Mujeres Públicas: Un Modo de ser en el Mundo…
Mujeres rebeldes
Son sólo cinco pero alcanza y sobra, como ellas dicen, para hacer un poco de ruido; para provocar extrañezas y preguntas, para denunciar, visibilizar y generar reflexión acerca de la opresión que sufren las mujeres.
Tienen un modo particular de manifestar su grito ya que abordan lo político desde una perspectiva creativa donde se cruza el humor y la ironía. Desde el año 2003, éste colectivo viene generando acciones en el ámbito público tratando de interpelar al espectador y abrir el diálogo.
Ellas son Mujeres Públicas. Y han cuestionado temas de los que es necesario hablar. Utilizan un discurso reflexivo, abierto y polisémico, muy alejado de las consignas que son simples bajadas de línea.
Han abordado temas muy polémicos utilizando sólo siete palabras: Escarpines, abortos, todo con la misma aguja. Abrieron así un debate acerca del aborto clandestino, que roba la vida de una mujer por día en la Argentina. Generaron discusión acerca de las violaciones; en la Ciudad de Buenos Aires sólo se denuncia una de cada diez, y de las que se denuncian más de dos tercios quedan sin esclarecer. Ésta acción la llevaron a cabo entregando objetos en mano, soldaditos de plástico con la inscripción: Mujeres violadas = trofeo de guerra. En otras acciones cuestionaron los discursos patriarcales que imponen ciertos roles y se consolidan a través de proverbios y frases cotidianas: La mujer y la sartén en la cocina están bien. Mujer virtuosa nunca está ociosa. Hacen así, así las lavanderas, hacen así, así me gusta a mí.
Su modo de expresarse quizá tiene que ver con la manera de ser de las mujeres en este mundo. Opina una de ellas: Las mujeres no tenemos un lugar de poder donde decimos cómo las cosas son o deben ser, en general bajamos la voz, sugerimos, hacemos preguntas, pedimos por favor, convencemos a los maridos para que hagan las cosas. Esto tiene relación con el dispoder y con las estrategias.
Mujeres autocríticas
El surgimiento del grupo tiene que ver con una necesidad de autocrítica permanente , dice otra de ellas, pisando una palabra con otra al hablar tan rápido y lidiando con el celular que sonaba . Notábamos que dentro del movimiento feminista, que es con el que más contacto teníamos algunas de nosotras, no se replanteaban las propias acciones, teníamos la sensación de que las formas de hacer política eran poco efectivas y muy auto-referenciales, de que eran una repetición constante. Esas formas, que nosotras denominamos tradicionales, tienen un problema comunicativo muy grande en el planteamiento estratégico de las acciones: los objetivos nunca aparecen claros, los destinatarios tampoco.
Una está atravesada por un montón de cosas y es bueno estar constantemente haciéndose preguntas y revisando el lugar donde está parada , dice otra .
Nosotras vamos más allá de la pura cuestión de género, porque hay otros temas que nos atraviesan, como el de clase o el de religión, y no se puede tener una postura profunda sobre la situación de las mujeres sin tener definiciones sobre el resto de los temas.
Mujeres Públicas parece surgir, casi sin quererlo, como consecuencia de un modo de pensar y de un querer hacer diferente, que primero las reunió y luego, con cada nueva acción, las fue potenciando.
Al principio la idea era que el grupo no tuviera nombre, porque no pretendían usarlo ni firmar ninguna obra para evitar caer en individualismos. Después se reconsideró y finalmente se nominaron Mujeres Públicas, que es un juego de palabras donde pesa la intención de hacer visible a la mujer (no sólo el 8 de marzo) y de ubicarla en el espacio público. Influye en esto la idea de intervenir saliendo a la calle con las acciones.
Mujeres desventuradas
Sin cansarse de sus salidas a la calle para pegar afiches o globitos de diálogo, dejar registros de stencil o entregar objetos en mano, se animaron a un nuevo desafío y mostraron todo el trabajo de estos años en la galería Arcimboldo. Allí se acercaron muchas personas. Lo que pude observar , dice la que estuvo a cargo, es que las cosas siguen impactando, interesando y produciendo risa, o sea que no se pierde la fuerza que tenían en la calle, siguen funcionando .
Pero, recientemente han ediado y lanzado su propio libro, «el proyecto del libro llevó más de dos años en concretarse«, agregan. El libro, que al principio se pensó como juego, es un simulacro de la colección Elige Tu Propia Aventura. En este caso se denomina: Elige Tu Propia Desventura. Hay una idea básica , dicen las autoras mezclando opiniones, muy excitadas y orgullosas de su creación, es que elijas lo que elijas, el sistema te castigará por algún lado: si elegís lo que él manda, porque te acota la libertad; si no, porque en algún momento se encargará de hacer una acción correctiva. Existen muchas historias que se van formando a partir de las elecciones que toma el lector, y tiene 22 finales .
Mujeres públicas
Estuve sentada en una ronda, mate de por medio, con éstas cinco mujeres que tienen sus trabajos, sus obligaciones, sus compromisos, pero también convicciones. Ellas han encontrado un modo de resistir al mundo opresor, agrietándolo con la intervención y el cuestionamiento constante.