 36 naciones marcharon por primera vez en la Ciudad de Buenos Aires acompañadas por el historiador Osvaldo Bayer, la madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas (Línea Fundadora), el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y miles de personas de organizaciones ambientalistas, feministas, sociales y sindicales para «instalar el buen vivir como un derecho».
«Es la primera vez en 200 años de existencia del Estado argentino que las mujeres originarias venimos a traer la palabra. Nuestra propuesta es por el buen vivir y esperamos que el pueblo argentino despierte y continúe nuestro pasos», expresó la dirigente mapuche Moira Millán, casi llegando al Congreso Nacional.
Tras la movilización, unas 200 mujeres originarias llegaron al palacio legislativo y presentaron ante los diputados que las recibieron un anteproyecto de ley para la creación de un «Consejo de Mujeres del Buen Vivir».

primera_marcha
La propuesta implica que cada pueblo designe «dos consejeras de acuerdo a su filosofía ancestral» y que este Consejo realice un proceso de consulta, participación, información y difusión «para elaborar y proponer normativas y polí­ticas que garanticen y efectivicen el Buen Vivir».
La 1° Marcha de Mujeres Originarias por el Buen Vivir comenzó en el monumento a Julio Argentino Roca, ubicado en Perú y Alsina, donde Osvaldo Bayer insistió con la importancia de «sacar el monumento de un genocida como fue Roca y poner en su lugar al monumento de la mujer originaria», que se está construyendo con casi 10 toneladas de llaves donadas por personas en todo el país.
Tras el breve acto en el que también habló Nora Cortiñas, la cabeza de la marcha se colocó de espaldas a Roca para caminar por diagonal sur hasta la Plaza de Mayo, bordearla y continuar por la Avenida de Mayo hasta el Congreso.primera_marcha-2

Canto con caja y otros instrumentos típicos acompañaron a los hombres y mujeres que recorrieron estas calles del centro de la Capital Federal, y entre los versos de pocas consignas sonó una y otra vez: «la tierra robada será recuperada».
«En una época electoral nosotras estamos empezando ‘otra compaña’, como hicieron los zapatistas en México. No es una marcha de protesta sino de propuestas», afirmó Millán durante la caminata.
«Yo soy quechua, pero cuando tu me preguntas de donde eres, yo te dijo de aquí, y tu deberías decir lo mismo. Eso implica que somos todos hermanos del planeta, no sólo de los seres humanos, sino de toda la naturaleza», aseguró por su parte Nilda Wayna Tusuy.
Y continuó: «el buen vivir implica en primer lugar no vivir mejor a costa de que otro viva peor, y cuando digo otro me refiero a seres humanos pero también a la flora, a la fauna, es vivir con dignidad, con armonía, es inclusión, diversidad cultural, de las naciones, con considerar que somos hermanos y hermanas».
«Es el equilibrio y la armonía, y es lo opuesto a lo que propone el sistema capitalista que es el vivir mejor individualmente a costillas de que la mayoría de la población viva peor», indicó.
Julio César Silva, de la comunidad Amaycha del Valle -diaguitas de Tucumán- fue uno de los cientos de hombres que acompañó la marcha: «nuestras comunidades sufren el modelo extractivista como le sucede a la mayoría de nuestros hermanos y hermanas», afirmó.
«Todos sufrimos la contaminación de nuestra agua y de nuestro suelo, vemos cómo se debilitan las instituciones democráticas en los pueblos pequeños que aceptan la construcción de una sala de salud, de deporte de las grandes multinacionales a las que después se les permite hacer cualquier cosa», añadió.
Silva aseguró que el anteproyecto que presentaron «sería una buena herramienta para las comunidades, para que luchen contra las empresas para no ser despojados de sus tierras porque lo que se propone es vivir en armonía con la naturaleza».

primera_marcha-1
A sus 85 años, y tras haber marchado durante tres horas, Nora Cortiñas afirmó estar «cansada pero feliz de que estas mujeres hayan podido entrar al Parlamento y ser escuchadas. Son mujeres valientes que vienen poniendo el cuerpo generación tras generación, y que han sido invisibilizadas, como lo hemos sido nosotras durante muchos años».
Sobre un escenario montando frente al Congreso, las mujeres que habían ingresado al palacio contaron el diálogo dando la palabra primero a «las ancianas y luego a las guerreras y a las niñas».
Finalmente, la música de Peteco Carbajal, Bruno Arias y el grupo Arbolito cerró la jornada con un festival que se extendió hasta que cayó la noche.
«Esperamos que nuestra voz haya sido escuchada y que un nuevo país nazca desde el útero de la tierra», concluyó Millán.

Fotos/Fuente: Télam

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *